Pablo Valdés

Gestionar la incertidumbre financiera en tiempos del Covid-19

Si hay algo que ha caracterizado el contexto financiero global a raíz del Covid-19 han sido las elevadas dosis de incertidumbre que se han traducido en movimientos de mercado de extraordinaria magnitud a una velocidad de vértigo. Con estos niveles extremos de volatilidad, la gestión de las inversiones se hace especialmente complicada. Por ello, es en estos momentos en los que mayor relevancia cobra disponer de un asesoramiento independiente y una estrategia de inversión definida y ajustada al perfil de riesgo, que ayudan a evitar que los sentimientos que afloran en el corto plazo prevalezcan, nos lleven a tomar decisiones erróneas y pongamos en riesgo los objetivos de futuro.

No debemos olvidar que no sabemos más que el mercado. Tratar de pronosticar la dirección de las cotizaciones a corto plazo (market timing) es tarea difícil, cuando no imposible. Múltiples estudios reflejan cómo, de media, los inversores retail han obtenido una rentabilidad significativamente inferior a la de aquellos activos en los que ha invertido por sus errores de timing de entrada y salida de las inversiones. A modo de ejemplo, Fidelity realizó un estudio de su fondo Magellan en el periodo 1977-1990 al respecto del market timing de los inversores. Su gestor, Peter Lynch, consiguió una rentabilidad media anual del +29% durante esos años, convirtiéndose en uno de los mejores gestores de la historia. Es razonable pensar que los inversores del fondo obtuvieron magníficos retornos, sin embargo, la conclusión del estudio era sorprendente: el inversor medio había perdido dinero estando invertido en uno de los mejores fondos y en uno de los mejores ciclos bursátiles de la historia. Los errores en el timing de entrada y salida habían generado pérdidas superiores a la generación de valor de la cartera.

Por último, hay que destacar la importancia de la diversificación como uno de los pilares fundamentales de la inversión. Las carteras de Orienta Capital están constituidas tanto por activos tradicionales de bolsa y renta fija como por inversiones alternativas en las que se encuadran proyectos de economía real, entre otros, y que aportan además de diversificación de los riesgos, un extra de rentabilidad. La complementariedad de estas estrategias, implementadas a través de los gestores correctos con los que exista un alto alineamiento de intereses, son claves del éxito de una cartera de inversión para el contexto actual de mercado.