El mantecado de Estepa crea
4.500 empleos en plena crisis

Las 19 fábricas del Consejo Regulador producen unas 22.000 toneladas de dulces que se venden por toda España, el impacto económico rondará los 70 millones

Un oasis en mitad del caos y la incertidumbre. Algo así es desde hace unos meses el municipio sevillano de Estepa, históricamente conocido por su tradición de mantecados, polvorones y demás dulces navideños. Mucho antes de que el debate de “salvar la Navidad” saltara a la opinión pública, las fábricas estepeñas se pusieron en marcha para llevar sus dulces sabores por toda España. Una industria ancestral que remonta sus inicios al siglo XVI y que ha logrado crear en este complejo 2020 más de 2.000 empleos directos y 2.500 indirectos, logrando esquivar la pandemia.

No son ajenos en Estepa a la crisis sanitaria y económica que azota al planeta, pero la industria del mantecado ha logrado mantener cifras muy similares a las de 2019 tanto en producción como en empleo. En octubre el municipio, de más de 12.500 habitantes, contaba con 768 desempleados y una tasa de paro del 12,13%, un dato muy por debajo del 23,8% que registra de media Andalucía.

“La campaña se ha desarrollado como en años anteriores, aunque lógicamente con la incertidumbre que produce el Covid-19 a nivel general y con importantes medidas de seguridad para evitar contagios. El empleo se ha movido en los mismos números que en años anteriores, la incertidumbre viene ahora, aunque soy optimista y no creo que haya grandes diferencias. Nuestro producto está muy vinculado a la Navidad española, el mantecado y el polvorón de Estepa forman parte de la cultura navideña y este año volverán a formar parte de esas mesas de encuentro y familiaridad”, explica a elEconomista Andalucía Eusebio Olmedo, presidente del Consejo Regulador de la IGP Mantecados y Polvorones de Estepa.

En cuanto a producción, se estima que las 19 fábricas que componen el Consejo Regulador elaboren y comercialicen en el total de la campaña alrededor de 22.000 toneladas, cifra similar a la de años anteriores. Estos datos hacen prever que el impacto económico de esta industria agroalimentaria vuelva a situarse en torno a los 70 millones de euros. “La campaña se está desarrollando en líneas generales como la anterior, pero es un año complejo y hay que ser prudente porque cada fábrica tiene su forma de trabajar y su estrategia de venta”, indica el presidente del Consejo Regulador.

Una industria fundamentalmente femenina, en la que el 85% de los trabajadores son mujeres, y basada en la tradición, ya que, los mantecados y polvorones se siguen elaborando con las mismas recetas e ingredientes desde hace más de 150 años.

Así siguen elaborando en La Colchona, la fábrica más antigua de Estepa, los mantecados, polvorones, alfajores de almendra o roscos de vino, con las mismas recetas que los hacía su fundadora Micaela Ruiz, allá por el 1850. Una industria basada en la tradición, pero adaptada a los tiempos actuales que lleva sus dulces por toda España e incluso a otros países como Francia, Alemania o Reino Unido, donde también los vende a través su página web.

Al ser un producto que se come en familia y en casa, la pandemia no ha afectado a su producción ni a su venta, aunque si ha hundido el turismo que en los últimos años se había generado en torno a su fabricación y que generaba importantes ingresos en la comarca, desde el inicio del otoño hasta la llegada de la Navidad. “En los últimos años hemos trabajado para que la marca Estepa se consolidara como destino turístico del mantecado y cada año recibimos más visitantes, pero éste nos toca ser responsables, ahora lo fundamental y lo inmediato es controlar los contagios y ya vendrán momentos mejores”, señala Olmedo.

A pesar de la caída del turismo, Estepa y su industria han logrado ganar la batalla al virus, manteniendo el empleo, los ingresos y la producción que garantiza que el sabor de la Navidad llegará también este año a todos los hogares.