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Las grandes empresas del campo de Gibraltar y el polo químico onubense siguen abiertas, al igual que la actividad minera y Cosentino, mientra cierran Renault o Fujitsu

La escasa industria andaluza -supone solo el 12% del PIB regional frente al 18% nacional ha respondido con medidas muy diversas en función de su sector de actividad. Buena parte de las pequeñas industrias de la comunidad han cerrado sus puertas tras decretarse el estado de alarma, y muchas de ellas se han acogido a ERTE. Sin embargo, un buen número de las grandes empresas instaladas en Andalucía mantienen su actividad al ser consideradas esenciales para el mantenimiento de los servicios y suministros básicos -energía, agua, alimentación, etc.-. Es el caso de los dos principales polos industriales de Andalucía; el del Campo de Gibraltar y el de Huelva, que suman cerca de 20.000 millones de facturación y generan casi 30.000 empleos.

Así, la Asociación de Grandes Industrias del Campo de Gibraltar está formada por 14 entidades -Acerinox, Air Liquide, APM Terminals, Autoridad Portuaria de la Bahía de Algeciras, Cepsa, Cepsa Química, CLH, Endesa, Evos, Indorama, Linde Gas España, Naturgy, Repsol y Viesgo- que facturaron en 2018 -último dato público- casi 10.000 millones, con 9.500 empleos directos y de empresas auxiliares, -casi 20.000 incluyendo los inducidos-.

Por su parte, la Asociación de Industrias Químicas, Básicas y Energéticas de Huelva (AIQBE) cuenta con 15 miembros -Algry Química, Air Liquide, Atlantic Copper, Cepsa Refinería La Rábida, Cepsa Química, CLH, Decal, Enagas, Ence, Endesa Generación, Electroquímica Onubense, Fertiberia, Naturgy, Repsol y Venator- que alcanzaron en 2018 una producción por valor de 9.575 millones, con 2.231 trabajadores directos (10.000 con empleo inducido).

El presidente de la AIQBE, Carlos Ortiz, ha destacado el “extraordinario esfuerzo” que están realizando tanto estas empresas como sus trabajadores, garantizando el suministro de energía en los hogares y de carburantes para los transportes; de fertilizantes para la alimentación; de cloro, para la desinfección; de lejía y de jabón, para la higiene de hogares, de centros de trabajo y de personas, así como de los materiales para los trajes de aislamiento, los respiradores, tubos y otros equipamientos médicos; de gases industriales, como el oxígeno, necesario para el tratamiento de los pacientes más graves de COVID-19, o de cobre, imprescindible para las telecomunicaciones, para las líneas de Internet y para la radio”.

También las empresas mineras y cementeras mantienen de momento su actividad en Andalucía. En el caso de la almeriense Cosentino, mantiene la actividad, aunque ha liberado temporalmente de trabajo a unos 100 trabajadores en su central, mientras que dos tercios de su personal de oficinas está teletrabajando en sus domicilios. También ha implantado una importante batería de medidas, desde la suspensión del bus que llevaba a los trabajadores hasta tomarles la temperatura diariamente.

El sector aeronáutico también se está viendo afectado por esta crisis. Airbus cerró cuatro días sus cuatro plantas andaluzas para adaptar sus procesos y luego reabrió con estrictas medidas entre sus empleados.

Otras empresas han cerrado sus puertas, como Renault, en Sevilla, que presentó un ERTE para sus 1.200 empleados, así como Fujitsu en Málaga, con 336 empleados, aunque inicialmente lo ha aplicado a 39 y su ampliación al resto dependerá de la evolución de los pedidos internacionales en los próximos días.