Carlos Alonso

La ingeniería española, en auge en los proyectos de transporte en todo el mundo

La implantación de nuevas redes ferroviarias sigue creciendo en todo el mundo. En los planes de transporte de numerosos países se apuesta por este medio por sus grandes ventajas en términos de capacidad, seguridad y eficiencia. Según recoge el estudio de la Asociación de la Industria Ferroviaria Europea (UNIFE) World Rail Market 2018-2023, esta proyección al alza pronostica que el mercado crecerá a una tasa anual de 2,7% hasta 2023, cuando se espera que el volumen anual de inversión alcance aproximadamente los 192 billones de euros.

Con todos estos programas de infraestructuras, las administraciones quieren avanzar en materia de movilidad sostenible para dar respuesta a nuevos retos como, por ejemplo, el constante incremento de habitantes en las grandes ciudades. Tal como indican las previsiones de la ONU, en el año 2050, un 70% de la población residirá en centros urbanos, lo que hace necesario poner en marcha nuevas redes de metro, tranvía, cercanías, etc.

Para poner en marcha proyectos, tanto de nuevas líneas, como de ampliación y modernización de las existentes, las autoridades buscan contar con los expertos más cualificados del sector, entre los que se encuentra la industria ferroviaria española. Las más de 1.600 ingenierías de nuestro país han visto incrementada su cartera de pedidos en el mercado internacional, que, en algunos casos, ya supera el 80% de su facturación total. Todas ellas se han convertido en socios estratégicos en iniciativas de transporte de especial envergadura en los cinco continentes, desde el ámbito de la consultoría y la elaboración de los planes de movilidad hasta la infraestructura civil.

Esta creciente demanda se basa en la amplia experiencia con la que cuentan, tras el destacado papel desempeñado en la implantación del moderno sistema ferroviario español durante los últimos 25 años. En este tiempo, sólo en las líneas de alta velocidad, la segunda red más extensa del mundo y dotada con grandes adelantos tecnológicos, se han invertido más de 51.000 millones de euros. Su participación ha sido clave en hitos como la puesta en funcionamiento del trayecto interoperable más largo de Europa, entre las ciudades de Barcelona y Málaga o que estemos a la cabeza en materia de señalización, ya que contamos con más de 2.000 kilómetros equipados con ERTMS, el sistema más avanzado del mercado en la actualidad.

La destacada participación en esta red y el know-how adquirido no pasa desapercibido a escala internacional y ha hecho que la experiencia de las ingenierías españolas sea muy considerada para llevar a cabo nuevos proyectos en todo el mundo. Así lo indican los datos.

Según el índice de competitividad global del Foro Económico Mundial, este sector ocupa la décima posición del ranking mundial en materia de infraestructura. Además, de las diez principales constructoras del mundo, seis son españolas y cuentan con una cartera de proyectos de más de 35.000 millones de euros.

El trabajo de estas ingenierías traspasa fronteras y está detrás de las más destacadas iniciativas de transporte. Cabe destacar, por ejemplo, que sólo en Latinoamérica el 35% de los metros de las principales ciudades se han desarrollado con el asesoramiento, los servicios y la tecnología de estos profesionales -Bogotá, Caracas, Santiago de Chile, México DF, Monterrey, Medellín, Sao Paulo, Lima, Panamá, etc.-. En este mercado, la Corporación Andina de Fomento (CAF) ha confiado el estudio de La electro movilidad en el transporte público de América Latina a una firma española.

Se trata de un trabajo de investigación con el que esta institución quiere promover el uso de la movilidad sostenible, de cero emisiones y complementar el apoyo a varias ciudades de la región que han iniciado este proceso. Además, es muy destacable la colaboración que se ha pedido para implantar otros modos como son los teleféricos, un sistema que resuelve de forma muy positiva las necesidades de movilidad urbana en zonas de difícil acceso para otros medios por la complejidad de su topografía.

Tal es el caso del teleférico entre las ciudades de La Paz y El Alto (Bolivia), los distritos de Independencia y San Juan de Lurigancho en la provincia de Lima, en Perú, el cable aéreo entre Bogotá y el Parque Ecológico San Rafael en La Calera, en Colombia o el quinto ramal, la línea M, de Metro de Medellín, en Colombia.

A ellos se une la participación en el campo de la alta velocidad, donde han estado en las fases de diseño y dirección de obra en las primeras redes de estas características en Turquía (Ankara y Estambul) o en Arabia Saudí (Medina-La Meca), además de participar activamente en las próximas líneas previstas como la de los países bálticos (Rail Baltic) o la que unirá de Houston y Dallas/Fort Worth (Estados Unidos).

En el ámbito de la innovación, la ingeniería española también figura en los primeros puestos. Así queda patente en importantes programas, como es en la actualidad la iniciativa público-privada Shift2Rail, que define las prioridades en materia de desarrollo tecnológico de la industria ferroviaria europea. Este proyecto busca mejorar la capacidad, la calidad y la fiabilidad del ferrocarril, mediante la actuación conjunta de los principales actores del sector. El programa, que cuenta con la implicación directa de varias empresas españolas en sus órganos de gobierno, ha beneficiado a fecha de marzo de 2018 a un total de 87 empresas españolas que están involucradas en la ejecución de 35 proyectos, siendo pymes 12 de ellas, tal como indica Mafex.

Las perspectivas de futuro siguen siendo positivas para un sector que se ha consolidado dentro y fuera de nuestras fronteras por su alto grado de especialización, apuesta por la I+D y contribución a la economía y el empleo.