Agrosostenibilidad: el futuro del sector de la alimentación en España

Los últimos años han dejado claro que la sostenibilidad es un tema de suma importancia para el mundo. Medios de comunicación, empresas y ciudadanos se han hecho eco de nuevos avances en materia sostenible y están comprometidos a afrontarlos mediante una gestión responsable de los recursos naturales, fundamentales para nuestra subsistencia. En este sentido, no cabe duda de que el agroalimentario, por su relación natural y directa con el entorno ambiental, es uno de los sectores que más tiempo lleva trabajando en la implementación de medidas que tienen el foco puesto en la sostenibilidad para cuidar del planeta y garantizar que el sistema productivo continúe siendo sostenible y mitigar los efectos del cambio climático.

Según Naciones Unidas, se espera que la población mundial aumente en 2.000 millones de personas en los próximos 30 años, alcanzando los 10.000 millones en 2050. Un crecimiento como este va a suponer un gran reto para un sector como el agroalimentario, que deberá equilibrar la balanza entre cubrir las necesidades alimenticias de la población mientras sigue prestando especial atención al cuidado del planeta, sin comprometer el futuro de las nuevas generaciones, a través de un desarrollo sostenible. Con la meta de mantener ese equilibrio entre demanda y compromiso con una tierra que tanto nos brinda, nace el concepto de agrosostenibilidad.

Además de concienciar en torno al desperdicio de los alimentos y promover una economía circular basada en la política de las tres R -reducir, reutilizar y reciclar-, el sector es consciente de la necesidad de garantizar un sistema orientado hacia la mejora de la eficiencia energética y un consumo óptimo de los recursos naturales en los distintos cultivos repartidos por todo el territorio nacional. En esa línea también se encuentra el sector agrícola europeo, con iniciativas y políticas como el Pacto Verde Europeo o la estrategia de la Unión Europea sobre Biodiversidad para 2030, que buscan mejorar la salud y calidad de vida de las personas al tiempo que se cuida de la naturaleza. Europa también se dirige hacia la implementación de la nueva, y más ecológica, Política Agrícola Común (PAC) en 2023 y que integra la seguridad alimentaria, la sostenibilidad medioambiental y la transformación digital en el campo, con el empleo de nuevas tecnologías y de inteligencia artificial. Por eso, la necesidad de una gestión sostenible de los recursos es cada vez más urgente y necesita del esfuerzo del sector y del apoyo de los gobiernos para que las empresas logren dichos objetivos.

De este modo, nuestro sector trabaja desde hace años para implementar medidas que contribuyan a reducir al máximo el impacto de la actividad agraria en los campos de cultivo que alimentan a tantos y tantos españoles, alineadas con los ecoesquemas propuestos por la UE. Precisamente, para corroborar la puesta en marcha de acciones basadas en agrosostenibilidad, ya existen certificaciones como la de Producción de Cultivo Sostenible, otorgada por AENOR. Este sello reconoce el compromiso de las empresas a la hora de suministrar alimentos de la forma más eficiente y sostenible posible, reduciendo el uso de insumos nocivos para el medioambiente. Siguiendo nuestro compromiso por ofrecer alimentos saludables, manteniendo la productividad, aumentando la biodiversidad y la fertilidad del suelo y reduciendo la huella de carbono, en Florette hemos sido la primera empresa de IV gama -vegetales frescos lavados, cortados y envasados listos para consumir- en recibir esta certificación.

Para la consecución de certificaciones como esta, es imprescindible desarrollar un modelo de producción sostenible en el tiempo que esté basado en las buenas prácticas y en el uso de la tecnología más adecuada en las diferentes fases de la producción, integrando los ejes de sostenibilidad -a nivel económico, social y medioambiental- en la estrategia de las organizaciones y con un alcance transversal a toda la cadena de valor. Desde hace mucho tiempo, llevamos a cabo medidas dentro de nuestro compromiso de sostenibilidad que van desde la estrategia ‘De la Granja a la Mesa’ hasta la reutilización del agua de la lluvia para riego, el desarrollo de proyectos innovadores que ayuden a optimizar el riego y a predecir el momento óptimo de recolección, el uso de fitosanitarios naturales de residuo cero, la utilización de técnicas naturales de desinfección de suelos como la solarización o la optimización de los recursos naturales en todo el proceso productivo. Además, apoyamos la producción local y reducimos las emisiones de CO2 en el transporte de la materia prima gracias a la cercanía entre los campos de cultivo y los centros de producción.

Es fundamental mantener una coherencia en el resto del proceso productivo, con medidas enfocadas a generar más valor utilizando menos insumos y consumiendo de una manera diferente. En los últimos años, se ha puesto de manifiesto que es posible hacer un uso responsable y eficiente de los recursos, optimizando su consumo y, además, utilizando energías de origen 100% renovable en nuestro caso, entre otras acciones. En cuanto a envases y embalajes, las tres R son fundamentales para la reducción de la huella de carbono y la correcta gestión de los residuos. Y tanto empresas como hogares debemos tomar conciencia al respecto. En esta línea, en Florette ofrecemos nuestros productos frescos y de cercanía en envases 100% reciclables y además de origen 100% reciclado, favoreciendo la economía circular. Creemos firmemente en la importancia de ofrecer segundos usos y por ello donamos el producto descartado en los centros de producción a ganaderos de la zona para la alimentación de animales o elaboración de compost agrícola.

El sector agroalimentario está comprometido con utilizar de forma eficiente los recursos naturales, tan imprescindibles para una industria en la que todo se lo debemos a la tierra. Es urgente cuidar el planeta y, por eso, estamos más preparados que nunca para afrontar un futuro en el que la agrosostenibilidad jugará, sin duda, un papel protagonista que ya se deja ver. Las empresas dedicadas a la alimentación somos el primer eslabón de una gran cadena que culmina en los consumidores, por lo que no solo debemos satisfacer sus demandas con productos de calidad, prácticos y saludables, sino que también debemos suponer el mejor ejemplo posible en el camino por un futuro más sostenible.