José Ignacio García Pérez, rector de la Universidad Internacional de Andalucía (UNIA): “No hay dinero público para sostener a todos los sectores ni para mantener los ERTE”

Este prestigioso Doctor en Economía fue nombrado en septiembre de 2019 rector de la Universidad Internacional de Andalucía (UNIA) con el objetivo de rediseñar el futuro de esta institución especializada en estudios de postgrado, pero la pandemia del Covid-19 le ha obligado a adaptar sus planes para afrontar este curso especial

¿Cómo está afrontando esta universidad este momento tan excepcional?

La UNIA está respondiendo mucho mejor de lo que podíamos esperar a priori. Hemos transformado en digital, en online, todos nuestros másteres y enseñanzas de postgrado. Solo hemos tenido que posponer uno de nuestros programas, que era un máster en ámbito biosanitario; pero es que era imposible de enseñar, pues era todo práctico y con alumnos de fuera de España: subsaharianos, de Oceanía, etc. Los demás se han enseñado todos con normalidad. Todo nuestro personal y alumnos se han adaptado perfectamente, y ahora ya estamos planificando el curso que 20/21, que será todo lo presencial que se pueda, pero adaptándonos a nuestra particularidad que es al gran componente internacional que tenemos. Más de un tercio de nuestros alumnos son internacionales y queremos seguir manteniendo esa tasa. Colombia, Italia, Ecuador y México son los principales países de origen de nuestro alumnado extranjero.

Cuenta con cuatro campus: La Rábida, Baeza, Málaga y Sevilla. ¿Cuántos cursos y cuántos alumnos hay?

Tenemos ahora mismo 17 másteres oficiales y 30 postgrados propios (11 másteres y 19 diplomas de especialización), la mitad de los títulos son 100% virtuales. Este curso que termina ahora en julio hemos tenido 300 alumnos de másteres oficiales y otros tantos de títulos propios. En total, unos 600, pero por las actividades académicas de la UNIA pasan anualmente unas 4.400 personas, incluidos los cursos de verano, formación permanente -cursos cortos-, jornadas, etc. Para el curso 20-21 ahora mismo las cifras son positivas. El programa de webinars sobre Innovación Docente lleva 6.500 inscritos (1.500 en el curso 19-20) y aún puede subir, porque la inscripción sigue abierta. El mayor cambio se ha producido este año en los Cursos de Verano. La oferta ha pasado de 55 a 30 cursos, con la novedad de que se ofrecen seis en modalidad virtual.

La UNIA cumple 25 años y estrena rector. ¿Es momento de replantear su futuro?

Nuestro nuevo proyecto estratégico, que será el Plan 2020/2024, trata de consolidar las líneas prioritarias de esta casa, que son la cooperación y la especialización. La colaboración con el resto de universidades andaluzas y con instituciones públicas y privadas con las que montamos muchas operaciones de postgrado y de especialización en jornadas y cursos. Y la colaboración con instituciones internacionales, como universidades iberoamericanas o con El Magreb, por ejemplo, con las que queremos intensificar mucho la cooperación. Y por otro lado, la especialización. Queremos que la UNIA se especialice en campos donde hasta este momento ha sido puntera, como la Biomedicina, las Humanidades y las Ciencias Sociales, y en campos nuevos. Campos como la digitalización del sector industrial.

En los últimos años ha habido un ‘boom’ de másteres, algo en lo que estaba especializada la UNIA. ¿Qué va a ofrecer para no quedar desdibujada en este nuevo panorama?

Vamos a tratar de especializarnos en los másteres duales, másteres en relación con la empresa. Queremos que nuestros másteres se conozcan por las prácticas remuneradas en empresas punteras del sector en el que estemos trabajando. Por ejemplo, el Máster de Digitalización del Sector Industrial, que llevaremos a cabo en el curso 21/22, va a tener una relación muy intensa con empresas de los sectores agroindustrial, turístico, aeronáutico e informático; cuatro sectores en los que vamos a especializar a los alumnos en la digitalización de esas empresas. ¿Qué van a hacer los alumnos? Pues que 30 créditos los van a hacer en el aula y 30 créditos en la empresa, con un tutor individual en cada una de ellas, donde van a tener asignaturas y prácticas tuteladas y remuneradas. Por tanto, los alumnos van a salir con un bagaje profesional muy importante de ese máster. De ese programa integral vamos a desgajar también diplomas de especialización para profesionales que ya están trabajando y se van a poder reciclar con herramientas de digitalización para sus empresas. En Logística, igual; vamos a trabajar en logística portuaria y en logística de puerto seco, que es una logística tipo Amazon o Mercadona. Y llevaremos el mismo proceso que en Digitalización: haremos programas de reciclaje para pymes que necesitan especializar a sus trabajadores en temas logísticos y en temas de distribución internacional.

La Junta quiere tener un mapa de titulaciones de las universidades andaluzas y ver el valor que aporta cada una... ¿Qué opina?

Yo creo que el mapa de titulaciones es una herramienta necesaria. No cabe duda que el mapa universitario andaluz debe estar en consonancia con lo que demanda el mercado laboral del futuro. Necesitamos conocer cuáles son las nuevas habilidades, necesidades y requerimientos de las empresas para diseñar nuestra oferta de grado y de postgrado. Está bien que tanto las universidades públicas y privadas estemos sujetas a una misma serie de reglas y condiciones. Por ese camino, por tanto, hay que avanzar de manera decidida.

Los rectores de las universidades acusan a la Junta de un recorte de 135 millones de euros, cosa que ésta niega...

El ajuste que se ha producido en el presupuesto de las universidades públicas creo que tiene dos partes. Por una, efectivamente, vamos a recibir menos financiación operativa por un importe de 135 millones de euros, que se va a compensar con una autorización de uso de remanentes de una misma cantidad. Por tanto, en términos de financiación básica de la universidad, es cierto que vamos a recibir menos financiación operativa, pero vamos a poder hacer uso de remantes que hasta ahora no podíamos usar. En términos contables, la financiación básica va a ser la misma. Cierto es que esos remanentes con los que contábamos para cubrir problemas de tesorería no van a estar disponibles. Y por otra parte, la Junta nos ha autorizado también a utilizar parte de esos remanentes para hacer inversión. Se nos va a pagar una deuda que teníamos desde el año 2015 y gracias a esta deuda vamos a poder hacer inversión que no teníamos autorizada.

¿En qué ámbitos prevén esa inversión?

En la UNIA vamos a invertir en campus virtual. Necesitamos una inversión importante en equipos informáticos, en compra de cámaras, en ampliación de la capacidad de nuestro campus virtual para atender a más alumnos. También vamos a hacer inversión en edificios, en nuestras sedes. Hay que hacer restauraciones en La Rábida, Baeza y el Rectorado de Sevilla. Y vamos a invertir también en compra de maquinaria en general, como equipación de aire acondicionado y mobiliario, inversiones que hasta la fecha no podíamos hacer y que ahora serán una realidad.

El otro gran debate en estas semanas ha sido la reforma que quiere hacer el ministro de Universidades, Manuel Castells, sobre los profesores asociados...

Aquí eso no afecta. Nosotros no tenemos profesorado. El único profesor de esta casa soy yo, y soy funcionario desde hace bastantes años.

¿Pero qué posición tiene sobre ese tema? ¿Es positivo abrir la universidad y hacer un campus ‘a la americana’?

No tengo una idea muy concreta sobre el estatuto que ha propuesto el ministro. Creo que el que haya profesores que no sean funcionarios no es per se una idea mala. La cuestión es que la selección de ese profesorado sea una selección basada únicamente en motivos académicos, en tribunales externos a la universidad. Que no haya ninguna duda sobre la selección de esos profesores que van a ser permanentes y que no van a estar sujetos a criterios nacionales de habilitación y acreditación. Si eso se garantiza, no veo ningún problema a que los profesores no sean funcionarios. Al revés, esto puede introducir elementos interesantes.

Las previsiones apuntan a una caída entre un 10% y un 15% del PIB en 2020 en Andalucía. ¿Hacia dónde puede avanzar la economía andaluza?

Como siempre ocurre en Andalucía, tanto en los momentos de crisis como en los momentos de auge, cuando crecemos la región crece más que el conjunto de la economía española, pero cuando decrecemos lo hacemos más que en el resto de España. Tenemos una economía más estacional, una economía que depende más del sector servicios, que va a sufrir mucho en esta crisis. Andalucía me temo que va a tener un ajuste mucho mayor del que preveíamos en abril y mayo, y eso va a hacer que muchas empresas terminen sufriendo y acaben cerrando.

Tras este gran golpe de 2020, ¿cree en el crecimiento en ‘V’ o es menos optimista?

Depende de los rebrotes y de cuál sea la capacidad de los gobiernos de seleccionar las empresas viables. Como el dinero obviamente no es ilimitado, habrá que seleccionar muy bien los proyectos empresariales que hay que seguir apoyando financieramente. Porque no va a haber dinero público para apoyar a todos los proyectos ni para seguir manteniendo en ERTE a millones de personas. Por lo tanto, habrá que pasar a esas personas a prestaciones por desempleo y las empresas dejarán de recibir. Y esa es la clave: ¿a qué empresas se les mantiene el flujo económico y durante cuánto tiempo? ¿Y en qué sectores? Porque aquí es donde veremos si empezaremos a crecer con una pendiente de esa ‘V’, de 10 grados, de 30 grados o de 50 grados...

¿Es el momento de sentar las bases de algo distinto en el modelo productivo?

Totalmente. Los momentos de crisis son momentos en los que hay que apostar por reformas audaces. De hecho, la crisis del 2008 fue una gran oportunidad perdida de cambiar nuestro modelo productivo. Y ahora tenemos una nueva oportunidad para cambiar nuestra legislación laboral para cambiar el modelo productivo. Y es que éste no se cambia en un papel. El modelo productivo se cambia modificando los incentivos de los agentes económicos. Dándole incentivos a trabajadores y empresas. No se cambia en el BOJA ni en el BOE.

¿Puede Andalucía sobrevivir sin el omnipresente sector turístico de los últimos años?

Es que ha sido quizás una nueva burbuja. Salimos de la burbuja de la construcción para meternos en la del sector turístico, aunque no es exactamente lo mismo, porque el turismo es más heterogéneo que la construcción, pues hay muchas más empresas tecnológicamente avanzas y un personal altamente cualificado. Por eso, me atrevo a decir que el sector turístico sobrevivirá mejor que como sobrevivió el sector de la construcción. De ahí la labor que le decía antes de qué empresas queremos seguir apoyando.

El sector industrial en Andalucía es muy pequeño -un 13% del PIB frente al 18% del nacional-. ¿Hay que apostar por ese sector industrial?

Sin lugar a dudas. El sector industrial debe ser, y lo es, una apuesta estratégica de la economía andaluza. Y, de hecho, se está haciendo muy bien en algunas áreas como en la agroindustria, en la que somos una potencia a nivel nacional e internacional. En el sector químico también lo estamos haciendo muy bien. Ahora tenemos también unas fronteras muy difuminadas entre el sector servicios y el industrial. De ahí, que digitalizar el sector industrial es mezclar más el sector servicios de alto valor añadido con el sector industrial. Cuando uno piensa en la industria, piensa más en la industria pesada. Sin embargo, cada vez la industria es más soft y tangible, que necesita del sector servicios para crecer.