Ignacio López Monje

Los regantes de Cartagena estudian crear una desaladora en Campoamor

La Comunidad de Regantes baraja construir esta infraestructura para poder conseguir agua de calidad a un precio económico y mitigar la situación de déficit hídrico que periódicamente amenaza a la demarcación. Piden, asimismo, que no se alteren las reglas del trasvase Tajo-Segura

Los regantes de Campo de Cartagena continúan buscando medidas que ayuden a paliar la situación de déficit hídrico que históricamente castiga a esta demarcación, y que se ha visto recrudecida por la reciente aprobación de las medidas que limitan la actividad agrícola en el entorno del Mar Menor.

Las políticas implementadas para salvaguardar el estado de la laguna y reducir la entrada de nitratos han obligado a los regantes de la zona, que cubre una superficie de regadío de 41.920 hectáreas y en la que desarrollan su actividad agrícola 9.678 miembros, a impulsar proyectos que les ayuden a garantizar el suministro de agua para abastecer sus cultivos.

Entre ellas destaca la construcción de una desaladora que les permita obtener un agua de calidad a un precio relativamente económico. Según los primeros estudios realizados por la organización agrícola, la infraestructura contaría con una producción mínima de 20 hectómetros cúbicos anuales y un máximo de 80, y se ubicaría en la zona alta, cerca de Campoamor.

Se trata de un ambicioso proyecto que ya había sido barajado en anteriores ocasiones para paliar la falta de agua, pero que no había prosperado. Concretamente, hace dos años un grupo de productores y exportadores hortofrutícolas promovió la construcción y explotación de dos desaladoras de 60 hectómetros cúbicos cada una, situadas en el Valle de Escombreras (Cartagena) y cerca de Campoamor.

Aunque el año agrícola que finalizó el pasado 31 de agosto fue el más húmedo contabilizado en la Región de Murcia desde el periodo de 1941-1942 con 561 litros por metro cuadrado -el 180% de la precipitación media prevista-, los regantes llevan años demandando medidas que contribuyan a mitigar los efectos de la sequía que caracteriza a la región.

En concreto, piden que se pongan al máximo rendimiento las plantas desalinizadoras, que actualmente funcionan aproximadamente a la mitad de su capacidad; la elaboración de un decreto de sequía que agilice la toma de medidas urgentes como la construcción de pozos para su uso en estas situaciones de necesidad, siempre con garantías de una explotación sostenible; que se favorezca la cesión de derechos intercuencas, y el establecimiento de un precio social para el agua desalada.

Pendientes del trasvase Tajo-Segura

Mantener las bases del trasvase Tajo-Segura es otra de las iniciativas que consideran imprescindibles para el desarrollo agrícola de la zona. "El regadío aporta más de 40.000 empleos directos e indirectos a la comarca, que podrían estar en serio peligro", denuncia Manuel Martínez, presidente de la Comunidad de Regantes del Campo de Cartagena.

De hecho, un informe encargado por el Sindicato Central de Regantes del Acueducto Tajo-Segura (Scrats) asegura que la contribución que el Trasvase Tajo-Segura realiza al Producto Interior Bruto del sector agrícola en España ha superado por primera vez la barrera de los 3.000 millones de euros (3.013 millones), y subraya que el impacto de esta infraestructura en la creación de empleo, no solo en la producción agrícola sino también en la comercialización y transformación de los productos, deja un total de 106.566 empleos -el 5,8% de la población activa de la Región de Murcia y la provincia de Alicante-. Según Martínez, la reconversión de cultivos a secano tendría consecuencias catastróficas para la agricultura de la zona y para el bienestar de la población.

Este informe, encargado por el Scrats a la consultora y auditora PriceWaterhouseCoopers, señala que el trasvase impulsa los regadíos de los territorios provinciales del Levante español y ayuda al mantenimiento de la agricultura nacional. El impacto total del acueducto es superior a la contribución de sectores como el transporte aéreo o las industrias extractivas en términos del valor agregado bruto (VAB). “Es casi el doble de la aportación de la pesca y la acuicultura y equivale a más de tres veces la contribución de la silvicultura y explotación forestal”, afirma Scrats en un comunicado.

La cuenca del Segura -Murcia, Alicante y Almería- representa la base de un sector que tiene en España más peso que la media de la Unión Europea (2,9% frente a 1,6%) y que tiene un saldo positivo comercial: en 2019, las exportaciones agrícolas supusieron el 6,4% de las exportaciones españolas y contribuyeron a reducir el déficit comercial en más de un 17%. En concreto, las tres provincias que utilizan el trasvase realizan el 71% de las exportaciones nacionales de hortalizas y el 25% de frutas.