Cerrando el círculo: un momento clave para la regulación de los envases en España

La tramitación del Real Decreto de Envases invita a abrir una reflexión serena y pausada sobre los retos que se nos presentan de cara a avanzar en materia de sostenibilidad y economía circular en todos los sectores económicos, y particularmente en aquellos afectados por la nueva regulación. Desde CIDEC, creemos que esta reflexión debe estar basada en la evidencia científica, para garantizar que el conjunto de la industria abraza un modelo verdaderamente circular, que ofrece un futuro eficiente y sostenible a los consumidores.

El borrador de Real Decreto publicado por el Gobierno identifica retos que compartimos, pero propone soluciones desenfocadas y desproporcionadas que serían de difícil aplicación práctica, más aún en los cortos periodos de adaptación que se establecen.

Una norma problemática en forma y fondo

En CIDEC compartimos la enorme preocupación que suscita en diversos sectores una de esas medidas incluidas en el Real Decreto como es el objetivo de reducción de botellas de plástico de un solo uso para bebidas, cuantificado en el 50% para 2030. En pocas palabras, la mitad de las botellas de plástico de un solo uso cuya función es el envasado de bebidas deben desaparecer en ocho años. La desproporción que supone esta medida tiene dos vertientes, una de medioambiental, la otra socioeconómica.

Medioambientalmente, no vemos relación entre esta propuesta y la dirección en la que viaja la Directiva SUP sobre plásticos de un solo uso, a la cual traspone el Real Decreto, porque no vemos relación entre la medida y la evidencia científica en materia de circularidad siendo, además, uno de los envases que más se recicla. Socioeconómicamente, es una medida que implica el cierre automático de un gran número de empresas, particularmente pymes y empresas localizadas en zonas rurales, porque no podrán afrontar la disminución de ingresos y la necesidad de invertir. Todo ello pone en cuestión que esta medida pueda implementarse de manera efectiva, más aún en el corto periodo de tiempo exigido, con inversiones en la mayoría de los casos ya acometidas para promover envases de plástico reciclado, que ahora quedarían infrautilizadas.

Por otro lado, los criterios de reutilización para el canal horeca incluidos en el Real Decreto, se establecen mediante el contenido de los envases -si se trata de agua, cerveza o bebidas refrescantes- y no a través de criterios objetivos que tengan que ver con la gestión de envases y sin que se haya realizado una evaluación de su impacto al menos desde un punto de vista medioambiental. Siguiendo con el argumento anterior, creemos que pedirle a una empresa que se reutilicen la mitad de sus envases en 36 meses, partiendo de cifras de reutilización nulas o muy bajas equivale a certificar el cierre de su empresa, y a condenar que estas medidas queden -por excesivamente ambiciosas- en un brindis al sol.

Un nuevo paradigma: el plástico como recurso

Ante esta situación, desde CIDEC creemos que debemos promover un cambio de paradigma sobre el plástico, para que éste deje de ser considerado un residuo, y sea visto como un recurso. El plástico es un material versátil, ligero, resistente, seguro y reciclable. Por tanto, no se trata de acabar con el plástico, mediante reducciones o criterios de reutilización desorbitados, sino de abordar qué uso le damos y cómo gestionamos los residuos una vez dejan de ser funcionales, para así poder darles una nueva vida.

El objetivo como sociedad deber pasar por evolucionar hacia un mercado de envases totalmente circular y, para ello, es esencial impulsar el desarrollo de un mercado de r-PET capaz de abastecer la demanda. El r-PET (plástico reciclado y reciclable) tiene que jugar un rol clave en la transición hacia un modelo más circular, pues se trata del material más sostenible y eficiente, y el que mejor garantiza la reducción de emisiones de CO2. Además, al ser 100% reciclable y reciclado, propicia la reducción de plásticos de un solo uso en la industria alimentaria, y los impactos ambientales relacionados con su producción y transporte son altamente ecoeficientes.

Sobre el objetivo de reducción del 50% de botellas de plástico de un solo uso, creemos que sería recomendable explorar otras opciones sin generar las graves consecuencias económicas y sociales que supondría esta medida, de muy complicada aplicación a corto y medio plazo.

Complementariamente, se puede acelerar aún más la apuesta por la Economía Circular aumentando la incorporación en las botellas de material reciclado al 50%, en lugar del 25% recogido en el texto del Real Decreto. Así, impulsamos el mercado de R-PET en España, algo que el sector ya ha asumido, y que se ha reforzado con medidas de impulso en la Ley de Residuos que está debatiéndose en el parlamento. En este sentido, saludamos efusivamente la apuesta del Gobierno por el desarrollo de la circularidad en España mediante el recientemente aprobado Perte de la economía circular.

La respuesta constructiva a este Real Decreto es cambiar el foco. La lucha no es contra el plástico, puesto que hablamos de un recurso que, con el material ya producido, permitiría abastecer a la población durante los próximos cien años, siempre que aseguremos su circularidad.

El resto es, por tanto, trabajar intensamente en el reciclaje de esos envases, para lograr un modelo de economía circular, más sostenible y respetuoso con el medio ambiente.