Los autónomos, esos otros héroes del Covid-19

En esta crisis sanitaria provocada por la epidemia del coronavirus está habiendo muchos héroes. Por delante está el personal médico y sanitario al que aplaudimos todos, yo también, cada tarde a las 8. Pero también hay que estar muy agradecidos a otros muchos ciudadanos que durante este mes se han visto desbordados y se han jugado su salud para que el resto del país no careciera de lo necesario: todo el sector de la alimentación, del transporte, de los servicios básicos y también de la información, medios de comunicación y periodistas.

Pero déjenme que ahora también me refiera a otros héroes, quizá n no tan evidentes. Según la RAE, los héroes son aquellos que realizan una acción abnegada en beneficio de una causa noble y también aquellos que se convierten en dignos de admiración. Pues bien, el 80% de los autónomos de este país llevan un mes confinados para ayudar a impedir que la epidemia del Covid-19 se siga expendiendo por España. Un encierro unas veces obligado y otras voluntario. Esto está suponiendo la ruina de millones de negocios que no disponen de red de seguridad, que se están viendo abocados a vivir de los préstamos bancarios porque las medidas del Gobierno apenas si solucionan algo su precaria situación. Lo sabemos por las casi 50.000 consultas que nos han llegado a ATA. Se trata de familias angustiadas no sólo porque no están ingresando nada, sino porque tampoco saben cuánto tardarán en volver a la normalidad. Ya no se está hablando de un par de meses duros y una recuperación en V, sino de una larga crisis económica en la que los más débiles siempre serán los autónomos. Como botón de muestra sólo hay que preguntarse qué va a pasar con los 300.000 bares y restaurantes -y sus trabajadores- si finalmente no pueden abrir hasta el otoño o el invierno. Nadie puede aguantar tanto tiempo sin ingresar nada. Y son héroes porque están acatando ejemplarmente las medidas sanitarias que se les ha impuesto a pesar de que, para muchos, no va a existir “vuelta a la normalidad”.

Y se lo hemos dicho al Gobierno. Lamentablemente no se reunió con nosotros al principio de la crisis cuando podíamos haberle ayudado a tomar medidas útiles para los autónomos. En vez de eso, ha llevado a cabo iniciativas unilaterales que han resultado insuficientes, contradictorias y tardías. No nos hizo caso en la principal, la que reclamaban todos los autónomos: la suspensión de la cuota porque claramente no la pueden pagar quienes no tienen ingresos. Y sin embargo, sí ha habido otros, como la Junta de Andalucía, que ha entendido el problema y ha aprobado ayudas de 300 euros para que los autónomos puedan cubrir la cuota de abril, o Madrid que ha tomado decisiones similares. No era tan difícil. A algunos se les llena la boca alabando el papel esencial que realizan los autónomos en la sociedad para luego darles la espalda. Los autónomos, aunque lo sean, no quiere convertirse en héroes. Sólo que se les escuche y se atienda a sus demandas.