Felipe Alonso

Aeropuertos españoles en caída picada

Se supone, y quizás sea mucho suponer, que a partir de principios de junio y si las previsiones del Gobierno (?) se hacen realidad, los aeropuertos españoles van a comenzar a tener una mayor actividad, al menos doméstica, de vuelos nacionales, y que para este mes de mayo las conexiones entre Península e Islas van a aumentar. Aunque, eso sí, no se sabe si para los meses posteriores, los de la estación veraniega se va a poder volar con algunos países europeos, como tampoco se conoce, incluso se habla de octubre, que va a ocurrir con los vuelos transoceánicos, fundamentales para compañías españolas de red, como Iberia o Air Europa, o de operativa puramente con latinoamericana, Plus Ultra, Evelop, etc.

Las cifras del primer trimestre del año, cuando aún no había golpeado con toda su fuerza el Covid-19, ni se había establecido el estado de alarma (14 de marzo) son de una caída preocupante, que seguramente va a ser mucho mayor cuando se conozcan las correspondientes a abril y mayo. Descensos muy importantes, tanto en la actividad aeroportuaria, como en la cuenta de resultados del ente gestor del sistema aeroportuario público español, Aena.

El beneficio neto de Aena entre enero y marzo de 2020 se ha situado en 23,1 millones de euros, un 83,1% menos que en el mismo periodo de 2019. Con unos ingresos totales consolidados de 782,1 millones de euros, un 13,4% de caída. Y el número de pasajeros, en ese tiempo ha caído en un 20,4% al contabilizarse un tráfico de 42,01 millones de pasajeros. Como es lógico, los dos aeropuertos principales, Adolfo Suárez Madrid Barajas y Barcelona El Prat, son los que más descenso han sufrido en este primer trimestre, 11,03 millones de pasajeros (-17,9%) y 8,09 millones (-23.0%). Y los considerados de importancia turística también presentan datos preocupantes. Gran Canaria (-20,3%); Málaga (-18,6%); Tenerife S. (-23,7%); Palma de Mallorca (-25,7%); y, Alicante (-19,5%).

Complicada es la situación y complicada la solución, dado que el Covid-19 no es un problema local o regional, sino mundial, y el sector aéreo precisa moverse por todo el mundo para generar viajes y negocio.