Reivindicación del trabajo en el supermercado

La mayoría de los más de 23.000 supermercados y establecimientos mayoristas que existen en España abren sus puertas alrededor de las 9.00 horas. En ese momento, cualquier cliente que entre a realizar sus compras se encuentra tiendas limpias, bien iluminadas, con una correcta climatización, con el surtido -tanto fresco como seco- disponible y bien ordenado y el personal de caja y de tienda a su disposición. Para que esto sea posible muchas personas trabajan desde muy temprano en labores muy especializadas y altamente precisas en el día a día de un establecimiento comercial de alimentación.

La profesión de “tendero” o “comerciante” abarca especialidades como reponedor/a, cajero/a, carnicero/a, pescadero/a, frutero/a y otras especialidades como jefe de tienda o encargado de mantenimiento, entre otras. Todos estos trabajos son muy importantes para la logística de un supermercado y requieren de grandes conocimientos técnicos y de una comprensión completa del funcionamiento de la cadena agroalimentaria, de gamas amplias de productos y del cliente. Estos conocimientos, cada vez más complejos -ya que incluyen elementos técnicos relacionados con la digitalización, la seguridad alimentaria y de medioambiente, entre otros- tienen que verse reflejados en los actuales planes de Formación Profesional Dual. Porque el oficio de tendero es esencial para la sociedad y tiene un gran futuro. Por ello, necesitamos garantizar que los trabajadores incorporen los conocimientos necesarios para abordar los cambios que el sector está asumiendo, como los relacionados con transformación digital y medioambiental.

La complejidad y la importancia para la economía, para la sociedad y para el medioambiente de los profesionales asociados a la distribución alimentaria se ha podido comprobar durante la pandemia, cuando los trabajadores de los supermercados fueron considerados esenciales. Desde ASEDAS, pensamos que este estatus se debería mantener de forma permanente para estar preparados de cara a afrontar futuras crisis. Un recorrido por el trabajo diario en un supermercado ayuda a valorar el extraordinario trabajo de las más de 286.000 personas que, solo desde las empresas de ASEDAS, levantan cada día las persianas de las tiendas.

A las 6.00 horas suele comenzar el primer turno de trabajo con la recepción y colocación de las mercancías en los lineales. Todos los días se reciben los productos frescos y el resto se reparte a lo largo de la semana en función de las familias de alimentos dependiendo del tamaño de la tienda. Este proceso se inicia, sin embargo, el día anterior cuando el jefe de tienda realiza el control de las entradas y salidas de la mercancía y de las previsiones de venta, cursa el pedido a la plataforma logística. En este punto, el supermercado se la juega en dos aspectos: ajustar al máximo el pedido para evitar desperdicio alimentario y anticipar las demandas de los clientes del día siguiente.

El supermercado es un formato de proximidad que se basa en la rotación de productos. Situados en el centro de las ciudades y de los pueblos, donde el precio del suelo es alto, la zona de almacén suele ser muy pequeña. Esto significa que la organización para reponer los lineales es milimétrica. El trabajo del reponedor incluye el punteo del albarán y la comprobación de las fechas de consumo preferente de la mercancía. Ambas tareas son muy importantes para un correcto control del stock y minimizar las pérdidas. El caso de los productos que necesitan refrigeración es especialmente delicado para asegurar el mantenimiento de la cadena de frío.

Antes de la apertura se realiza una primera limpieza profunda, que se repetirá varias veces al día, y las cajas se preparan con el cambio suficiente. El cobro en caja es otra de las grandes responsabilidades de los trabajadores de los supermercados. Aquí se controla la salida de mercancías, que debe ser rápida y hacerse de forma correcta para evitar pérdidas desconocidas en el inventario. Si el cajero es una figura central en la relación personal con el consumidor, la especialización en los productos y la labor de prescripción que se demanda, especialmente en las secciones de frescos, hace indispensable contar con personal especializado en los llamados “puntos calientes” de la tienda. Dicha prescripción es también cada vez más importante en secciones como bodega y perfumería, que están cobrando un gran peso en el supermercado.

Tienda limpia, ordenada, surtida... La colocación de la mercancía en los lineales es fundamental para facilitar la compra, que sea sencilla, cómoda y rápida. Existen muchas teorías sobre cómo presentar los productos. Lo básico es que se agrupen en una misma familia, con cabeceras que faciliten la orientación del cliente, y, en ocasiones, agrupando productos que tengan relación en el momento del consumo -por ejemplo, las pastas y sus salsas-. En la presentación en el lineal se juegan los grandes drivers de consumo: precio, calidad, nutrición, variedad.

Tras 12 horas y varios turnos de trabajo, llegan las 21.00 horas -horario habitual de cierre en muchos supermercados- y toca hacer balance y dejar todo preparado para el día siguiente. Llega el momento, también, de realizar la gestión de residuos en base a sistemas de logística inversa, de controlar la merma -caducidad, roturas, etc.- para corregir la gestión de los pedidos, del cierre de caja y del seguimiento de las ventas, muy importante para ajustar el pedido posterior.

El largo día del supermercado se prolonga, generalmente, de lunes a sábado, en el caso español con algunos de los horarios más amplios de Europa que facilitan que la compra se ajuste al estilo de vida de los consumidores. Trabajadores altamente especializados, con contratos fijos -entre el 80 y el 85% de los casos gran presencia de mujeres -aproximadamente el 70%- y planes de conciliación personal y desarrollo profesional cada vez mejores constituyen el perfil del trabajo en el supermercado. Una labor que ha sido valorada por la sociedad en los últimos años y que debe seguir siéndolo a través de la formación reglada y de su consideración como sector esencial y estratégico.