La cadena Senator comienza el verano con cinco hoteles nuevos

La cadena que perdió en 2020 más del 75% de su facturación, ha sumado alojamientos a su portfolio nacional y trabaja en un proyecto en Cáncun.

Los hoteles, especialmente los del segmento de sol y playa, están siendo unos los grandes afectados por la crisis derivada de la pandemia. Los empresarios llevan más de un año acumulando perdidas y se enfrentan de nuevo a una temporada alta marcada por la incertidumbre. En esta tesitura se encuentra Senator, la cadena andaluza perdió el 75% de su facturación en 2020 pero afronta la campaña de verano con optimismo y con cinco establecimientos nuevos en su portfolio.

“Lejos de parar la compañía durante la pandemia, el equipo de expansión ha mantenido contacto con muchas empresas y se han formalizado nuevos establecimientos para unirse a su cartera. Más que grandes inversiones supone añadirlos a nuestro portfolio, con eso los sistemas centrales pueden acoger más hoteles y el grupo tiene capacidad de seguir creciendo donde no estaba”, comenta a elEconomista Andalucía José María Rossell, presidente de la cadena Senator.

En concreto, la cadena ha unido a su oferta este año el Aparthotel Club Simó en Mallorca, el Guadacorte Hotel en el Campo de Gibraltar y el emblemático Montanyà de Barcelona donde se alojaban los jugadores del Barça, a los que se suman otrtos proyectos previstos para el año pasado y que quedaron aplazados por la pandemia, como el Senator Gandía y el Senator Calamilor.

A estos nuevos hoteles se suma el proyecto de construcción de un complejo todo incluido de lujo que la cadena inició antes de la pandemia y que actualmente se encuentra paralizado a la espera de que la activación del sector permita recuperar cifras económicas y por tanto retomar las obras.

La cadena cuenta actualmente con 42 hoteles, 40 de ellos repartidos por todo el territorio nacional y los otros dos en la República Dominicana. Más del 60% de los alojamientos ya ha abierto sus puertas para recibir a los turistas este verano y el objetivo es que en las próximas semanas estén operativos prácticamente todos.

En cuanto a los empleados, la cadena cuenta con una plantilla de 1.500 trabajadores fijos discontinuos que alcanza los 3.000 en los meses más fuertes de la temporada alta. Actualmente, la mayoría de ellos ya se han reincorporado a sus puertos tras estar en ERTE.

El grupo, que en 2019 facturó 134 millones de euros, ha atravesado los meses más complicados de su más de medio siglo de historia, con hoteles cerrados en pleno agosto y un desplome ventas sin precedentes.

“Tengo 53 años de experiencia en la cadena hotelera y jamás he vivido una crisis como esta. Han sido meses muy duros, hemos intentado mantener la empresa a flote, pero no ha sido fácil. Los ERTE estuvieron muy bien, pero han faltado ayudas a las grandes empresas, porque se habló de ayudas a pymes, pero las grandes compañías como la nuestra a día de hoy no han recibido nada”, comenta Rossell.

Las decisiones de los países europeos y por ende la llegada o no de turistas internacionales será determinante en está temporada alta, para la que la empresa confía en sus clientes fieles, que suponen el 45% de las ventas y que cada año elige sus hoteles en distintos lugares.

“Los viajeros españoles jugarán un papel muy importantes en los próximos meses, en los que serán el salvavidas de la mayoría de los hoteles. Sabemos que va a ser duro, porque todos queremos al cliente nacional y va a ser difícil que haya clientes para todos”, comenta el presidente de la cadena, que afronta el verano con ilusión y esperanza.