Ángel C. Álvarez

La gestión sostenible de los bosques despega vía satélite

Un proyecto valenciano utilizará la información obtenida desde el espacio para potenciar el aprovechamiento sostenible de la principal especie boscosa en la región, el pino carrasco.

Las grandes masas forestales se han convertido en uno de los activos fundamentales para hacer frente al cambio climático, además de ser uno de los grandes patrimonios de las zonas despobladas en España. Una riqueza que no siempre es aprovechada, muchas veces por las dificultades del terreno o el mero desconocimiento de las condiciones en que se encuentran esos bosques para su rendimiento.

La Comunidad Valenciana es uno de los territorios que actualmente menos partido saca a esos recursos forestales, con apenas el 7,4% de su superficie forestal con una ordenación aprobada para su planificación y explotación sostenible, frente al 18% de media en toda España, según los datos del último Anuario Estadístico del Ministerio de Agricultura, de 2019. Una situación que ha llevado a Aidimme, el instituto tecnológico que integra Metalmecánico, Mueble, Madera, Embalaje y Afines a poner en marcha un proyecto de innovación para estudiar y catalogar las masas forestales gracias a la información obtenida mediante satélites orbitales y desarrollar un programa que permitaconocer el rendimiento de estos bosques y planificar la obtención de madera y biomasa de forma sostenible. Unas labores que también reducen el riesgo de incendios forestales según explican desde el centro que forma parte de la Red de Institutos Tecnológicos de la Comunidad Valenciana (Redit).

La madera y leña aprovechada en los bosques valencianos apenas alcanzó los 48.159 metros cúbicos de madera y leña, menos de un 0,3% del total generado en toda España que superó los 17,68 millones de metros cúbicos según el Anuario de 2019. “Uno de los problemas para la explotación maderera es el elevado coste que supone realizar un inventariado de los recursos existentes, además de las propias condiciones de la orografía y el acceso a los terrenos”, explica Francisco Blasco, responsable de Tecnologías y Análisis Químico de Aidimme y coordinador de este proyecto, bautizado como Woodforest Satellite y que cuenta con financiación de Ivace.

El uso de satélites como los Sentinel, del programa europeo Copernicus, que ofrecen su información en abierto, reduce notablemente esos costes y permite mejorar la calidad de los datos y su actualización prácticamente permanente. Gracias a los sistemas de teledetección, que captan el reflejo de la radiación solar en los árboles, es posible determinar parámetros como la densidad y el volumen de árboles, la especie o su crecimiento. “Las imágenes satelitales nos permiten conocer la cantidad potencial de madera extraíble garantizando su aprovechamiento futuro”, resume Blasco. Con el tratamiento de esos datos, los investigadores pretenden desarrollar un algoritmo que permita poder tener información sobre el potencial de los bosques de la principal variedad forestal regional, el pinus halepensis, o popularmente pino carrasco, que representa alrededor del 72% de la superficie arbolada de la Comunidad Valenciana.

Un pino que se utiliza fundamentalmente para la fabricación de palets y envases y embalajes de madera, según explica Guillem Segura, ingeniero de Montes de Aidimme y técnico del proyecto. “Son productos que tienen una durabilidad limitada y a su vez se utilizan después para la industria del tablero que aprovecha los residuos de esos artículos”, comenta. Pero además con su uso como biomasa también puede ser utilizada para usos energéticos como el biogás, una finalidad para la que incluso ha llegado a exportarse su madera.

Para calibrar la información satelital recogida, el proyecto también realizará un piloto en varias parcelas de las tres provincias de Alicante, Castellón y Valencia con los que cotejar los datos. Para desarrollar esta herramienta además Aidimme cuenta con la colaboración de empresas valencianas dedicadas tanto a los servicios forestales y la consultoría medioambiental como madereras y potenciales consumidores como fabricantes de contrachapados y tableros.