Las marcas del fabricante crean 2,5 veces más empleo que las blancas

Las marcas de los fabricantes de gran consumo, sobre todo alimentación y bebidas, generan 1.280.000 empleos frente a los 485.000 de la marca del distribuidor. Esto supone el 75% del empleo del sector, aproximadamente un 6% del empleo nacional. Desde 2016 ha generado 120.000 puestos de trabajo

Las marcas de fabricantes de gran consumo (MDF), que incluyen alimentación y bebidas, droguería y cuidado personal, generan, entre empleos directos e indirectos, 1.280.000 puestos de trabajo frente a los 485.000 de la marca de la distribución (MDD), lo que supone 2,5 veces más. En concreto, la marca del fabricante genera el 75% del empleo del sector de gran consumo, aproximadamente un 6% del empleo nacional. Desde 2016, la marca del fabricante ha generado hasta 120.000 empleos.

Estos datos los revela Promarca, la asociación que engloba a los fabricantes líderes de gran consumo, en su informe (con datos correspondientes al periodo 2016-20) sobre El Impacto Social y Económico sobre las Marcas de Fabricantes de Gran Consumo. Una de las principales conclusiones del estudio muestra que el nivel de exportaciones de las marcas del fabricante no ha dejado de crecer año tras año. Como resultado, las marcas del fabricante alcanzaron, en 2020, un peso sobre el PIB del 7,7%, “un récord histórico nunca visto en ninguna de las ediciones anteriores del estudio”, señala Toni Seijo, el investigador responsable de este estudio encargado por Promarca. En su opinión, “la fuerte contracción del PIB, un mayor peso de la industria de gran consumo sobre la economía nacional, y la resiliencia de las exportaciones a pesar de la crisis, serían los factores que explicarían este hito”.

En la actualidad, la marca del fabricante representa un 90% de las exportaciones totales del sector; unas exportaciones que, según se desprende del informe, han crecido un 20% en los últimos cuatro años. Por sectores, alimentación y bebidas siguen aglutinando la mayor parte de la aportación de la marca del fabricante al PIB español. Además, desde 2016, ha ganado peso relativo respecto al resto de sectores. Aunque, según se deriva del estudio, la contribución de la marca de la distribución al PIB también creció en 2020, como consecuencia del trasvase de consumo “fuera del hogar” a “dentro del hogar” -propiciado por las medidas de confinamiento-, su aportación sigue siendo más de tres veces inferior a la de las marcas del fabricante: un 2,40% en 2020 (frente al citado 7,7%).

En total, sostiene el informe, “las empresas proveedoras de marcas de fabricantes añaden casi 10 veces más valor añadido a los bienes y servicios durante el proceso evolutivo que las empresas proveedoras de marcas de la distribución”. Además, se añade: “En el mercado doméstico la marca del fabricante creció menos que la marca de la distribución, mermando en su conjunto el potencial de generar valor añadido del país, una mala noticia para el sector y para nuestro estado de bienestar”. En concreto, según la investigación, “es en los últimos años -entre 2018 y 2020- cuando el trasvase de ventas de la marca de fabricante a la marca de la distribución en el mercado doméstico, sin contar exportaciones, se ha vuelto más acusada”. En este sentido, apunta el informe, “en estos últimos años, el trasvase le ha supuesto al país una pérdida de valor añadido económico estimada en más de 1.000 millones de euros. El crecimiento de la marca de distribución es del todo insuficiente para contrarrestar la pérdida de valor económico que la marca del fabricante genera al sector”.

El informe de Promarca denuncia que “desde 2008, el crecimiento de la marca de la distribución, en perjuicio de la marca del fabricante, ha restado capacidad al sector del gran consumo para generar riqueza. A lo largo de estos 13 años, la marca del fabricante ha visto mermada su capacidad de crear valor añadido económico en unos 2.500 millones de euros”. En ese mismo periodo, puntualiza el estudio, “la aportación incremental de la marca de la distribución en la generación de valor no ha compensado en absoluto dicha pérdida, lo que ha resultado en una destrucción neta de, aproximadamente, 1.200 millones de euros”.

El informe pone de relieve que la marca del fabricante contribuye, cada año, con unos 12.000 millones de euros en concepto de impuestos directos e indirectos al Estado, más del 6% del total tributado, lo que supone entre tres y cuatro veces más que la marca de la distribución. Finalmente, en cuanto al impacto en términos de inversión en I+D, el estudio subraya que “la marca del fabricante acapara, año tras año, cerca del 90% de la inversión en investigación y desarrollo en el sector de gran consumo, frente al 10% de la marca de la Distribución”.