Cinco razones por las que las empresas de alimentación deben mirar a Australia

La lejanía y la distancia puede parecer que las transacciones internacionales con Australia son complejas, incluso imposibles. Y, sin embargo, más de 10.000 empresas españolas están aprovechando las oportunidades de un destino tan lejano, pero tan cercano en lo que a gustos por la gastronomía y los productos de alimentación gourmet se refiere.

En 2021, el valor conjunto de las exportaciones españolas a Australia superó los 1.618 millones de euros (un 9,9 % más que en 2020) y según el Barómetro de Relaciones Económicas Bilaterales España-Australia de la Fundación Consejo España Australia, el 69% de las empresas españolas con actividad exportadora o filial en Australia prevé aumentar su actividad en el país austral este año, ya que lo consideran un mercado rentable, estable y potente incluso en condiciones negativas. De hecho, el 63% de las empresas dijo que, gracias a su presencia en Australia, ha minimizado el impacto derivado del post Covid, la guerra y la crisis económica.

Y si ponemos la lupa en el sector de la alimentación las oportunidades que ofrece Australia a las empresas españolas son muy atractivas.

En primer lugar, porque hablamos de un mercado potencial de 25 millones de consumidores, con un notable poder adquisitivo y un exigente gusto por la calidad de los productos de alimentación españoles. Además, Australia puede servir de puente para acceder al mayor tratado comercial del mundo: la Asociación Económica Integral Regional (RCEP) que desde el 1 de enero de 2022 engloba a 15 países de Asia Oriental y el Pacífico, comprende un tercio de la economía mundial y elimina el 90% de los aranceles.

En segundo lugar, porque en lo que respecta al sector específico de la alimentación el mercado australiano tiene un gran apetito y reconocimiento por los productos de calidad y con una imagen diferenciada, ya sea por la singularidad de sus sabores y su elaboración, como por su concienciación respecto al medio ambiente con empaquetados sostenibles o con enfoque ECO y BIO. Los productos orgánicos y los del segmento gourmet tienen mejores posibilidades de éxito en un mercado de alto poder adquisitivo y que gracias al reconocimiento que ya tienen numerosas marcas y empresas españolas allí, suelen tener muy buena acogida, como recientemente hemos comprobado en la misión comercial de una docena de empresas murcianas de alimentación.

En tercer lugar, por la positiva publicidad de los alimentos y gastronomía española que están haciendo, principalmente en los grandes núcleos urbanos de Sidney y Melbourne, reconocidos chefs españoles abanderando el producto nacional y ayudando a que el canal español crezca y se consolide. Por ejemplo, de la mano de asociaciones como EAT Spanish o de murcianos como Miguel Maestre, que, tras pasar por las cocinas de El Bulli y Ferrán Adrián, inauguró El Toro Loco, uno de los restaurantes españoles más emblemáticos de Sidney y ahora cuenta con su propio programa televisivo de cocina desde el que sigue ensalzando las bondades de los productos de alimentación españoles y contribuyendo a la profesionalización de la distribución de alimentos españoles.

Eso hace que cada vez encontremos más productos agroalimentarios españoles en un mercado que tiene gran aprecio por el producto español, por los nuevos sabores y, en general, por todas las propuestas que llevan asociada la etiqueta de producto gourmet.

En cuarto lugar, por la mezcla cultural de un país abierto a probar nuevas cosas. Al igual que ocurre en otros países de tradición migrante como Reino Unido o Canadá, Australia tiene una escena culinaria muy activa y abierta a nuevas ofertas, fruto de la presencia de esa población multicultural que ha inspirado una fusión de sabores originales y está proporcionado algunos de los mejores chefs del mundo (varios chefs españoles son habituales del certamen “50 Best Cooks”), con gusto por los productos frescos y una demanda para consumo de productos gourmet.

Precisamente, como quinto factor positivo es que a la calidad del producto español se suma la buena relación calidad-precio de nuestros alimentos y bebidas. Así, España cuenta con una importante presencia en el mercado australiano del aceite de oliva, puesto que nuestro país es el principal exportador de este producto a pesar del incremento de la producción local en los últimos años. En diciembre de 2020 las exportaciones españolas de aceite de oliva puro alcanzaron los 2,45 millones de euros.

En el caso de la Región de Murcia, cuyo conjunto de exportaciones a Australia superó los 31,8 millones de euros, los principales productos de alimentación exportados son ingredientes y aditivos para la alimentación, azúcar y productos de confitería envases y embalajes.

Otros productos de creciente popularidad y demanda por parte de los consumidores “aussies” son los vinos (con el reto de la adaptación al tapón de rosca y dando un mayor protagonismo al tipo de uva sobre la denominación regional), los quesos, el jamón o incluso el azafrán, por su vinculación con un plato tan emblemático como la paella.

Lógicamente, Australia no son todo ventajas. Los 15.000 kilómetros de separación, las largas distancias internas del país y su baja densidad son barreras importantes. Pero precisamente, una buena alimentación es la base para afrontar cualquier largo recorrido. Y, en un mercado que espera el producto gourmet español con ganas, merece la pena abordar el reto. Una docena de empresas murcianas, ya lo han hecho.