El lácteo, un sector estratégico y sostenible
Sabemos realmente lo qué significa comprar un producto lácteo? Una acción tan sencilla como ésta ayuda a mantener viva la España rural, a través de la inversión industrial que genera empleo y riqueza local, y del cuidado de la naturaleza en la que se ubican las ganaderías, mayormente familiares, y que conforman nuestro paisaje convirtiéndonos en uno de los países más bellos del mundo. No olvidemos que los ganaderos y agricultores son los jardineros de la naturaleza. Hablamos de un sector estratégico para la economía española que hace frente a los grandes fenómenos demográficos, sociales y económicos de nuestro país, mediante un empleo estable, cualificado y de calidad, ubicado en muchas ocasiones lejos de las grandes poblaciones. Actualmente, las industrias lácteas emplean directamente a más de 30.000 personas, y estimulan otras actividades económicas en su área de influencia.
El sector lácteo produce más de siete millones de toneladas de leche de vaca, a los que hay que sumar otro millón de cabra y oveja, lo que lo convierte en el segundo subsector ganadero, después del cárnico, más importante de España. En términos cuantitativos, toda la cadena de producción y transformación láctea genera en el país más de 11.820 millones de euros al año sin incluir la derivada de la distribución y el comercio. En síntesis, el 2,4% de toda la producción industrial del país.
Pero además, es muy destacable su compromiso para trabajar por un planeta mejor generando impactos positivos en el desarrollo de su actividad. En este contexto, su primer objetivo es ajustar sus procesos a los requerimientos de la Unión Europea, y por ello, ya se está avanzando en la mejora de la información nutricional, en la reducción de las emisiones mediante la optimización de procesos y uso de energías renovables, en el mejor aprovechamiento de los recursos naturales como el agua, y en la circularidad y el reciclaje de los envases. De hecho, son varias las industrias que cuentan con certificaciones como;” residuo cero”, “neutralidad de carbono”, y la de aprovechamiento y valorización de residuos como parte de una estrategia de economía circular. El sector lácteo quiere ser parte de la solución y por ello se compromete a contribuir por un planeta más sostenible.
No obstante, tanto el cumplimiento de esta normativa como el mantenimiento del sector lácteo tienen un coste, que necesariamente se debe reflejar el precio final de sus productos que no pueden ser permanentemente castigados con un precio bajo que sirva de reclamo comercial. Todos los agentes que conforman la Cadena de Valor deben comprometerse a generar valor compartido, por lo que resulta necesario concienciar al consumidor final de que ese valor social, económico y ambiental ha de ser parte del precio, que permitirá que esos ganaderos puedan llevar una vida digna y las industrias seguir creando empleo local y defendiendo nuestra soberanía alimentaria. Los fondos europeos que deben contribuir a construir la España del futuro representan una oportunidad para modernizar e impulsar un sector que España necesita, indispensablemente, para hacer realidad su proyecto país.