Ly Company lleva a 20 países su agua sostenible envasada en cartón
La empresa malagueña nació en 2015 con el objetivo de minimizar el impacto climático de los envases de consumo masivo. Cuenta con una fábrica en Caribe y prepara la apertura de otras dos en Italia y Catar. La facturación en 2020 ha rondado los 7 millones de euros.
El consumo de agua embotellada es uno de los principales causantes de la contaminación por plástico a nivel mundial, solo una de cada cuatro botellas se recicla correctamente y el resto acaba en la naturaleza. Con el fin de minimizar el impacto climático de los envases de un solo uso, nació en 2015 Ly Company, una startup malagueña que en apenas cinco años ha logrado vender su agua envasada en bricks de cartón sostenibles en unos 20 países.
“Estuvimos analizando distintos envases para minimizar el impacto, como el plástico reciclado, la lata, o el vidrio y al final nos decidimos por el cartón porque era el menos malo, ya que el mejor envase que hay es el que no existe”, comenta a elEconomista Andalucía Francisco Rodríguez, CEO de la Compañía.
La startup comenzó su andadura con un presupuesto muy escaso pero logró los recursos económicos suficientes para poner en marcha su primera fábrica piloto. La revolución contra el plástico que creció con fuerza a partir de 2018 en todo el mundo, coincidió con su expansión en el mercado, lo que provocó un importante y rápido crecimiento.
En 2017 la empresa envasó y comercializó unos 400.000 bricks de agua, en 2019 la producción se multiplicó hasta los 4 millones de unidades y para el 2020 estimaban alcanzar los 60 millones de envases, aunque la pandemia frenó su actividad y finalmente se ha quedado en cifras similares a las del año anterior.
“Somos una de las tres únicas fábricas en el mundo que podemos envasar el producto más demandado en un envase sostenible. Comenzamos a crecer de una manera que ni si quiera podíamos gestionar”, recuerda el CEO.
Agua mineral, libre de microplásticos en un envase sostenible, reciclable y elaborado con material que en un 80% proviene de origen natural, de bosques gestionados de manera responsables y de la caña de azúcar. Ese es el secreto del éxito de esta compañía que ha logrado traspasar fronteras.
Actualmente, Ly Company comercializa su agua en una veintena de países como Irlanda, Reino Unido, Holanda, Alemania, Francia, Portugal, Italia, Japón, Arabia Saudí, Catar, Emiratos Árabes, Colombia, Panamá, Jamaica, Canadá o EEUU. Además, cuenta con una fábrica propia en Caribe, está ultimando los detalles para abrir otra en Italia en los próximos meses y acaba de cerrar un acuerdo para construir una tercera factoría en Catar.
Además de Only Water, su firma propia, la compañía envasa agua personalizada para más de 300 empresas, desde marcas de coches, hoteles, navieras, empresas de transporte público, medios de comunicación o entidades financieras. Armas Trasmediterránea, Cabify, Paradores Nacionales o Banco Santander son algunos de los principales clientes de LY Company.
Como la mayoría de las empresa, también ha sufrido las consecuencias de la pandemia, ya que, gran parte de su negocio está en los eventos y en el canal horeca, por lo que las ventas en el comercio nacional se han visto mermadas, una caída que ha logrado amortiguar el comercio exterior.
“En 2020 esperábamos crecer, pero durante los meses del confinamiento total la actividad bajó un 90%. Es un agua que nuestros clientes la utilizan como promoción, como regalos, se pararon todos los eventos y las ventas cayeron, pero las exportaciones crecieron”, indica Rodríguez.
Las previsiones iniciales apuntaban a una facturación de más de 10 millones de euros, pero finalmente se ha quedado en unos 7 millones, cifra muy similar a la registrada en 2019. La compañía cuenta con unos 150 empleados, de los que 25 trabajan en España, cifra que se eleva hasta los 45 durante los meses de temporada alta, que abarca desde abril hasta octubre, cuando aumenta la temperatura y crece la actividad turística.
Tras unos meses duros, Ly Company ha comenzado a retomar su actividad y maneja ambiciosas previsiones para los próximos años. En concreto, estima alcanzar los 500 millones de unidades en 2025. “Ahora mismo la cosa está yendo bien, tenemos un proyecto que está al 90% y solo ese acuerdo supone 8 millones de euros y 35 millones de envases. Además, estamos cerrando negocio con dos clínicas y eso supondrá otros 4 millones de euros”, avanza el responsable de la compañía.
Estabilizar las nuevas fábricas y conquistar el mercado asiático son los grandes restos de esta startup que dona el 10% de su beneficio a la ONG Pozos sin fronteras.