‘Edge Computing’: bajando la computación de la nube

La computación en la nube o cloud computing fue toda una revolución hace ya casi 15 años. El lógico temor inicial de las empresas a tener todos sus datos/capacidad de cómputo o los servicios “en la nube” fue desapareciendo conforme se vieron los beneficios, como el acceso bajo demanda a los recursos, elasticidad, ubicuidad, seguridad y rendimiento. En los próximos años, según apuntan todas las grandes consultoras tecnológicas, la Edge Computing o computación “en el borde” se presenta como la nueva gran tendencia en materia de computación distribuida y supondrá un cambio para para muchas de las aplicaciones futuras.

La Edge Computing trata de acercar la capacidad de cómputo al dispositivo que genera los datos (sensor, cámara, smartphone...) para acelerar la capacidad de respuesta. En las aplicaciones cloud, la larga distancia entre los dispositivos que captan los datos y los centros de procesamiento, ubicados en cualquier lugar del mundo, hace que aumente la latencia y a menudo es necesaria una respuesta en “tiempo real”.

En el ámbito de la I+D, ya se están aplicando este tipo de técnicas para telecirugía, tratamiento remoto de imágenes de videovigilancia, aplicaciones industriales con robots y dispositivos IoT o para ciudades inteligentes. Los dispositivos que captan los datos (sensores) se complican y vuelven más inteligentes, ya que tienen capacidad local de cómputo. Ejemplo de este tipo de aplicaciones es una operación de cirugía a kilómetros de distancia donde la velocidad de respuesta es crucial, o cuando dos vehículos autónomos se conectan a los elementos de la ciudad y de su reacción depende que no se produzca un accidente. Además, existe una relación directa de esta tecnología con el nuevo estándar de 5G, que permite una conectividad con latencias muy bajas. El despliegue de las verticales basadas en 5G ha sido posible gracias a técnicas de acceso a la célula móvil y división de espectro basadas precisamente en técnicas de Edge Computing.

Desde CTA, como organismo que promueve y financia proyectos de I+D en Andalucía, llevamos meses observando el auge de este tipo de estrategias tecnológicas y su presencia en cada vez más aplicaciones y servicios avanzados que requieren procesamiento de grandes cantidades de datos y respuesta ultrarrápidas. Empresas miembro de CTA, como Wellness Tech Group y Ontech, son ejemplos que ya están innovando en este ámbito.

La Edge Computing aparece en casi todos los programas de financiación de redes europeas relacionadas con Inteligencia artificial como tecnología clave para las aplicaciones de la futura sociedad conectada. Las empresas que apuestan por la I+D+i como estrategia de diferenciación deberán prestar mucha atención a este tipo de tecnologías, ya que junto con la Inteligencia artificial y el 5G son toda una revolución que nos marcará el camino para los futuros servicios, productos y aplicaciones.