Araceli Muñoz

La pandemia, ‘tormenta perfecta’ para los fondos de situaciones especiales

Adelantándose al cambio de ciclo, un gran número de inversores pusieron en marcha nuevos vehículos dejando a este segmento de la inversión en máximos de liquidez

A río revuelto, ganancia de pescadores. En el último año y medio, la sombra de un posible cambio de ciclo sobrevolaba la economía mundial tras años de bonanza. Sin embargo, la pandemia del coronavirus ha acelerado esta desaceleración y ha puesto en una complicada situación a un importante número de compañías en todo el mundo. Un escenario difícil de gestionar para los fondos de capital privado, que tradicionalmente invierten en compañías que acompañan su plan de negocio con un buen balance y buenas perspectivas de crecimiento. Ahora, la pandemia ha generado la tormenta perfecta para las gestoras especializadas en situaciones especiales, que ven una gran oportunidad para invertir y salvar de la quiebra a numerosas compañías de todo el mundo.

Adelantándose al cambio de ciclo o bien en pleno confinamiento, grandes jugadores internacionales especializados en este tipo de inversión han puesto en marcha nuevos vehículos ya sea para invertir en equity (capital) o en deuda. Sólo en el segundo segmento, a cierre de junio de este año, el dry powder (cantidad disponible para invertir) de los fondos especializados en deuda de situaciones especiales tocará máximos históricos al alcanzar los 68.000 millones de dólares (60.296 millones de euros), una cifra un 41,6% superior a los 41.000 millones de dólares (36.355 millones de euros) registrados a cierre de 2014, según los datos de la consultora Preqin.

En palabras de Jorge Vázquez Orgaz, socio director de la oficina de Ashurst en Madrid y socio del departamento de Mercantil del despacho, y de Jose Christian Bertram, socio de Financiero de Ashurst, “hay gestoras que han levantado fondos en los últimos meses para poder invertir en operaciones de crédito, financiaciones de rescate, o empresas o negocios en situaciones especiales. Hace ya meses que se viene hablando de un cambio de ciclo económico, lo que se vio confirmado por la crisis comercial entre China y Estados Unidos y la del petróleo entre Arabia Saudí y Rusia, y se ha visto acentuado ahora por la situación derivada del coronavirus. Que haya inversores dispuestos a invertir en situaciones de incertidumbre (lógicamente esperando una mayor rentabilidad al asumir un mayor riesgo) es una noticia positiva”.

Así, en los últimos meses grandes gestoras internacionales han puesto en marcha megafondos como Oaktree (15.000 millones de dólares), Apollo (20.000 millones de dólares), Fortress (3.000 millones de dólares) o Ares (3.500 millones de dólares), entre otros. Sin embargo, hasta la fecha, este tipo de inversión ha tenido mucho más recorrido en Estados Unidos que en Europa, ya que las compañías tienen una menor dependencia de los bancos y el mundo de la financiación alternativa está más desarrollado que en países del Viejo Continente como España. Esto se refleja en el foco de inversión de estos fondos: el 74% buscan desembolsar sus recursos en EEUU frente al 20% de Europa, según los datos de Preqin. En España, por ejemplo, alguno de estas gestoras internacionales probaron suerte en la anterior crisis, pero no siempre consiguieron buenos retornos.

El caso español

Para Eduardo Navarro, presidente ejecutivo y socio fundador de Sherpa Capital, “para este tipo de inversión en España, es muy importante contar con un equipo sobre el terreno que te permita conocer bien a la compañía, al equipo directivo y comprobar de cerca la situación complicada a la que se enfrentan. Cerrar una transacción en empresas con problemas desde Londres supone más riesgo. Nuestro modelo es diferente al de otros competidores: somos un fondo de gestores, no gestores de un fondo”. Esta estrategia ha permitido a Sherpa Capital situarse en el mapa como una de las gestoras de referencia en la industria de las situaciones especiales en España y lanzar un nuevo vehículo de inversión en tiempo récord (apenas dos semanas de fundraising) dotado con 120 millones de euros. Además, la firma ha llegado a un acuerdo con sus inversores para ofrecerles oportunidades de coinversión en operaciones más grandes y llegar a un ticket de 100 millones por transacción, ampliando mucho su espectro de inversión. Con este nuevo fondo -el tercero de la casa y el segundo de situaciones especiales-, la firma también entra en deuda con la estrategia del loan-to-own (comprar una posición de deuda garantizada con el fin de influir en el control y, en última instancia, adquirir la propiedad).

Sin embargo, los expertos consultados por esta publicación consideran que el verdadero boom de este tipo de inversiones se verá en unos meses, cuando realmente salga a la luz el impacto de esta crisis en la economía española. De hecho, las medidas implementadas durante el estado de alarma por el Gobierno servirán en los próximos meses como balón de oxígeno para muchas compañías en problemas, como es el caso de los avales ICO. A esto se suma también la moratoria aprobada hasta final de año para eximir a las empresas de la obligación de tener que presentar un concurso voluntario de acreedores en el caso de tener dificultades de pago -hasta ahora si no lo hacían se exponían a un concurso forzoso y los administradores tenían que responder en ese caso con su patrimonio personal-.

Ignacio de Garnica, socio responsable de Private Equity de PwC España, explica que “en el escenario actual, el programa de avales del ICO ha sido muy necesario para ayudar a muchas empresas que sin su apoyo no hubieran podido seguir adelante, aunque estas ayudas sean en algunos casos sólo una solución temporal previa a la posterior búsqueda de una refinanciación de su deuda, que no siempre será viable, y por tanto serán susceptibles de convertirse en operaciones de distress. En los próximos meses preveo un protagonismo creciente de fondos y vehículos de distress, turnaround, special situations así como la financiación alternativa por parte de fondos de deuda. También veremos a vehículos de secundario como alternativa adicional para recapitalizar cartera de participadas de diversos fondos. Es importante destacar que la diversificación de grandes fondos nacionales e internacionales es un hecho y cubren una amplia tipología de vehículos de inversión, adaptándose a las necesidades y circunstancias de los mercados. Varios fondos internacionales están liderando el lanzamiento de nuevos vehículos para invertir en distress en el contexto actual de crisis global y es lógico que el mercado español siga esta tendencia”, añade socio responsable de Private Equity de PwC España.

Buenas oportunidades

Por su parte, los socios de Ashurst también coinciden en que “en España habrá oportunidades para este tipo de inversores. Hay empresas españolas importantes que van a tener que revisar su estructura de capital en los próximos meses y años. Algunas tienen instrumentos de deuda en circulación que tienen vencimientos en los próximos meses o años, que habrá que sustituir por otras fuentes de financiación. Otras operan en mercados y sectores que se van a ver especialmente afectados por las restricciones sanitarias que se han impuesto para volver a operar con normalidad (turismo, restauración, consumo, etc.). En otros casos, también hay empresas que están pasando por cambios importantes en su composición accionarial. En todos esos casos, en que la empresa pasa por cambios accionariales, cambios en sus planes de negocio, renovación de fuentes de financiación etc., hay oportunidades para que los fondos de inversión puedan tener un papel relevante”.