Juan Ferrari

Unai Sordo, secretario general de CCOO: “El Partido Popular no se va a tragar el sapo de tener que derogar la reforma de pensiones de 2013”

Al secretario general de CCOO, Unai Sordo, no le cabe duda de que pronto habrá conclusiones en el Pacto de Toledo. En su opinión, el principal debate es aclarar cuánto está dispuesto a gastarse “este país en pensiones” y cree que un 13,5% o 14,5% del PIB, aunque es un gasto ingente, es asumible políticamente.

El secretario general de CCOO recibe a elEconomista en su despacho de la sede confederal del sindicato que dirige. Todavía está con la cabeza puesta en la negociación de la prórroga de los Ertes. Aprovechamos para recabar su opinión sobre la evolución del Pacto de Toledo y la reforma del sistema público de Pensiones. A pesar de la crispación política, Unai Sordo está convencido de que habrá pronto conclusiones, lo que permitirá entrar a negociar la reforma de las pensiones en el ámbito del diálogo social, donde están presentes los sindicatos y las organizaciones empresariales. Cree que se debe asumir políticamente el aumento del gasto para cubrir las generaciones del baby boom, y recuerda que a partir de 2048 se producirá el efecto contrario: caerán los pensionistas. De momento, hay medidas a corto que pueden aumentar los recursos.

¿Cree usted que hay que poner plazo al Pacto de Toledo para que los partidos políticos presenten sus conclusiones?

Debería moverse rápido, pues cuanto antes demos certidumbre sobre las pensiones mejor. Los trabajos ya deberían estar avanzadas y se trata de rehacer las conclusiones de la anterior Legislatura que se quedaron en vía muerta. Pero cuánto antes haya conclusiones, mejor; cuanto antes se abra la mesa de diálogo social, mejor; cuánto antes se derogue la reforma de 2013, mejor y cuánto antes empecemos a ver los marcos en el corto, el medio y largo plazo de cómo mejorar la estructura de ingresos de la Seguridad Social, mejor. Porque antes daremos certeza en un tema que ha estado muy maleado como es el de las pensiones.

¿Pero no tienen porque ser válidas las conclusiones de la anterior Legislatura, pues se ha cambiado el marco político y la correlación de fuerzas en el Parlamento?

Se han producido dos cambios fundamentales. Uno puede ser la entrada de Vox y otro la participación de Unidas Podemos en el Gobierno. Aunque, con sus tiras y aflojas, los partidos de Gobierno han de tener que armar una propuesta compartida; otro escenario no sería muy comprensible. Y a partir de ahí, me parece que sería relativamente sencillo pactar las conclusiones. Ciertamente, Vox tiene pinta de que no va a jugar en el consenso del Pacto de Toledo..., tampoco pasa nada, porque parece que no defiende el sistema público de pensiones por lo que ha dicho hasta ahora.

Sin embargo, ¿el Partido Popular podría sumarse al acuerdo?

El Partido Popular se supone que es un partido que va a buscar el consenso y creo que desde el punto de vista político-electoral le interesa que el acuerdo de pensiones le incluya dentro y le incluya en unos términos razonables, incluso aunque sepa que hay una cuestión que no va a poder avalar, como es la derogación de la reforma que hizo el propio Partido Popular en 2013. Pero excluyendo ese sapo político que no se van a tragar, y que implica volver a revalorizar las pensiones con la evolución de los precios y deshacer el actual factor de sostenibilidad, estoy convencido de que el PP va a trabajar en una clave de influencia y de no jugar a la polarización en materia de pensiones.

¿Considera factible, pues, descontando a Vox, cerrar las conclusiones del Pacto de Toledo pronto?

Sí, sí. Debieran cerrarse las conclusiones; creo que sí que es posible. Igual que en la reforma laboral los mensajes de angustia se van a lanzar y va a producirse mucha presión externa, en materia de pensiones es una política muy estratégica. Un día saldremos de la pandemia y este país tendrá que seguir pensando cómo financiar un sistema público de pensiones. No hay por qué no ir tomando medidas que deben ser para el corto, el medio y el largo plazo.

¿Cuando uno oye hablar de reforma de pensiones piensa en recortes de las prestaciones del futuro?

Esto lo teníamos ya muy parametrizado desde 2011. Que va a producirse una presión sobre el gasto es indiscutible; que van a incorporarse las generaciones del baby boom también. Que la esperanza de vida –bueno ahora va a tener una cierta parálisis con esta desgracia de la pandemia-, pero que va para arriba, es así. En fin, ya lo sabíamos y lo teníamos parametrizado entre el 13,5% y el 14,5% de nuestro PIB. Son términos de gasto muy importantes, pero perfectamente asumibles si de forma paulatina vamos introduciendo fuentes de financiación al sistema de pensiones y sacamos gastos que no le corresponden. Luego hay variables, como que las pensiones van a depender el empleo. Pero, aun siendo un tema muy complejo, se limita a una pregunta: cuánto se quiere gastar en pensiones este país de cada cien euros que produce. Si está dispuesto a gastarse en torno a ese trece y pico o catorce y pico, podemos tener un sistema equiparable para esas generaciones más numerosas. Porque además, luego bajarán [los pensionistas], y a partir de 2048 sucederá el efecto contrario, habrán menos pensionistas y se puedan acomodarse las cosas. En definitiva es una apuesta política, con un gran impacto económico, pero que hay que asumir.

Pero aumentar las fuentes de financiación implica tirar de Presupuestos y, por tanto, de mayores impuestos...

En nuestro país hay varios millones de personas que cotizan por debajo de lo que reciben. Simplemente con buscar un sistema más corresponsable, por ejemplo, en el régimen de autónomos y en las rentas más altas si hubiese un destope parcial, simplemente con eso generaríamos en el corto plazo un volumen de recursos muy importante. Es verdad que luego tiene un impacto de gasto porque yo soy de los que creen que un destope tiene que llevar aparejado un aumento de la pensión máxima para no generar incentivos a la no cotización. Pero teniendo cuatro o cinco millones de personas que cotizan por debajo de los ingresos que perciben; fíjese si hay margen.

¿Hay otras posibles correcciones?

Toda la imputación del gasto del funcionamiento de la Seguridad Social hay que sacarlo; la propia evolución de los salarios mínimos si siguen moderadamente al alza como las subidas de convenios, también generarán recursos. Hay muchas variables. Pero hay que se conscientes de que hay que hacer transferencias [desde los Presupuestos].

Se habla de diferenciar las fuentes de financiación y, sin embargo, se carga a la Seguridad Social con una nueva prestación no contributiva como la Renta Mínima Vital.

Que en la Seguridad Social tiene que existir una relación entre lo que se aporta y lo que se percibe es evidente, pero la Seguridad Social no es un ente al margen del Estado. Parece que se tiene que autofinanciar al margen del Estado; pues esto no es así. Creemos que es bueno que haya un sistema contributivo, pero no se puede ver como una caja aparte del conjunto de los recursos del Estado. Es un mensaje que hay que lanzar, pues no pasa en ningún otro sitio de la Administración, nadie dice que tal parte de la Administración se tiene que financiar solo con los recursos que genera.

¿Cree que los políticos, sin distingos, están a la altura de unas circunstancias como las actuales, en referencia a la pandemia, pero también al Pacto de Toledo?

No me gusta hablar de los políticos en general. Hay actitudes muy distintas ante este momento político. Por no hacer una visión destructiva de cómo se está comportando algún partido, lo diré en positivo. Necesitamos grandes pactos de Estado en estos momentos y uno es fundamental: en el cómo se canalizan los recursos europeos que deben formar el núcleo duro de ese plan de reconstrucción. Se debe huir del viejo esquema de poner una ristra de peticiones para fondos y que cada uno, en un plano territorial o sectorial, haga su lista a ver 'que me cae'. Debería ir de otra cosa, de identificar las necesidades transversales que tiene España para impulsar los 15 o 20 sectores que puedan tener un mayor futuro en un cambio productivo que necesitamos.