Pilar Gimeno

Cómo ha afectado el Covid-19 a las personas con diabetes

Los pacientes crónicos han sido uno de los colectivos vulnerables más afectados por el Covid-19. En particular para los pacientes y personas con diabetes. Esta pandemia ha puesto de manifiesto un cambio del paradigma en la atención de los pacientes crónicos. Hay que recordar que durante los meses más virulentos de la pandemia los centros de salud han estado colapsados, apenas ha habido espacio para todos aquellos pacientes crónicos que necesitan atención continuada.

En el caso de los pacientes con diabetes, en la mayoría de los casos, se ha percibido un abandono en el seguimiento de su enfermedad. Se han sentido vulnerables por necesitar de esa asistencia sanitaria que mayoritariamente fue afectada o interrumpida por causa de esta pandemia, donde la prioridad era atender a pacientes con coronavirus. Se han anulado consultas y sobre todo se ha quebrado la continuidad asistencial. Especial consideración merece la debilidad mostrada por la atención primaria, tanto en recursos técnicos como humanos.

Hablar de prevención, de educación y de atención sanitaria es casi hablar del pasado. La crisis sanitaria ocasionada por el Covid-19 exige un cambio de modelo asistencial y la reorganización del Sistema Sanitario -algo que nos preocupa, pues aún no se han implementado las medidas necesarias para ese cambio-. La relación de los pacientes con su sistema nacional presenta grietas importantes. Es tiempo de acabar con las parcelas sanitarias y abordar mecanismos de coordinación sociosanitarios.

Las anunciadas reformas tras el dictamen de la Comisión de reconstrucción social y económica del Congreso de los Diputados, ha de contemplar necesariamente una estructura que reconozca la cronicidad con refuerzos en la atención primaria. En este contexto, hemos de recuperar con fuerza el protagonismo de los pacientes. Fomentar una mayor conciencia acerca de su implicación en su propia enfermedad y su autocuidado. Especialmente referido a su adherencia a los tratamientos, contacto con sus profesionales sanitarios. Todo ello son medidas urgentes que necesitan de hechos constatables que acompañen a las iniciativas.

Por activa y por pasiva, pedimos una mejor atención a los pacientes crónicos. Es evidente que nos encontramos ante una segunda oleada de Coronavirus; sin embargo, continuamos sin contar con un refuerzo en la contratación de personal sanitario en Atención Primaria, tampoco se cuenta con una red tecnológica asequible para todos los pacientes para acceder a sus profesionales médicos o de enfermería, a través de la telemedicina. En este aspecto existe una gran falta de equidad para la ciudadanía, y según el código postal donde vives.

Por otra parte, hay que proporcionar recursos que favorezcan la atención a los pacientes crónicos como es el caso de diabetes. Vemos con interés, pero con dudas, las nuevas tecnologías como es el caso de la telemedicina. Es cierto que la telemedicina se presenta como vía para garantizar la atención al paciente crónico, pero no en todas las zonas se dan las circunstancias de conectividad ni todos los pacientes crónicos se encuentran en el mismo nivel de destreza en el uso de estas tecnologías.

Asimismo, hemos de valorar el papel de todos los profesionales sanitarios. Esta pandemia ha puesto de manifiesto el rol de cada uno de ellos. Así por ejemplo el papel de la enfermería es importantísimo, tanto en el seguimiento de los afectados como en la monitorización y control de la adherencia a los tratamientos de los pacientes.

Otro colectivo que ha de operar en el ámbito de la asistencia sanitaria es la farmacia comunitaria. Parte de las deficiencias del sistema pueden ser abordadas desde este peldaño sanitario. Hay que revalorizar la actuación de los Farmacéuticos, -que han estado siempre en primera línea atendiendo a todos los pacientes, que no podían llegar a sus médicos de cabecera ni enfermeras ante el confinamiento-.

También la asistencia social, atención domiciliaria, atención en zonas rurales o alejadas de núcleos urbanos. Seguimiento y atención domiciliaria se hace ya casi obligatoria en la legislación farmacéutica. Tienen mucho que aportar y se les debe dejar ayudar, máxime en tiempos como el que estamos viviendo.

Desde Asociación Diabetes Madrid, reivindicamos un mayor papel de Atención Primaria, reforzando la medicina preventiva y evitando las complicaciones que una diabetes mal controlada puede ocasionar, complicaciones en muchos casos irreversibles que pueden afectar la calidad de vida de los pacientes, e incluso, provocar la muerte. Evidentemente, se requiere una clara apuesta por la atención a la diabetes y a todas las enfermedades crónicas.

La capacidad de reorganización del sistema sanitario debe venir acompañada no solo de recursos económicos, tecnológicos o humanos, también de reformas legislativas, que permitan cambiar las formas de asignar recursos y organizar nuestro sistema sanitario.

Es necesario reactivar la Estrategia Nacional de Diabetes, que lleva bastantes años paralizada, y efectuar los cambios y ajustes necesarios adaptados a la realidad que hoy nos toca vivir y que esta pandemia ha cambiado y marcado para siempre. Y por supuesto, reclamamos que nos den voz a los pacientes. En la Mesa de Reestructuración Social y económica, fuimos invisibles. Hablaron de los pacientes, sin contar con nosotros y sin querer escucharnos.

Una breve reflexión final acerca de la cooperación entre profesionales, compañías farmacéuticas y pacientes. Esta colaboración ha dado frutos y deberían los poderes públicos fomentar y favorecer. Hay mucho que cambiar y poco tiempo que perder. Se trata de fortalecer nuestro sistema de salud para que esté preparado ante cualquier eventualidad.