Francisco José Tato , presidente del Consejo Andaluz de Economistas: “Los Fondos Next Generation deben servir para cambiar el modelo productivo andaluz”

En plena pandemia y con el complicado reto de la recuperación económica de Andalucía, Francisco José Tato Jiménez, decano del Colegio Profesional de Economistas de Sevilla, asume la presidencia del recientemente creado Consejo Andaluz de Economistas, un colectivo que nace para aunar esfuerzo entre las ocho provincias

El nuevo Consejo Andaluz de Economistas nace en plena pandemia y con el enorme reto de la recuperación económica. ¿Cuál va a ser su papel en el este complejo escenario?

El papel del Consejo andaluz debe ser el de aunar esfuerzos para que los colegios de las distintas provincias lleguen allí donde solos no pueden. Los colegios de Andalucía no son todos iguales y los mayores deben servir de tractores del crecimiento para los demás, para que también crezcan. Todos unidos debemos reforzar el papel del economista en la sociedad, como un profesional que está para la salvaguarda del bienestar común, además de elevar propuestas legislativas que mejoren el bienestar común. Muchas veces los economistas nos quejamos de que proponemos muchas cosas, pero no siempre nos hacen caso a nivel político.

¿Qué retos se marca como presidente?

El principal reto es reforzar el papel del economista y elevar propuestas al poder legislativo para que las tenga en consideración, porque que siempre irán encaminadas a la salvaguarda del bienestar general. Igualmente, tenemos intención de realizar un barómetro económico a nivel andaluz en el que daremos nuestras perspectivas de crecimiento y evolución de la economía, lo que a su vez con una desagregación provincial pues permita también analizar esos datos por provincia, también la realización de congresos en los ámbitos fiscal, de la macroeconomía o de la auditoría.

¿Cómo está siendo el trabajo de los colegios de economistas andaluces en este año de pandemia?

Está siendo un trabajo muy intenso porque está habiendo una gran batería de reforma legislativa que nos ha obligado a todos los colegios a estudiar cada una de las normas y a informar a nuestros colegiados de los cambios normativos que se han ido produciendo.

¿Cómo ve la situación de la economía andaluza de cara a la recuperación?

La verdad es que estamos en un escenario complejo, lo primero es que sin vacunas no hay paraíso, no vamos a ninguna parte. Estamos ya inmersos en la cuarta ola, con nuevas cepas y con una lentitud en las vacunaciones y con malas noticias en algunas de las vacunas como la de Janssen en la que teníamos puestas muchas esperanzas. Estamos en una economía con poca industria y mucho turismo, lo que requiere movilidad y contacto social que es lo que está prohibido ahora. Si a eso le añadimos un tejido empresarial con muchos autónomos y pymes de pequeño tamaño abandonadas a la deriva y esclavas de los ERTE y los ICO, sin saber si en el futuro van a poder cumplir con el compromiso del mantenimiento del empleo. Además, tenemos poca inversión en I+D, porque estamos atrayendo poca y con unas finanzas públicas también bastante tocadas, con un déficit estructural y una deuda pública muy elevada. El panorama no es halagüeño, pero de todo esto se sale de una forma que parece complicada, pero es fácil, consiste en alcanzar esa inmunidad de rebaño. En definitiva, sin vacunas difícilmente vamos a salir de esta situación.

¿Ha dejado la pandemia en evidencia algunas carencias del sistema económico andaluz?

Evidentemente, como siempre pasa cuando la economía tiene alguna pequeña enfermedad pues a nosotros nos afecta en mayor medida. Desde el año 2.000 la Renta andaluza viene siendo el 75% de la Renta nacional, esto viene siendo una constante en los últimos años. Desde el 2009 no bajamos del 20% de paro, 7 puntos por encima de la media nacional. Suponemos el 18% de la población española y sin embargo solamente generamos el 13,3% del PIB. Tenemos un modelo productivo con una alta presencia del sector público y un PIB industrial muy por debajo de la media nacional, lo que nos lleva a tasas de desempleo que son 1,5% veces por encima de la media nacional. A esto se suma una educación superior por debajo también de la media nacional. Aunque tenemos muchos jóvenes y bien formados, tienen que salir a buscar trabajo fuera de Andalucía mientras que aquí seguimos con un empleo bastante precario y de baja cualificación, que cuando hay circunstancias de crisis pues es el primero que sufre.

Pero no todo es negativo, ¿Cuáles son las fortalezas con las que cuenta Andalucía para salir de esta crisis?

A mi juicio podríamos decir tres o cuatro que son clave: tenemos una importante posición geográfica en la vertiente mediterránea y atlántica, un sector agroalimentario que puede ser una de las fortalezas de nuestra industria y que además no se ha visto afectado por la pandemia, un alto potencial en el sector de las energías renovables, aquí hay que tener en cuenta que el Plan Nacional Integral de Energía y Clima para 2030 prevé instalar 57.000 megavatios de los cuales un porcentaje importante debería aportarlo Andalucía que tiene potencial para unos 300.000. Otra de las fortalezas son las inversiones en I+D, en un informe que realizamos en el Consejo general de Colegios de Economistas de España la inversión en I+D en Andalucía no se encuentra excesivamente mal posicionada, está en un nivel intermedio a nivel nacional. También me gustaría establecer como fortaleza la situación del Gobierno andaluz, tiene cierta estabilidad al menos de momento y está empezando a dar algunos resultados interesantes y que pueden pasar desapercibidos. En 2019 el Gobierno andaluz ha cumplido las tres reglas de déficit, gasto y deuda, eso me parece de extremada importancia para sentar las bases de un futuro crecimiento, unas bases sólidas a nivel andaluz que permitan atraer la inversión y generar riqueza.

Hemos bajado del millón de parados, pero la cifra sigue siendo muy alta ¿Cuáles serán las claves para que las empresas vuelvan a crear empleo?

Lo que tenemos es que recuperar los niveles de actividad económica previos a la pandemia y eso se va a conseguir a través de la vacuna, llegando a esa inmunidad de rebaño que nos permita recuperar la normalidad y la dinamización de la economía. Es previsible que estemos en niveles prepandemia a finales del 2022, según estiman la mayoría de los organismos internacionales. Tenemos un problema de paro a nivel nacional, como ha puesto de manifiesto recientemente el FMI, no somos capaces de integrar en nuestra economía a los jóvenes recién licenciados en las Universidades. Aunque para 2021 el FMI establece un crecimiento para España del 6,4%, todavía sitúa unos niveles de paro a nivel nacional de casi el 17%, a nivel andaluz seguiremos en torno al 23% es decir una de cada cuatro personas seguirá en paro a finales de este año.

En el escenario empresarial cobra especial importancia la situación de Abengoa. ¿Cómo ve la situación de la compañía y la postura de la Junta de Andalucía?

La postura de la Junta de Andalucía llego a entenderla, debemos comprender que los recursos de las comunidades autónomas son especialmente limitados y deben gestionarlos convenientemente. Para ayudar a las empresas a nivel nacional contamos con la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) que es la que está abordando el problema, porque creo que tienes más capacidad de hacerlo que la propia Junta de Andalucía. A mi juicio, el caso de Abengoa debía haberse tratado, no ahora cuando ya los problemas son bastante graves, sino cuando se abordó la primera refinanciación. Entiendo que si en aquel entonces hubiéramos abordado esos problemas, la situación ahora sería muy diferente. En aquel momento no tratamos el cáncer convenientemente y ahora tiene demasiadas ramificaciones y genera una situación delicada y peligrosa.

Pero son muchos puestos de trabajo los que están en juego.

Hay que pensar también que la actividad de Abengoa supone un sector estratégico a nivel andaluz. Yo estoy convencido de que se va a mantener ese empleo, quizá no como ahora, igual no como una gran empresa, pero si es posible que Abengoa se vaya segmentando en aquellas unidades productivas que sean realmente eficientes. Quizá en vez de una Abengoa grande pues tengamos 8, 10 o 15 empresas más pequeñas, más ágiles y más rentables. Eso corre el riesgo de que los centros de decisión pues salgan de Andalucía y migren a otros lugares. No hay nada que las pueda fijar a Andalucía porque son proyectos internacionales.

Estamos viendo también estos días numerosas protestas de los trabajadores de Airbus. Están en juego muchos empleos, pero también un importante sector de la economía andaluza.

El sector aeronáutico es uno de los que más está sufriendo la pandemia, la movilidad se ha limitado y se ha restringido, es lógico que esas empresas sufran, no solo Airbus también otras compañías auxiliares que son muchas con las que contamos en Andalucía, especialmente en Sevilla. Todas esas empresas están sufriendo reajustes de plantilla necesarios, porque la realidad es que no hay carga de trabajo y no hay más remedio que ajustar las plantillas para seguir manteniendo la viabilidad de la empresa y posteriormente, cuando crezca la actividad, se intentarán recuperar esos empleos.

Andalucía es una de las regiones más afectadas por las consecuencias económicas derivadas de la pandemia. ¿Esto nos debería hacer reflexionar sobre nuestro modelo productivo?, ¿Qué deberíamos aprender de todo esto?

Necesitamos un cambio de modelo productivo, nuestro modelo productivo en cuanto la economía tiene problemas sufre bastante más que el resto. Además, tenemos que converger hacia Europa, cada vez es mayor la brecha que existe ya no solo a nivel nacional (norte - sur), sino también con Europa. Si queremos converger, nuestro dinamismo debe ser mayor al del resto de las comunidades ya que partimos de una situación con desventaja competitiva. Para reducir las desigualdades necesitamos inversiones, pues a través de ellas se dará un resultado favorable para las empresas que redundará en la mejora del Bienestar de la población andaluza. Los Fondos Next Generation nos deben servir a los andaluces para acometer ese cambio de modelo productivo, por eso el reparto de estos fondos no debería hacerse con criterios políticos, sino con criterios geográficos para ayudar a esa España vaciada, a esa España que se ha visto desfavorecida, que tiene una brecha importante para ayudarla a converger y no ayudar siempre a las mismas regiones que lo que se va a conseguir es aumentar esa brecha.

¿Qué le parece la decisión del Gobierno Central de no prorrogar más el Estado de Alarma?

A mi juicio creo que todavía debemos tener las herramientas jurídicas necesarias para seguir limitando la movilidad en el caso de que sea necesario. Ya hemos tenido varias salidas en falso, después del confinamiento duro creímos que en verano ya habíamos salido y vamos por la cuarta ola.

Y ya para terminar, ¿Qué previsiones maneja el Consejo Andaluz de Economistas de cara a esa recuperación de la economía andaluza?

Nuestras estimaciones están en línea con las que ha establecido el FMI. Estimamos que este año va a haber un crecimiento importante, sin embargo, este crecimiento de la economía no va a llevar aparejado un crecimiento del empleo en la misma medida. Presumimos que recuperaremos los niveles prepandemia finales del 2022, principios del 2023, no antes.