El complicado equilibrio entre la salud y la economía

En la primera ola de la pandemia Andalucía tuvo una incidencia de contagios menor que otras comunidades, sin embargo, las consecuencias económicas han sido devastadoras. Tras un verano de cierta estabilización, con la llegada del otoño y la segunda ola las cifras han vuelto a crecer, obligando incluso a confinar a algunos municipios.

Medidas drásticas para contener el virus que amenazan con fuerza a la economía. Mientras la sombra del toque de queda planea por todo el país, los empresarios ruegan ayudas reales que logren paliar esta complicada situación que comenzó hace más de siete meses y que no parece tener una solución cercana.

La alta tasa de paro, la fuerte dependencia del turismo o el recién publicado índice de pobreza son algunos de los parámetros que sitúan a Andalucía en desventaja con respecto a otras comunidades en lo que se refiere a recuperación económica. La hostelería y el turismo atraviesan el momento más complicado de su historia reciente, especialmente en los lugares que dependen de los viajeros internacionales. El resto de sectores, cada uno en su medida, también sufre las consecuencias de una crisis sanitaria que derivó en económica y para la que ningún gobierno parece tener solución.

En cifras objetivas, las previsiones de la Consejería de Transformación Económica, Industria, Conocimiento y Universidades, apuntan a una caída del PIB para este año que rondará el -10,4% y los expertos estiman que la recuperación parcial comenzaría en 2021. Datos complejos y periodos que se alargan cada vez más para un tejido empresarial duramente azotado ya.

Ya lo advertían desde el ámbito sanitario y ahora parece que también desde el económico: mientras no se controlen los contagio, las hospitalizaciones y las muertes, no se podrá hablar de recuperación económica. La ecuación es compleja, pues mientras no exista una vacuna la única forma de bajar el número de casos es reduciendo las salidas y evitando los contactos sociales, lo que evidentemente repercute en sectores como la restauración, el ocio, el comercio o la cultura. La economía andaluza se mueve y avanza si estamos en la calle y eso es precisamente lo que tenemos que evitar para frenar al virus.

Una dura situación a la que de un día para otro se han tenido que adaptar desde los más pequeños que a su material escolar han unido con responsabilidad la mascarilla, hasta los más mayores que al miedo al contagio suman la soledad que conlleva evitarlo. Un esfuerzo de ciudadanos y empresas que exige un compromiso y responsabilidad política a la altura, para lograr entre todos superar esta crisis sanitaria, económica y social.