Medalla de Honor al Rey y deudas pendientes

La región ha vivido en las últimas semanas dos momentos históricos que han puesto en valor el importante papel de Andalucía a nivel nacional y las deudas pendientes que mantiene el Gobierno central con la comunidad autónoma. La primera imagen del mes la dejaba el Rey Felipe VI al recibir la Medalla de Honor de Andalucía de la mano del presidente de la Junta, Juanma Moreno. “Un abrazo” que ensalza los lazos de unión de esta tierra con la monarquía.

Un acto simbólico cargado de significado en el que también quedó patente el papel determinante que jugará la región en la recuperación económica del país, donde será clave la implicación y la coordinación de todas las administraciones.

La otra foto del mes repetía protagonista, Juanma Moreno se reunía por fin con el presidente Pedro Sánchez, un encuentro cordial en el que Andalucía quiso reivindicar las deudas pendientes que el Gobierno central viene acumulando y que alcanzan ya los 10.835 millones de euros.

Según las cuentas del presidente andaluz, 9.651 millones son los que desde 2009 Andalucía ha dejado de percibir con el modelo de financiación autonómica aprobado entonces y los otros 1.200 millones derivan de los Fondos Covid, cuyo reparto no ha sido equitativo.

Precisamente, la financiación autonómica es uno de los grandes problemas del país y azota con más fuerza a Andalucía. Un modelo que se quedó anticuado y que genera un menoscabo a la región que va aumentando la deuda cada día.

Un modelo de financiación equilibrado y que no genere menosprecio a las comunidades autónomas es una necesidad que se viene reclamando desde hace años y que Juanma Moreno inquirió a Pedro Sánchez. Eso y un fondo compensatorio que año a año vaya equilibrando el déficit acumulado.

Un mes complejo también en lo político, a las primarias del PSOE, en las que Juan Espadas ganó de manera contundente a una Susana Díaz que se resiste a tirar la toalla en el partido, se unieron nuevas turbulencias en ciudadanos, con la crisis de la alcaldía de Granada.

El partido naranja, prácticamente sin representación en el resto del país, se afana en blindar su cogobierno en la Junta, un pacto del que ambos partidos defienden la solvencia, pero que vuelve al punto de mira cada vez que hay enfrentamientos en la política local.