El cambio es posible

Durante los últimos años estamos asistiendo a un cambio de paradigma en los hábitos del consumidor. Vemos cómo, no sólo busca bienes de consumo sostenibles y respetuosos con el medio ambiente y el planeta, sino que con su compra y con sus decisiones quiere impactar en su entorno con una acción positiva que deje huella.

Tal y como se recoge en la definición de la ONU sobre el consumo y la producción sostenibles, consiste en hacer más y mejor con menos. También se trata de desvincular el crecimiento económico de la degradación medioambiental, aumentar la eficiencia de recursos y promover estilos de vida sostenibles. Todo ello, se recoge detalladamente en el objetivo número 12 de los ODS: “Garantizar modalidades de consumo y producción sostenibles”.

En este contexto, Unilever quiere seguir aportando su conocimiento y experiencia como empresa de gran consumo global y comprometida con la sostenibilidad desde sus inicios, para impulsar una acción conjunta y coordinada entre todos: fabricantes, distribuidores y consumidores, que nos lleve a conseguir los objetivos que nos hemos marcado en este ámbito: reducir a la mitad el desperdicio de alimentos de las operaciones directas para 2025, y cero residuos a los vertederos y cero desperdicios de comida en buen estado.

Es por ello por lo que, aunque la sostenibilidad engloba distintos ámbitos de actuación, hoy me gustaría detenerme en un área clave que además está a nuestro alcance: el aprovechamiento de los recursos en toda la cadena alimentaria y de producción. Tanto en lo que se refiere a la apuesta por la circularidad como modelo de producción -que nos afecta sobre todo a las marcas, que debemos encontrar mecanismos para el reaprovechamiento de los recursos-, como a la reducción del desperdicio alimentario.

Sirva un dato para ejemplificar la enorme amenaza que constituye el desaprovechamiento en los hogares de todo el mundo. Según la ONU, cada año, se estima que un tercio de toda la comida producida (el equivalente a 1.300 millones de toneladas con un valor cercano al billón de dólares) acaba en los cubos de basura de los consumidores y minoristas, o estropeándose debido a un transporte y unas prácticas de recolección deficientes. El desperdicio constituye, sin duda, una amenaza para nuestro sistema y es por ello por lo que llevamos mucho tiempo trabajando para intentar crear una mayor conciencia que ayude a aminorar sus efectos.

Para ello, hemos involucrado a nuestros principales partners y proveedores para que consideren la pérdida y el desperdicio de alimentos en sus operaciones; estamos ayudando a los clientes de toda la cadena de alimentación a abordar la problemática del desperdicio de alimentos mediante la prevención y la redistribución, y también, a través de las distintas marcas, animamos y trabajamos con los consumidores para reducir el desperdicio en los hogares.

En este sentido, en el año 2011 lanzamos una guía destinada al ámbito de la restauración, con el objetivo de reducir la pérdida de los alimentos en hoteles y restaurantes. Dos años más tarde, con motivo del Día Nacional Contra el Desperdicio Alimentario que se celebró en España a petición de Unilever, se reeditó para adaptarla al consumidor con consejos prácticos que podían ayudar a reducir gran parte de la cantidad de comida que se desperdiciaba en los hogares. La guía, llamada Guía práctica para reducir los desperdicios alimentarios, fue elaborada en conjunto con el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente para reducir el impacto ambiental, optimizar los recursos naturales, planificar la compra y reciclar para reducir al máximo el desperdicio de alimentos.

El pasado año lanzamos junto a la plataforma educativa Ambietech, un itinerario didáctico bajo el nombre: STOP al desperdicio alimentario, una iniciativa dirigida principalmente a escuelas de Educación Secundaria, pero también para el público en general elaborada a partir de animaciones y actividades gamificadas para que los jóvenes tomen conciencia de no desperdiciar alimentos que ha tenido una gran aceptación en el ámbito educativo.

Y muy recientemente, hemos lanzado una encuesta a través de la plataforma de estudios de mercado IPSOS para conocer el grado de concienciación sobre el desperdicio en los hogares españoles para así tomar partido en aquellas cuestiones en las que todavía existe una falta de formación e implicación por parte de los consumidores, dado que, según esta encuesta, el 85% de la población encuestada confirma que sería útil tener más información al respecto para evitar el desperdicio de alimentos.

En definitiva, se trata de aportar cualquier avance, por pequeño que sea, para hacer que nuestro sistema se más eficiente y justo y vivamos de una manera más consciente y sostenible para dejar un planeta mejor a las futuras generaciones. El cambio es posible.