Rocío Regidor

Los fondos de ‘startups’ mantienen el pulso pese al coronavirus

Los directivos de Kibo, JME, Samaipata y K Fund se muestran optimistas sobre la evolución de la industria en España en los próximos meses, aunque la intertidumbre de la pandemia alargue los plazos de algunas inversiones futuras. Mientras, animan a sus participadas a mantener la actividad

Después de dos años profundamente exitosos en el sector del venture capital, el shock inicial que ha provocado en todo el mundo las crisis del coronavirus amenazaba con romper las perspectivas de otro año altamente positivo. Sin embargo, de momento, parece que hay una cierta unanimidad entre los gestores que apuntan a que los datos de este año tanto en inversiones como en cantidad de operaciones no va a ser demasiado diferente a los anteriores. Cuando empezó todo, el shock inicial provocó mucha incertidumbre y una parálisis de las operaciones. Sin embargo, a medida que avanzan las semanas poco a poco todo el sector se ha ido adaptando a la nueva realidad.

“El ecosistema está abierto, pero va mucho más lento y se es más selectivo. Ha habido un cambio en el foco. Ahora es más portfolio a nivel de tiempo y de capital. Ahora ya hemos entendido como están nuestras compañías y como ayudarlas”, asegura Carmen Alfonso, socia de Samaipata, que recientemente ha colaborado en unas jornadas online organizadas por UpBizor junto a otros actores del sector. “Yo sí creo que se puede invertir en remoto, sin conocer a la persona, pero eso lleva un proceso, un tiempo de adaptación. De ahí que sea más selectivo”, añade. Contención de carteras y más reflexión, parece que son las características predominantes en el contexto actual.

Samuel Gil, socio de JME Ventures, reconoce que en su fondo siguen haciendo todo tipo de operaciones, pero están cambiando los plazos. “Normalmente invertíamos en compañías con un rango entre 12 y 18 meses, ahora sí que intentaríamos invertir en compañías con un rango mayor” dada la incertidumbre que va a haber en los próximos meses. Es cuestión de adaptar el proceso y los tiempos y cambiar el foco de inversión.

Con todo, a pesar de que lo inimaginable ha ocurrido, las perspectivas son buenas. “Estructuralmente se da todo para que sean buenos años. Hay mucho espacio para seguir haciendo cosas, el dinero está ahí para seguir apoyando”, prevé la socia de Samaipata. “Los emprendedores son animales súper adaptables lo vienen siendo toda la vida, toca aguantar el chapuzón y adaptarse. Se saldrá de esta mucho mejor”, añade Jordi Vidal, director de Inversiones de Kibo Ventures.

¿Cómo enfrentaron la crisis?

Entre otras cosas, los fondos destacan la rapidez de reacción de la mayoría de sus participadas que, incluso antes de decretarse oficialmente el confinamiento, ya empezaron a modificar sus rutinas y a tomar decisiones de reducción de costes necesarios para su supervivencia ante un parón de estas características. Una respuesta rápida del ecosistema emprendedor que puede ayudar a que compañías de sectores muy afectados por la pandemia se salven y logren salir adelante. “Un emprendedor tiene que ser ahora mismo lo más cauto posible salvo excepciones contadas”, recomienda la socia de Samaipata. “Lo que repito constantemente a los míos es que cash is king or cash is queen, sed súper conservadores. De aquí hay que sobrevivir, para sobrevivir hace falta cash de aquí a 18 meses, da igual lo que pase después”, añade.

Una de las formas de intentar protegerse y ahorrar costes pasa por ajustar la plantilla ya sea en forma de Expedientes Temporales de Regulación de Empleo, con las facilidades puestas en marcha por el Gobierno para hacer frente a esta crisis, o despidos duraderos. En este caso, Samuel Gil de JME Ventures recomienda no pasarse de frenada recortando. “Por supuesto hay que sobrevivir, pero tienes que seguir de alguna manera construyendo tu compañía. Hay que buscar formas creativas de seguir construyendo tu compañía sin dañar tu caja”.

En estas mismas jornadas, Vidal asegura que lo que han recomendado algunas de sus participadas, que han visto su negocio más menguado a causa del coronavirus, es que intenten realizar otros trabajos similares que sí puedan hacer a pesar de la parálisis de la actividad: “Puedes reducir los costes, pero si puedes conseguir alguna línea de ingresos de otra manera, genial para los emprendedores”. De opinión similar es Pablo Ventura, socio de K Fund, que considera que hay compañías que esto lo pueden utilizar “sin cambiar el modelo de negocio, solo torciendo un poco el buque para ofrecer cosas distintas”. En este sentido, el socio de K Fund pone el ejemplo de una de sus participadas, Billin, una plataforma de facturación para pymes y autónomos. Evidentemente, con la caída en la facturación de ambos sectores se estaban viendo afectados y decidieron cambiar un poco su servicio y dedicarse a dar soporte a las pymes y autónomos para gestionar las ayudas de financiación pública que se están poniendo en marcha. “Es un cambio muy sutil en el modelo de negocio, pero se pueden hacer cambios más radicales con el fin de sobrevivir”, asegura Ventura.

Lo que esta crisis ha puesto de manifiesto es que es asimétrica en cuanto a la afectación empresarial. Hay sectores que se están viendo afectados casi totalmente, pero otros que han visto cómo se incrementa exponencialmente su negocio. En ambos casos lo fundamental para una startup es que el negocio no pare. Por ejemplo, todas las empresas relacionadas con el trabajo en remoto, nuevas tecnologías de comunicación, biomédica o productos sanitarios están viviendo unas semanas de fuerte crecimiento. Para las startups que se están beneficiando mucho del coronavirus, incluso están sobrepasadas, la socia de Samaipata recomienda “levantar dinero ahora porque eso te va a permitir jugar a ofensivo-agresivo sin arriesgar tu runway. Si hay una recesión enorme dentro de unos meses, levanta algo de dinero ahora, consigue más recursos y juega a ofensivo, pero no te juegues el runway que tienes ahora”.

Ayudas públicas

En materia de ayudas o potenciación del ecosistema empresarial, España está aún muy lejos de los países de su entorno. Francia, Alemania, Reino Unido, con una tradición ya de varios años apostando por la inversión y por las startup, han lanzado varios proyectos durante estas semanas para dinamizar el sector. En esta cuestión hay disparidad de criterios. El director de Inversiones de Kibo Ventures considera que no es cuestión de pedir al Estado que salve a startups en esta complicada situación, aunque sí cree que “el Gobierno debería lanzar alguna iniciativa y sobre todo ser más ágil”. “Yo aspiro a no pedirle nada al Gobierno. Que no haya ayudas, pero tampoco trabas”, aduce el socio de JME Ventures, y añade que tiende “a pensar que es más sano que no haya ayudas porque los proyectos buenos seguirán teniendo el apoyo de sus inversiones”.

Carmen Alfonso reconoce que falta background cultural en ese sentido en España. “Los subsidios no funcionan como inversión productiva. Promover la inversión privada es fundamental” para crecer y ser más competitivos. “Es innegable que la tecnología mejora la calidad de vida de los ciudadanos de un país”, explica el socio de K Fund, que añade que lo que no tiene sentido en un país que quiere competir con el resto de países de su entorno es que siga subvencionando sectores absolutamente improductivos, como el carbón.