Los hoteles afrontan agosto con la ocupación por debajo del 40%

Más del 20% de los alojamientos andaluces continúa cerrado. La alta dependencia del turismo internacional hunde algunos destinos como la Costa del Sol, mientras que provincias como Cádiz o Huelva muestran mejores datos gracias a los viajeros nacionales

Rebrotes, cuarentenas, aislamientos, esas son algunas de las palabras más repetidas en los informativos de todo el mundo en las últimas semanas, una situación de incertidumbre internacional que está influyendo de manera negativa a la hora de preparar las vacaciones estivales. Andalucía atraviesa el verano más complicado de los últimos años aguardando a unos turistas que llegan a cuentagotas.

Según los datos de la Federación Andaluza de Hoteles y Alojamientos Turísticos (FAHAT), durante este mes de julio la ocupación media de los hoteles andaluces se ha situado apenas en el 36%. Para agosto las previsiones son ligeramente más positivas, no obstante, el nivel de ocupación medio no pasará del 42%. Nada tienen que ver estos datos con los veranos habituales cuando la mayoría de establecimientos, sobre todo en las costas andaluzas, colgaba en estos meses el cartel de completo.

Andalucía ha tenido una menor incidencia del covid-19 que otros territorios españoles y los rebrotes actuales también parecen controlados, pero a pesar de que la Comunidad está entre las favoritas para pasar las vacaciones, los hoteles siguen mostrando un nivel de ocupación muy bajo.

La situación es muy distinta en las diferentes provincias, las zonas con mayor dependencia de los viajeros internacionales, como la Costa del Sol, están sufriendo peores consecuencias mientras que otros territorios como las costas de Cádiz o incluso Huelva, están mostrando ocupaciones que rondan el 60% en algunos puntos, por el turismo nacional.

“Las noticias no son buenas, hay brotes, hay situación de pánico y eso influye a la hora de decidir si nos vamos o no de vacaciones”, ha indicado a elEconomista Andalucía el presidente de FAHAT, Luis Callejón, explicando que las reservas que se están registrando este verano atípico en los hoteles andaluces se corresponden mayoritariamente con viajeros nacionales fieles a su destino que acuden cada año a pasar una o dos semanas a su hotel de confianza.

En la Costa del Sol, destino que en 2019 recibió 13 millones de viajeros, el 70% de los turistas son extranjeros y solo el 30% restante es nacional, cifras que hacen que la provincia de Málaga sea una de las más afectadas por esta crisis sanitaria. “El turismo internacional está siendo prácticamente nulo”, ha señalado el representante de los hoteleros.

La ausencia de viajeros internacionales está provocando imágenes poco habituales en los meses de verano con ciudades como Málaga con sus centros históricos prácticamente vacíos. Sin turistas muchos negocios enfocados a al cliente extranjero aún no han podido abrir sus puertas, tanto en el sector hotelero como en el comercio o la restauración.

En cuanto a los hoteles, entre el 70 y el 80% de los establecimientos andaluces ya ha abierto al público, aunque la mayoría de ellos con dificultades y menos empleados de lo habitual.

“La apertura de un hotel es cara, los alojamientos deben tener todos los servicios que marca la ley, para eso hace falta mucho personal, con niveles de ocupación tan bajos no llegamos a cubrir los gastos fijos”, ha advertido Callejón.

Ante las cifras que está registrando la región en el inicio de la temporada alta, la patronal hotelera mantiene las previsiones que realizó en abril y estima que más del 25% de los hoteles andaluces no logrará superar la crisis del coronavirus. Según estos datos, unos 610 hoteles de los 2.450 que hay actualmente en la comunidad echará el cierre definitivo.

“Hay muchos establecimientos que ya se han dado de baja en Turismo definitivamente. Van a dejar morir a los empresarios que durante décadas han traído a los turistas a Andalucía”, ha lamentado el portavoz de los hoteleros.

Con la amenaza del cierre de empresas, el sector se centra ahora en pedir ayudas al Gobierno para lograr mantener abierto el mayor número posible de establecimientos. Según, el presidente de FAHAT esas ayudas deberían pasar principalmente por la ampliación de los ERTE hasta finales de 2021, reducciones de IVA y condonaciones de deudas e impuestos.

“Necesitamos ayudas directas e indirectas durante dos años, como hicieron con los bancos para rescatarlos de una crisis generada por ellos mismos. Somos un sector que creamos empleo y riqueza en los municipios y ciudades”, ha subrayado. Apoyo es lo que reclaman los empresarios para salvar un sector clave en la economía andaluza que atraviesa una crisis sin precedentes.