Tras el Covid, toca recuperar el tiempo perdido

Un largo paréntesis, de momento, de 20 meses, esto es lo que ha supuesto la pandemia para muchas empresas del sector agroalimentario: descuadre de planes, reajuste de plantillas, incremento de medidas higiénicas y sanitarias y un nuevo estatus de industria esencial. En este momento toca centrarse en la reconstrucción, la vuelta a una verdadera normalidad, a reestablecer los planes y a lidiar con los nuevos retos y desafíos a los que nos enfrentaremos como sector económico indispensable dentro de la sociedad. Tenemos que volver a rescatar los planes que teníamos para 2019 y que fueron enterrados por montañas de mascarillas y vacunas.

Al contrario de lo que pueda parecer, este paréntesis no ha supuesto ningún descanso para ninguno de los actores que formamos parte de la cadena de valor. Mientras el campo se las ha visto con brotes que han llegado a poner en serios aprietos las cosechas, la industria establecía planes de contingencia que aislasen los centros productivos, la distribución ha permitido el abastecimiento de la población que en ningún momento ha llegado a la carencia y la hostelería ha sufrido en primera línea las restricciones. Esto, unido a la generosidad transversal por la que, junto con Bancos de Alimentos y ONGs, se ha atajado la urgencia social generada por el covid-19 nos ha hecho salir reforzados en conjunto como sector. Y los siguientes pasos serán complejos, durante 20 meses hemos sido presa de una situación, nos hemos adaptado a las circunstancias, ahora toca avanzar. Dejar de adaptarnos para ser nosotros los que lideremos el cambio. Aprovechar la situación para modernizar la industria, comenzar el proceso de cambio hacia la neutralidad en carbono y hacia productos más saludables para los consumidores.

Los Fondos NextGenerationEU y el resto de fuentes de financiación europeas, nacionales o autonómicas, de los que ya hemos recibido los primeros 9.000 millones de euros para la reconstrucción, tienen que ser nuestra palanca de avance para crear valor a través de la innovación y a través de la cuál atajemos otros tantos retos que tenemos pendientes como sociedad. El reto demográfico y la lucha contra la España vaciada, la transición hacia una industria eficiente y digital en línea con el Pacto Verde Europeo que suscribimos, el incremento de la productividad del sector y la competitividad en los mercados europeos y extracomunitarios. Como sector industrial, y parte de la cadena de valor, tenemos que abandonar objetivos cortoplacistas. Volver a la senda de la innovación y la competición mediante mejores productos, más saludables que sorprendan a la vez que satisfagan las necesidades de los consumidores a la vez que generamos plusvalías en todos los ámbitos.

Tras este tiempo de pandemia, ha llegado el momento de recuperar el tiempo perdido. Desafíos, obstáculos, retos y dificultades van a tener que ser afrontadas por el conjunto de la cadena de valor, por sector primario, secundario y terciario en alianza y sinergia con el sector público que canalizará los fondos. Hay recursos, hay consenso, hay capital industrial y humano para conseguirlo y, sobre todo, hay determinación.