Mario González

Que la rueda no deje de girar

No podemos permitir que el duro impacto en la economía de la pandemia Covid-19 y sus consecuencias frenen la rueda de la financiación del emprendimiento basado en tecnología. Todas las partes implicadas, tanto públicas como privadas, deberían mantener e incluso incrementar su apoyo a las Empresas de Base Tecnológica (EBT) por su extraordinaria capacidad de generación de riqueza y transformación productiva del territorio en el que desarrollan su actividad.

El ecosistema español de emprendimiento tecnológico todavía no ha alcanzado la madurez suficiente, sobre todo si lo comparamos con los países que son referente en este ámbito (EEUU, Israel, Singapur). Sin embargo, en los últimos años, la financiación del emprendimiento de base tecnológica había conseguido un ritmo sin precedentes, superándose anualmente y marcando récords, tanto en el número como en el importe de las operaciones.

Está demostrado que el emprendimiento tecnológico o la creación de EBT es una palanca para el desarrollo económico. El diagnóstico elaborado por CTA para el Ayuntamiento de Sevilla y Sevilla Futura sobre EBT de la ciudad demuestra que son empresas con gran capacidad de crecimiento y rentabilidad, vocación internacional, alta intensidad en capital humano cualificado y elevada intensidad en I+D. Todo ello se traduce en revitalización de los sectores económicos con los que interactúan, aumento de la competitividad de las empresas, creación de nuevos productos y servicios y la generación de empleos de calidad.

Sin embargo, uno de los principales problemas a los que se enfrentan las EBT es la obtención de financiación, no solo en el momento de la constitución, sino también en su consolidación y crecimiento. Por ello, es de vital importancia que grandes proveedores de financiación para las EBT sigan manteniendo sus herramientas de financiación, como los famosos préstamos participativos de ENISA o las convocatorias NEOTEC del CDTI. Y no solo manteniendo sus presupuestos, sino también cumpliendo con los plazos en los procesos de evaluación, pues, en estos momentos de incertidumbre en los que los volúmenes de negocio se están viendo tan afectados, es fundamental que las empresas cuenten con estas alternativas financieras.

En definitiva, la financiación e inversión de las EBT, que tanto bien hacen a las sociedades en las que operan, es un círculo virtuoso que no puede interrumpirse, menos aún en estos momentos en un país como España, que debe hacer un gran esfuerzo para converger con los ecosistemas innovadores más relevantes del mundo.