África Semprún

Las aerolíneas se preparan para hibernar a la espera de la vacuna

Un importante directivo de una importante aerolínea ha encomendado la recuperación de la aviación a la vacuna del coronavirus o a que se encuentre un tratamiento que frene los ingresos. Los rebrotes de agosto han dado al traste con todas las previsiones de las compañías, que esperaban generar algo de caja con la que afrontar una temporada baja llamada a consolidar la reactivación del sector poco a poco. Ryanair tenía previsto cerrar el año con más del 60% de su capacidad e IAG apostaba limitar la caída de la actividad al 59%. Todas esas previsiones se han ido al traste ante el rápido incremento de casos confirmados en España, que han llevado a muchos países de la zona Schengen a limitar los viajes a nuestro país con la imposición de cuarentenas. Pese a que el número de hospitalizados sigue muy lejos de los datos registrados a principios de marzo, las CCAA han empezado a imponer pseudoconfinamientos en las ciudades para limitar la propagación del virus, lo que acrecienta la incertidumbre de los posibles turistas y resta atractivo a los destinos, que tienen el ocio y los parques cerrados.

Esta situación de falta de visibilidad y nula demanda ha llevado al sector a dar por perdido el otoño y el invierno que, además, son las estaciones en la que las aerolíneas suelen perder dinero o tienen mucha menos rentabilidad y actividad. Lejos de ir recuperando poco a poco la actividad, el sector se prepara para hibernar, es decir, dejar su operativa en una situación de letargo, con el objetivo de preservar la liquidez para poder afrontar la recuperación de la demanda, que esperan que llegue en verano de 2021. Las aerolíneas ya están revisando a la baja la capacidad en el corto y medio radio, el único mercado que ha funcionado en Europa este verano, y miran con esperanza a la reapertura del largo radio, que parece lejano por la desigual evolución de la pandemia. El turismo de negocios no parece que vaya a volver y ya se están cancelando algunas ferias y congresos, lo que mata la pata más importante del invierno. La vacuna será lo único que permita a unas aerolíneas mucho más pequeñas -los recortes son inevitables- volver a operar con certidumbre y crecer poco a poco hasta recuperar en 2023 o 2024 los volúmenes de 2019. Hasta entonces, la capacidad para reaccionar y adaptarse, junto a unos costes bajos, serán los mejores aliados.