Las empresas andaluzas echan de nuevo a rodar

Unas 100.000 de las 500.000 empresas andaluzas aplicaron un ERTE, que afectaron a 600.000 empleados, aunque muchas van saliendo y vuelven a la actividad con ilusión y prudencia

El decreto del Estado de Alarma que reguló las empresas -y nuestra vidas- el pasado 14 de marzo dejó en hibernación la economía, solo pendientes de la crisis sanitaria, y con el pulso solo activo en un puñado de sectores esenciales para abastecer de necesidades básicas a la población -agricultura, alimentación, transportes, agua y energías, telecomunicaciones, farmacias, etc.-. En apenas un fin de semana, se cerraron comercios, almacenes, fábricas, hoteles, obras de construcción, oficinas, bares y restaurantes, entre otros, para dar espacio al mayor vacío de la vía pública que jamás hayamos conocido, y que ahora intenta despertar.

Andalucía cuenta con más de medio millón de empresas, de las que el 96%, unas 470.000, son microempresas, es decir, con menos de 10 empleados. De hecho, según el Directorio Central de Empresas que elabora anualmente el INE, unas 235.000 no tienen a ningún trabajador asalariado en plantilla.

Una de cada cinco de ese medio millón de empresas de ha acogido durante el Estado de Alarma a un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE). En concreto, a principios de mayo -pico máximo de presentación de expedientes-, la Consejería de Empleo de la Junta había recibido más de 100.000, aunque algunos presentaban duplicidades y fallos. En total, este departamento tramitó 96.917 ERTE que afectaban a 503.956 trabajadores en esta región. A estos habría que sumar otros 90.000 empleados andaluces afectados por ERTE presentados directamente ante el Ministerio por empresas de ámbito nacional, pero con centros en Andalucía.

La consejera de Empleo de la Junta, Rocío Blanco, se emocionaba hace unos días en el Parlamento Andaluz cuando contaba el “trabajo fantástico” que han realizado sus funcionarios -a los que se sumaron otros 150 voluntarios de distintas Consejerías- para tramitar desde sus casas teletrabajando y en tiempo récord esos 100.000 expedientes, que enviaron al SEPE (Servicio Público de Empleo Estatal). Desgraciadamente, los retrasos en los pagos a muchos de los afectados por parte de este organismo nacional ha empañado el trabajo de los empleados públicos de la Junta.

Desde el comienzo de la desescalada, en mayo, distintos sectores como la industria o la construcción comenzaron su actividad adecuando su producción a las nuevas medidas sanitarias y también a la menor demanda, sacando de los ERTE solo a parte de la plantilla.

Otros sectores, como el comercio o la hostelería abrieron posteriormente para constatar que el consumo no se ha reducido de momento, si bien, en el caso de los restaurantes, la reducción de su aforo les dificulta llegar a los ingresos necesarios para mantener su actividad. Ese ha sido el gran debate de las últimas semanas para miles de pequeños empresarios: mantener a sus empleados en ERTE o recuperarlos y arriesgar su continuidad.

El presidente de CEA, Javier González de Lara, subrayó hace unos días en su intervención en la Cumbre Empresarial de CEOE, que hay que “reactivar la economía de manera inmediata, facilitando la libertad de empresa, sin más intervencionismo, ni nuevas normas, ni otras cuestiones de tipo ideológico”. Se trata de seguir adelante “haciendo empresa, con un marco jurídico y administrativo adecuado”.

En ese sentido, señaló que para reactivar la actividad economía “no hay que cambiar el modelo productivo, sino hacerlo más competitivo con nuevos modelos de negocio”. Porque la crisis no es “estructural ni de sistema, sino que es sanitaria y ajena al mundo empresarial”. Asimismo, el presidente de CEA explicó que “coyunturalmente necesitamos medidas de reactivación económica, en unos casos de carácter paliativo, como las financieras y fiscales para mantener la liquidez de las empresas que han dejado de facturar; y en otros casos de estímulo, sobre todo, de la demanda, en sectores como el comercio o el turismo, así como en sectores tan estratégicos como el aeronáutico”.

Para González de Lara, “esta crisis ha puesto sobre la mesa una vez más la función social de la empresa, pues los ejemplos de solidaridad ejecutados en estos meses por las empresas, las pymes y los autónomos se pueden encontrar en cualquier lugar de España”. Además, remarcó que “esta crisis ha demostrado que las empresas, en situaciones extremas, son capaces de reaccionar e innovar, dando soluciones para atender circunstancias excepcionales, facilitando el mantenimiento de la actividad productiva, en conjunción con la promoción de la salud pública”.

Por su parte, el presidente del Consejo Andaluz de Cámaras de Comercio, Javier Sánchez, recuerda a elEconomista que “a lo largo del confinamiento, desde las Cámaras de Comercio y Confederaciones hemos venido haciendo continuos llamamientos en ayuda de la empresa y los autónomos, pidiendo a las administraciones aplazamientos fiscales, bonificaciones e inyecciones de liquidez. En coyunturas como las que nos impone este extraordinario momento de nuestra historia no sólo los gobiernos y organizaciones sociales sino toda una generación de hombres y mujeres andaluces está llamada a medir su capacidad de supervivencia. Y si es cierto que los gobiernos han de liderar este tipo de procesos, también lo es que en el plano económico el empresariado es el mejor soporte donde apoyar sus estrategias de desarrollo colectivo”.

Por su parte, la secretaria general de UGT-Andalucía, Carmen Castilla, asegura a elEconomista que “la prórroga de los ERTE es fundamental para que las empresas mantengan el pulso necesario para ir recuperando la actividad y a los empleados, pero sabemos que hay muchas, sobre todo las PYME, que no van a poder rescatar a todos o, incluso que dejarán de ser viables, por lo que hay que garantizar los ingresos de los trabajadores y apoyar al empresario para que pueda emprender un nuevo negocio”.

A su juicio, “si no hay una apuesta política clara por un cambio del modelo productivo, la inercia nos llevará, ya lo está haciendo, a buscar la recuperación económica mediante el turismo y la construcción. Sin minusvalorar la importancia de estos sectores, a los que hay que seguir respaldando, las ayudas que llegarán de Europa nos abren una oportunidad para apostar más por la industria 4.0, la investigación, la era digital, las energías renovables, y una agricultura y un medio ambiente más sostenibles”. “Hay otros sectores que explorar con mucho potencial, como la restructuración del cuidado a nuestros mayores, o las nuevas necesidades de protección sanitaria porque, hemos vuelto a la actividad, pero la pandemia sigue entre nosotros y tenemos que extremar las medidas preventivas dentro y fuera del trabajo”, explica.

También pone el foco en la Junta de Andalucía la secretaria general de CCOO-A, Nuria López, quien subraya que “se requiere la imperiosa necesidad de que el Gobierno de Andalucía actúe sin dilación alguna, adoptando medidas en el marco del diálogo social para que, de manera urgente, con agilidad y celeridad, se haga frente a la situación de especial gravedad que atraviesa nuestra comunidad”.

A su juicio, “es necesario, junto a las medidas urgentes, abordar otras de carácter estratégico y estructural desde el diálogo social, un acuerdo social centrado en las personas y en un modelo económico sostenible que permita una salida rápida, sólida y solidaria de esta crisis, sin dejar a nadie atrás, que garantice la cohesión social y territorial que tanto necesitamos, manteniendo el empleo”.