La digitalización, clave para la competitividad de pymes y autónomos

El país se enfrenta al reto de adaptarse a la “nueva normalidad”. Esta expresión tan oída en los últimos días implica un cambio de carácter excepcional, ya que, cuando la pandemia cese, nos vamos a encontrar con una sociedad bien distinta a la que conocíamos antes del Covid-19. Una sociedad en la que la tecnología y lo digital van a tener un papel fundamental en muchos ámbitos. Esta transformación ha afectado al mundo laboral, y a la forma en la que consumimos, e incluso supondrá una alteración en el modelo de globalización. Y todo ello, va de la mano de una crisis económica a la que debemos hacer frente sin demora. Además de superar la crisis sanitaria, es urgente reactivar la economía y reponer el tejido empresarial dañado. Es primordial que comencemos ya a construir los cimientos de la recuperación, para poder alcanzar esa normalidad que ahora nos parece tan ajena.

Según el Banco de España, el coste económico de la pandemia será importante, con una contracción del PIB en 2020 no inferior al 9% a nivel nacional y pudiendo alcanzar niveles superiores, mientras que, en el caso de Andalucía, la caída podría ser del 10%, según las previsiones de la Junta de Andalucía. Es cierto que las medidas adoptadas hasta ahora por el Gobierno y los distintos organismos europeos han ayudado a frenar una mayor caída de la economía. Junto a ello, es necesario avanzar mediante la creación de sinergias más intensas entre los sectores público y privado, para dar respuesta a las necesidades de la sociedad que vamos a encontrar en esa “nueva normalidad”.

Más que nunca debemos unirnos para apoyar a pymes y autónomos en el conjunto de España y, en particular, en Andalucía. Según el Plan de Acción de Empresa Digital de la Junta, el tejido empresarial andaluz está compuesto en un 99,93% por pymes. Estas son, pues, un factor clave en la recuperación y por ello, además de facilitarles la liquidez y la flexibilidad necesarias para que puedan superar el impacto, deben dotarse de las herramientas para afrontar los cambios y materializar los ajustes que deban implementar en sus modelos de negocio. Resulta crucial apoyar a estos colectivos en su proceso de digitalización, que permitirá ampliar su radio de actuación, además de recuperar a los clientes que hayan migrado su forma de consumo de los canales físicos a los digitales, y que probablemente ya no regresen a sus hábitos previos a la crisis. Para ello es clave que puedan acceder a los recursos humanos, técnicos y financieros necesarios para que puedan sumarse a la tendencia imparable de la transformación digital.