Los rebrotes del virus amenazan el leve repunte económico

La Junta decide hoy si limita las actividades de ocio nocturno mientras el presidente “suplica” prudencia y Salud estima ya en 1.400 millones la factura de estos meses

El pasado lunes 22 se cumplió el primer mes desde que el Gobierno dio por concluidas las diversas fases de desescalada y suspendió el Estado de Alarma decretado el 14 de marzo. Desde entonces, lo que debería convertirse en una reactivación social y de la economía andaluza y española se ha convertido en un continuo estado de sobresaltos ante los rebrotes de Covid-19 detectados por buena parte de la geografía nacional y regional.

En el caso andaluz, los primeros temores sobre la apertura de las playas se han disipado y la asistencia de público se está desarrollando con normalidad. Las medidas puestas en marcha por los 62 ayuntamientos costeros de Andalucía, unido a los 3.014 auxiliares de control de playas contratados por la Junta, y la responsabilidad de los visitantes han permitido hasta la fecha que las playas andaluzas encuentren su normalidad y que apenas se hayan producido situaciones que obligasen a intervenir para cerrar los arenales y calas del litoral.

Los mayores problemas de rebrotes del virus se están produciendo tanto en las reuniones y celebraciones familiares como en los espacios de ocio nocturno y fiestas particulares, especialmente tras la finalización del curso académico. Precisamente, ese ha sido el foco de transmisión del principal rebrote ocurrido en Andalucía en estas semanas, donde una fiesta en una discoteca ha dejado casi un centenar de infectados, de cerca de 2.000 PCR realizados vinculados con este caso.

Ante esta situación, el Gobierno andaluz ha anunciado que la reunión quincenal del Comité de Seguimiento de hoy lunes conocerá el informe que los expertos de la Consejería de Salud están elaborando sobre la necesidad de proceder al cierre o limitación de las actividades de ocio nocturno, tal y como ya han aprobado otras comunidades autónomas como Murcia.

Tras el debate de los expertos, la medida podría aprobarse mañana mismo en el Consejo de Gobierno. El vicepresidente de la Junta, Juan Marín, ya advirtió hace unos días que “parece que en espacios cerrados, especialmente en locales de ocio donde se eleva el tono de voz, la probabilidad de contagio se incrementa en un 19-20%”, y eso ya con la medida aplicada de un aforo limitado al 40%.

Por su parte, el propio presidente andaluz, Juanma Moreno, ha realizado “una llamada encarecida, directa y casi suplicándole a los vecinos para que nos tomemos muy en serio el coronavirus; la pandemia no se ha ido, sigue aquí, sigue extendiéndose, si no asumimos la cuota de responsabilidad individual vamos a dar pasos atrás en nuestra libertad social, en la actividad económica y en la sanidad”,

En cuanto al acuerdo de la Unión Europea sobre los fondos para hacer frente a las consecuencias de la pandemia del coronavirus, el presidente señala que se trata de un “éxito” de la UE, a la que nunca antes se había visto tan cohesionada, y considera que es “positivo” para España.

No obstante, apuntó que nadie da recursos ni fondos a cambio de nada, sino que evidentemente hay una “letra pequeña”, que conlleva que los gobiernos receptores de los fondos tengan una “especie de limitaciones”, a través de unas cláusulas que han introducido los países del norte para evitar que ese dinero no se use de una manera “razonable, sensata y vinculada al sistema productivo”.

Para Moreno, lo que tiene que hacer el Gobierno central es, “cuanto antes”, convocar la Conferencia de Presidentes autonómicos para abordar un “reparto justo y equitativo” de los fondos que llegarán a España. En ese sentido, apuntó que Andalucía lleva más de 1.400 millones de euros extra gastados en sanidad. Para ese reparto, Andalucía pedirá que se apliquen los mismos criterios que ha establecido la UE para el reparto de los fondos entre los distintos países: nivel de población, el Producto Interior Bruto (PIB) y el nivel de desempleo. El presidente andaluz reconoció que ese reparto será una “guerra” porque las comunidades están muy necesitadas.