Dani Valero

Sectores clave de la economía valenciana siguen hibernando

El automóvil, con Ford Almussafes parada desde hace más de un mes, tiene de ERTE al 61% del empleo, y el azulejo se declara “en una seria crisis” tras caer su demanda un 71%

Dos semanas duró la llamada hibernación de la economía española, en las que solo pudieron operar las empresas de las denominadas actividades esenciales. El objetivo era reducir al mínimo la actividad en el momento crítico de expansión del coronavirus, para evitar el colapso del sistema sanitario. Pasadas las mismas, el grueso de la industria recibió de nuevo autorización para continuar con sus negocios. Pero lo cierto es que muchos sectores, algunos de ellos esenciales en la economía valenciana, no han podido hacerlo porque no tienen mercado. El caso más sangrante en la industria es tal vez el del automóvil, pero otros como la cerámica también presentan cifras que son alarmantes.

En efecto, el fin de la llamada hibernación económica no ha sido tal en sectores como el de la automoción, que representa el 12% del PIB industrial de la Comunitat Valenciana. Cumplidas las dos semanas de parón total de la economía fijadas por el Gobierno de España para contener la expansión del Covid-19, la producción de vehículos y sus componentes fue autorizada para retomar la actividad esta semana. Pero el grueso de las empresas no lo hicieron, porque seguían sin mercado.

Con la factoría de Ford Almussafes parada, al menos, hasta el 4 de mayo, la industria auxiliar cuya carga de trabajo depende directamente de la firma americana se encuentra también detenida. Y ocurre lo mismo con quienes dependen de otros productores que también se han visto obligados a interrumpir la cadena. “En automoción, muchas empresas se mantienen cerradas”, lamentaba al respecto la patronal valenciana CEV.

En concreto, según detalló la patronal valenciana del automóvil, AVIA, “el número de empresas que han presentado ERTE asciende a 52 compañías y afecta a 17.300 empleados, el 61% del total del empleo generado por las empresas de AVIA”. Las cifras se desprenden de una encuesta entre sus asociados realizada desde el pasado 8 de abril.

Estas cifras son la consecuencia de la realidad en los concesionarios, cuyo negocio ha caído en más de un 90%. Las medidas de confinamiento en los lugares afectados por el virus y la incertidumbre económica a nivel global han desplomado las ventas de coches y han detenido la cadena de producción de este sector tan relevante de la economía regional.

Actualmente AVIA está formada por 117 empresas, 100 de las cuales son industriales. El resto son socios tecnológicos y colaboradores. Según los últimos datos recopilados por la patronal, en 2018 las empresas industriales facturaron de manera agrupada 11.400 millones de euros y dieron trabajo a 28.300 personas.

Para la presidenta de AVIA, Mónica Alegre “estas cifras demuestran la importancia que tiene el sector del automóvil en la economía valenciana, la capacidad de generar empleo y su riqueza, y como una parada en la actividad afecta a numerosas familias”.

El 67% de los ERTE se presentaron con el argumento de fuerza mayor, y la gran mayoría de las empresas fueron aquellas con mayor dependencia de los OEM, es decir, de los fabricantes de vehículos, y que reciben el nombre de ‘Tier 1’.

Por el contrario, las empresas proveedoras de segundo o tercer nivel ‘Tier 2’ o ‘Tier 3’ se han visto menos afectadas por los ERTE, ya que están más diversificadas en sectores, mercados y clientes.

En el caso de las ingenierías, también asociadas a AVIA, mantienen su carga de trabajo, ya que en la mayoría de los casos trabajan por proyectos que siguen en proceso de ejecución y se pueden desarrollar en modo de teletrabajo.

“La mayor caída de pedidos” del azulejo

Por su parte, la patronal azulejera Ascer también expuso sin paños calientes la grave situación en la que se encuentra. “La caída de la demanda se agudiza entre las empresas fabricantes de baldosas cerámicas”, indicó la entidad tras las dos semanas de hibernación. Concretó que sus pedidos cayeron un 71% durante la segunda, y que por ámbitos geográficos, el desplome fue del 84% en el mercado nacional y de un 60% en el mercado internacional.

Estos datos, lamentó Ascer, “sitúan a la industria en una situación de seria crisis, y solo es el principio”. “Se trata de la mayor caída pedidos que Ascer tiene registrada”, subrayó la patronal cerámica, que agregó que “la facturación del sector también se ha visto gravemente afectada, con unas caídas similares al desplome de pedidos, tanto en el mercado nacional como en el de la exportación”.

El sector se muestra pesimista de cara al futuro inmediato pese a haber recuperado la actividad. “Aunque la industria azulejera pudo encender los hornos a partir del 10 de abril, el reinicio de la actividad va a ser muy lento y solo se activará en el medio plazo. A corto plazo se espera que la demanda continúe bajando y, pasado lo peor, un crecimiento muy lento lo que nos lleva a una larga etapa con muchas dificultades para las empresas”, advierte.

“La propagación del Covid-19 en todo el mundo es una realidad que está afectando gravemente a las economías nacionales de todos los países por las medidas de contingencia que se están tomando para prevenir el contagio. Esto ha provocado una paralización de la demanda que va a ser muy difícil de recuperar en nuestros principales mercados, como la UE, EEUU y España”, advirtieron.

Es por ello que, aunque Ascer reconoce que el Gobierno “ha tomado algunas medidas económicas”, reclama “medidas directas de liquidez” al considerar que son “urgentes para sobrevivir y poder reconducir la actividad progresivamente sin que el tejido productivo y social se vea gravemente perjudicado”.

La industria azulejera española, concentrada en la provincia de Castellón facturó cerca de 3.740 millones de euros el pasado ejercicio 2019, de los que el 75% correspondieron a las ventas en mercados internacionales y el 25% restante, al mercado nacional.

El turismo, ante el horizonte más negro

Ni que decir tiene el colapso que viven sectores como el turismo, con la actividad completamente detenida y la incertidumbre ante cómo se desarrollará la campaña de verano. Tal es la situación que la asociación empresarial hostelera Hosbec ha reclamado a las administraciones “un plan específico de protección de un año” para “llegar vivos al final de esta pesadilla”.

La asociación recalca que el sector turístico está viviendo “lo que es la crisis más importante en toda su historia y sin ningún tipo de precedente”. Y por ello, las empresas turísticas y las hoteleras y de alojamiento en particular quieren reclamar del Gobierno y de las distintas autoridades “un plan estatal de protección que permita a las empresas sobrevivir a los duros meses”. Para ello, Hosbec ha elaborado un documento que ha remitido a todas las organizaciones empresariales con el objeto de que “hagan suya esta reivindicación en nombre de todo el sector turístico español”. En este punto, inciden en que el turismo se ha comportado en la economía española como aportador neto en todos los aspectos: ha contribuido a la creación y mantenimiento de hasta 2,8 millones de puestos de trabajo, ha generado el 14,6% del PIB nacional, con una aportación anual a la economía española que supera los 175.000 millones de euros.