La industria del lujo y la piel de Ubrique tendrá ‘embajador’ en París

En el último año han comenzado a producir en el municipio gaditano nuevas marcas francesas y se están recibiendo nuevos encargos de diseñadores emergentes que apuestan por nuevos materiales. Las empresas demandan más suelo industrial y mano de obra cualificada para seguir creciendo

Javier Gallego, director del centro tecnológico de la piel de Ubrique, Móvex, se ríe cuando se le pregunta cuántas posibilidades hay de que un bolso que nos llame la atención en la mejor tienda de los Campos Elíseos se haya fabricado en la sierra gaditana. “Las posibilidades son bastante altas”, acaba admitiendo. El ejemplo de París no es gratuito. Los marroquineros de Ubrique tienen en la capital gala una de sus plazas fuertes. “Todas las grandes marcas francesas están trabajando aquí”, asegura Gallego. Hay “dos o tres” nuevas empresas vinculadas a la capital francesa que han abierto fábrica en 2021, a pesar de la crisis. Y se están recibiendo multitud de pedidos de diseñadores emergentes de este país, que buscan en Ubrique la excelencia en la fabricación de bolsos a partir de nuevos materiales, más sostenibles, pero igualmente exclusivos.

A través de Extenda, Ubrique tendrá un ‘embajador’ en París que facilite contactos y relaciones comerciales. “El mercado francés se está fortaleciendo mucho”, indica Gallego. La previsión es que en 2022 sigan llegando nuevos clientes y empresas galos.

Los bolsos de Ubrique, además de en París, se pueden encontrar en las mejores calles comerciales de Europa. Tienen presencia ya en el mercado chino y en 2021 se comenzó a trabajar en Corea y Japón. Se están tocando nuevos segmentos, como la restauración a través de restaurantes con estrella Michelin, campos de golf, o la decoración e interiorismo. Accesorios deportivos, cartas, paneles de decoración, cojines, lámparas, etc.

En 2018 se estimaba que la mitad de la producción de Ubrique se exportaba. Ese porcentaje ha crecido. La estructura empresarial de la piel en Ubrique es compleja. Es un mundo hermético, poco dado a dar cifras. Saber cuántos talleres hay es difícil, porque a menudo se agrupan en una misma sociedad, pero la estimación es de unos 200. El 15% del tejido productivo son medianas empresas, entre 10 y 49 empleados. Las grandes representan el 1,2% del total. Hay empresas tractoras, matrices que subcontratan en el pueblo parte de su producción, y fábricas de marcas que producen para su sello. La producción en cadena se está generalizando. “Hay una estructura cada vez más profesionalizada”, apunta Gallego. Se estima que la piel soporta unos 5.000 empleos en una población de poco más de 15.000 habitantes.

De hecho, ahora mismo uno de los principales problemas de las empresas es encontrar mano de obra cualificada. Lo confirma Juan Enrique Gutiérrez, de la Escuela de Artesanos Bypiel. “Los índices de inserción de los alumnos son del 95%. Hay una gran demanda de las fábricas. Para entrar a los cursos de la escuela hay lista de espera.

La localidad también tiene pendiente de resolución la escasez de suelo industrial. El nuevo PGOU, que contempla la ampliación del polígono industrial, está en proceso de tramitación. Mientras, admiten los industriales, apenas si quedan parcelas disponibles. “Y hay demanda”, asegura Javier Gallego.