El edificio del Parlamento puede esperar; la prioridad es salvar vidas

Estos días estamos afrontando la que ya es, sin duda, una de las mayores crisis sanitarias de nuestra historia, un enorme reto que genera también una crisis social y económica. El Covid-19 que empezamos a conocer hace apenas unas semanas por noticias desde China se ha expandido por el resto del mundo a una velocidad asombrosa y ha llegado con fuerza a España, y por ende a Andalucía. El desafío es global, pero el éxito para vencerlo depende, principalmente, de la responsabilidad individual: que todos respetemos las medidas decretadas por las autoridades y nos quedemos en casa. Es la mejor manera para contribuir a parar la dramática escalada de contagios.

Será una crisis global que marcará la memoria del mundo, cambiando con ella muchas realidades. El Covid-19 supondrá un antes y un después en el modo de relacionarnos, de viajar y de trabajar. En el sistema productivo y las relaciones entre países. En definitiva, nos hará recordar la vulnerabilidad del ser humano y de la sociedad tal como la conocemos.

Ante esta situación, cualquier posibilidad de contribución es necesaria y urgente. Por ello, desde el Parlamento de Andalucía asumimos la responsabilidad y acordamos transferir a la Junta de Andalucía 4,2 millones de euros para apoyar la lucha contra el virus. La propuesta, aprobada por la Mesa de la Cámara y que ha contado con el apoyo de todos los grupos parlamentarios, toma esos recursos del Plan Director del Parlamento para obras de remodelación y adaptación de su edificio. Irá destinado íntegramente a la Consejería de Salud, porque la prioridad es la vida de los ciudadanos. El edificio puede esperar, las personas no.

Son tiempos difíciles y quedan semanas duras, por lo que es necesario contar con recursos suficientes tanto de la UE como del Gobierno central que refuercen los servicios esenciales, a los ciudadanos y a las empresas en este trance. Muchos proyectos se tendrán que quedar aparcados, pero pronto podremos recuperar nuestra vida. Andalucía cuenta con estabilidad política y un presupuesto aprobado, pero también dependemos de la flexibilización del objetivo de déficit. El gobierno debe permitirlo, en la senda que estos días está defendiendo Europa, para que las CCAA puedan afrontar este gran reto con todos los recursos posibles.

El camino será duro y la incertidumbre es grande, pero saldremos adelante entre todos. Mientras, nuestra mejor forma de colaborar para superarlo lo antes posible es tan fácil como imprescindible: quedémonos en casa.