El futuro del sector, en el aire tras el desplome de la aviación mundial

Airbus, Aciturri y Alestis aplican ERTE en sus plantas andaluzas a la espera de una reactivación que tiene en la rama de Defensa militar su mejor baza para el futuro

La industria aeronáutica andaluza contiene la respiración para que esta crisis sanitaria mundial no se lleve por delante un sector que se había consolidado en la última década y que factura más de 2.500 millones y emplea a unas 16.000 personas de forma directa, aunque su impacto es mayor considerando el empleo inducido. Son casi 200 las empresas -sobre todo en Sevilla y Cádiz- que trabajan en un sector especialmente dependiente del gigante europeo Airbus. Precisamente, esta compañía ya ha reconocido que la actual crisis va a suponer un duro golpe a sus planes, que ya preveían un importante recorte este año. En una situación más complicada aún ha pillado esta pandemia a su principal competidor mundial, Boeing.

Ante este panorama, Airbus está llevando a cabo un plan que le permita ajustar su producción a la actual demanda mundial. Ya a principios del Estado de Alarma, los empleados de todas sus plantas españolas pararon cuatro días. Esta medida afectó a unos 6.200 empleados en Andalucía. Actualmente, trabajan en las plantas de Sevilla (San Pablo y Tablada) unos 4.600 empleados, 2.600 puestos directos y 2.000 de subcontratas. Además, en El Puerto de Santa María hay otros 650 trabajadores, la mitad de ellos de subcontratas, mientras que en Puerto Real son 1.000 las personas que trabajan, 500 de ellos de Airbus.

Al margen de ese parón puntual, la empresa ha negociado con los sindicatos un ERTE desde el 20 de mayo al 30 de septiembre para su planta de Puerto Real y aún tiene pendiente cerrar el acuerdo para la salida de 260 empleados andaluces anunciado previo al estado de alarma. Esta situación ha afectado de forma grave a los principales proveedores de la compañía, los tier 1. Así, la burgalesa Aciturri ha presentado un ERTE que afecta a la mitad de su plantilla en Alcalá de Guadaíra (Sevilla), donde emplea a 170 personas. Además, la compañía presidida por Ginés Clemente es, desde el pasado año, la principal propietaria de Alestis, que cuenta con cuatro centros de producción en la comunidad: dos en Sevilla, con 500 empleados y dos en Cádiz (Puerto Real y El Puerto de Santa María), con 600 trabajadores. La firma ha presentado un ERTE para la mitad de la plantilla de Alestis pero los sindicatos lo rechazan por temor a un poserior ERE.

A pesar de esta situación, el presidente del clúster Andalucía Aerospace, Antonio Gómez-Guillamón, atisba una luz de esperanza. A su juicio, los grandes programas de defensa europeos, como el sistema de combate aéreo FCAS o el Eurodrone, “siguen avanzando” y se han convertido en el salvavidas de la industria aeronáutica española en “la tormenta” del Covid-19. Gómez-Guillamón explicó, en un seminario digital organizado la pasada semana por la Cámara de Comercio de Sevilla, que el segmento aeroespacial militar sigue funcionando a pesar de la crisis que ha originado esta pandemia y supone “una esperanza” para la industria pues le aporta “estabilidad a corto y medio plazo”.

El representante del sector recordó que antes de esta crisis “había preocupación” porque programas de aviones militares, como el A400M o el CN295, que Airbus ensambla en Sevilla, “estaban languideciendo” por falta de pedidos, mientras que en la aviación comercial “todo eran buenas noticias y el reto no era otro que cómo aumentar la carga de producción por la gran demanda de nuevos aviones”. Pero ahora, el 90% de la flota europea de aviones comerciales “está paralizada”, las aerolíneas “se están desangrando”, han perdido la temporada alta de verano e incluso al principio de la pandemia, “los clientes ni siquiera podían trasladarse a recoger sus pedidos”. Para Gómez-Guillamón, lo crucial es que las aerolíneas sobrevivan, “porque de ellas comemos todos”.