Consejos para medir y mejorar la innovación en la empresa

La debilidad de España en esfuerzo en I+D+i empresarial respecto a la media europea y a los países más desarrollados es ampliamente conocida y esto supone una gran desventaja competitiva. Es cierto que parte del problema es estructural (una economía basada en servicios, falta de cultura empresarial innovadora, etc.). Sin embargo, también se debe, en cierta medida, a que las empresas no priorizan la identificación, medición y reporte de todos sus esfuerzos en I+D+i. Por este motivo, la Fundación COTEC ha creado un grupo de trabajo, al que pertenezco como representante de CTA, con el fin de ofrecer recomendaciones a las empresas para medir mejor su innovación (se pueden consultar aquí).

Según los datos del INE, la intensidad de España en I+D+i se sitúa en el 1,24% muy lejos de la media europea del 2,2%, del objetivo marcado por Bruselas del 3% y de las economías más competitivas del mundo. Los expertos del citado grupo de trabajo de COTEC consensuamos que los manuales de Oslo y Frascati y su aplicación en la Encuesta del INE ofrecen un marco suficiente para medir la innovación. El problema radica, además de que efectivamente hay que innovar más, en la ineficaz medición por parte de las empresas.

La primera gran recomendación es cuestionar creencias del tipo de “aquí no hacemos innovación” o “eso no es innovación”. Si se ha introducido un nuevo producto o nuevas funciones o se han mejorado de forma significativa, se ha producido innovación. Esas funciones pueden ser métodos de fabricación, sistemas logísticos o métodos de entrega y distribución, métodos de procesamiento de información o comunicación, métodos de contabilidad, gestión estratégica de la empresa, etc. Para identificar todo ello, es muy importante designar a una persona como responsable de hacerlo de acuerdo con el Anexo de la Encuesta de Innovación del INE, así como un equipo de trabajo de diferentes departamentos para identificar líneas o procesos nuevos o mejorados en alguna de sus funciones que puedan ser considerados innovación de proceso.

Por supuesto, es clave medir de manera sistemática el esfuerzo económico dedicado a innovación en el ejercicio y el incremento respecto a lo identificado en el ejercicio anterior para evidenciar la mejora en el reporte. También sirve de ayuda observar a empresas del mismo sector o de otros sectores que sí evidencian los esfuerzos en innovación y los ponen en valor como estrategia para mejorar su posición competitiva.

Solo reportando los verdaderos esfuerzos en innovación, será posible compararse con el resto de los países de la UE e identificar cuáles son los verdaderos problemas a resolver conjuntamente por las empresas y las administraciones. Una medición lo más exacta posible es una de las mejores armas para poder corregir y mejorar.