Málaga se vuelve a vestir de gala con su Festival de Cine

La 24 edición de este consolidado evento ha contado con unos 70.000 espectadores y ha dejado en la ciudad más de 1,8 millones de euros

La capital de la Costa del Sol ha vuelto a vestirse de gala convirtiéndose un año más en el epicentro del cine en español. El Festival de Málaga, celebrado desde el 3 al 13 de julio, ha abierto la puerta a la normalidad de los eventos culturales seguros. La 24 edición de este ciclo se ha desarrollado con importantes medidas de prevención y primando la producción cinematográfica sobre el evento social que cada año se genera en la ciudad en torno a las proyecciones y galas.

Combinando los eventos presenciales con los virtuales, el festival ha presentado 181 en 209 sesiones. En cuanto al palmarés, el vientre del mar, del veterano Agustí Villaronga, logró seis biznagas, incluyendo mejor película española y director; mientras que en la nómina de nuevos talentos destacaron Destello bravío, de Ainhoa Rodríguez, que se alzó con el Premio especial del jurado y la Biznaga de plata a mejor montaje; Ama, de Júlia de Paz Solvas, que le ha dado a Tamara Casellas la Biznaga de plata Hotel AC Málaga Palacio a la mejor interpretación femenina; y Chavalas, de Carol Rodríguez Colás, Biznaga de plata Premio del público Flixolé. La Biznaga de oro a mejor película iberoamericana fue para Karnawal, de Juan Pablo Félix, película por la que Alfredo Castro ha recogido la Biznaga de plata a la mejor interpretación masculina de reparto.

En el apartado de los homenajeados, quiso reconocer las trayectorias de Alejandro Amenábar, que recibió el Premio Málaga-Diario Sur; Mariano Barroso, Premio Retrospectiva-Málaga Hoy; Oliver Laxe, Premio Málaga Talent-La Opinión de Málaga; Julia Juaniz, Premio Ricardo Franco-Academia de Cine; Petra Martínez, Biznaga Ciudad del Paraíso, y Javier Fesser, Biznaga de Honor.

La 24 edición ha contado con casi 70.000 espectadores y participantes en sus distintas actividades, incluyendo las casi 23.000 entradas emitidas -un 40% más que en la 23 edición- así como los asistentes a aquellas otras actividades de acceso directo, con acreditación o invitación, y el público que ha visto las diferentes exposiciones al aire libre y en espacios cerrados.

En cuanto al impacto económico, según los datos facilitados por la organización el Festival de Málaga ha realizado en la ciudad una importante inversión económica en sus distintos sectores productivos y de servicios. La contratación por parte del festival de empresas, profesionales y personal de Málaga se cifra en 640.000 euros, mientras que la contratación de servicios para la producción se cifra en 780.000 euros. Los servicios hoteleros y de restauración se valoran en 270.000 euros, mientras que aquellos otros vinculados a la comunicación, soportes e imagen alcanzan los 165.000 euros.

Estas cifras apuntan que la gestión presupuestaria desarrollada por el festival en esta edición ha supuesto un total de gastos directos en la ciudad de Málaga de 1.855.000 euros. Una gestión que recupera de modo casi íntegro para cada ciudadano los 3,5 euros anuales que supone el coste del Festival por cada malagueño al año.

En detalle, esta inversión ha supuesto la contratación de 164 empleos directos de personal eventual -relaciones públicas, personal de producción, contenidos, prensa, etc.-, así como 23 colaboradores locales y la contratación de 160 empresas malagueñas en las distintas tareas logísticas y de producción para la realización de las actividades del festival. “Esta inversión supone un importante balón de oxígeno para distintos sectores económicos de Málaga, que de nuevo han valorado especialmente la celebración de esta edición en unos momentos muy difíciles, sobre todo en el sector hostelero”, apuntan desde el Festival.

Tras el éxito de esta edición que ha servido para demostrar la seguridad de los eventos culturales en la que el sector lleva meses insistiendo, la organización ya ha comenzado a preparar la del próximo año. El Festival de Málaga celebrará sus bodas de plata desde el 18 al 27 de marzo volviendo así a sus fechas originales con la esperanza de que la situación sanitaria sea de normalidad, permitiendo engalanar la ciudad sin restricciones.