La digitalización andaluza: una cuestión de competitividad empresarial

La industria alimentaria es un pilar para la economía andaluza y, por tanto, para la española. El sector agroalimentario supone el 15,4% del tejido empresarial de la Comunidad, dentro del cual, el 6% corresponde a las empresas manufactureras. En la fabricación de alimentos, intervienen procesos productivos complejos donde la tecnología es esencial para garantizar la productividad, seguridad y trazabilidad de los productos, entre otros factores. Por ello, impulsar la digitalización en el sector agroalimentario andaluz es clave para la competitividad, no solo regional, sino nacional.

El sector alimentario andaluz tiene un papel fundamental dentro de la recuperación y reconstrucción económica. Con sus fortalezas y debilidades, debe afrontar un proceso de digitalización si quiere ser eficiente, ágil y competitivo en un mercado cada vez más global. Un proceso que no es igual para todos los actores locales. En Andalucía, conviven empresas de gran tamaño con pymes familiares líderes en sus sectores, con las ventajas e inconvenientes que esto supone para su digitalización. Mientras que las más grandes seguramente tengan más recursos, así como procesos y planes tecnológicos más aterrizados, las pymes tienen la ventaja de ser más ágiles y flexibles en momentos de cambio o disrupciones tecnológicas.

Ahora más que nunca, la digitalización marca la diferencia entre empresas. Tanto por la competitividad que les puede aportar, como por lo necesario que les resulta para poder afrontar y superar los retos que supone la pandemia, como una mayor eficiencia operativa, mayor trazabilidad o garantizar la seguridad alimentaria. Pero este camino, de nuevo, no es igual para todas las compañías. La digitalización debe tener una hoja de ruta adecuada a cada empresa, fijada tras una etapa de análisis y consideración del estado de la compañía.

La mejora continua es la mejor receta para el éxito, en cualquier escenario. Sin embargo, la pandemia ha acrecentado la necesidad de innovar y adaptarnos, dos cualidades que no son ajenas a las empresas andaluzas, pero que deberán priorizar para bien de la economía presente y futura con la digitalización como aliada esencial.