El reparto colaborativo de estilo indio que triunfa en Francia ya está en España
La firma pionera en el ‘crowdshipping’ opera desde enero en Madrid, permitiendo al comercio de proximidad entregar a domicilio aprovechando los viajes en coche de particulares
Cuando Antoine Cheul puso en marcha en 2016 en Nantes (Francia) Shopopop, su proyecto inspirado en los repartidores indios de comida casera o dabbawalas, no podía imaginarse que llegaría a los 400.000 inscritos solo en Francia. Desde enero, su reparto colaborativo funciona en Madrid. Su operativa se basa en el shopper, un usuario que se inscribe en su app para aprovechar sus desplazamientos en coche para hacer entregas.
Como explica su responsable en España, Clara Lloveres, su fórmula se diferencia de las firmas de quick commerce porque gratifica a estos repartidores con entre 5 y 8 euros, pero sin establecer una relación laboral. “Nuestro sistema detecta cuando un usuario supera la media de entre 9 y 10 repartos al mes y no le muestra las entregas disponibles”, explica. Este método refuerza su perfil social al permitir rentabilizar los desplazamientos y reducir el impacto del delivery. El funcionamiento es sencillo: cuando las tiendas dan de alta el horario y dirección de entrega de un envío, los shoppers que se encuentran georreferenciados en la zona reciben un SMS con los datos y deciden si quieren hacer el reparto. Es lo que se conoce como crowdshipping, una rama de la economía colaborativa que aprovecha el viaje de una persona para llevar un paquete a otra de camino.
Otro de sus factores diferenciales consiste en su apuesta por la entrega en coche, ya que “dos de los principales clientes de nuestros servicios son supermercados y comercios de proximidad como floristerías o tintorerías, cuyos envíos suelen precisar de un maletero para varias bolsas o paquetes más voluminosos. La idea es que aproveches tu viaje al supermercado para además de comprar, recoger el pedido de otra persona y que esto sirva para cubrir el gasto en gasolina, evitando más emisiones”.
Asimismo, esta fórmula permite a los retailers hacer entregas a domicilio sin las complicaciones propias del reparto de última milla como el volumen de los pedidos, los horarios disponibles y su nivel de demanda, además de la distancia. “Nosotros negociamos con las tiendas un precio en función únicamente del kilometraje, sin diferenciar entre domingos y horarios”, recalca Lloveres.
Antes de llegar a España, Shopopop vivió un boom internacional con la pandemia. Así, después de Francia, su sistema llegó a Italia, Bélgica, Luxemburgo, Países Bajos y Portugal. Desde el comienzo de 2021, la plataforma ha organizado más de un millón de entregas para 1.700 puntos de venta. “Nuestro objetivo en 2022 es superar las 12.000 en España y extender nuestra red a otras dos áreas geográficas además de Madrid, principalmente a localidades con menos de un millón de habitantes”, añade Lloveres. Para finales 2025, los planes de la firma pasan por contar con 50.000 tiendas asociadas.