Cien números como testigos del auge de la alimentación
En los últimos nueve años esta revista ha visto crecer al sector de la alimentación y el gran consumo en todos los ámbitos y lo ha acompañado en los momentos de dificultad
La revista de Alimentación y Gran Consumo de elEconomista, que nació el 25 de septiembre de 2012, edita su número 100 y cumple nueve años de vida. Durante este tiempo ha sido testigo tanto del auge como de las turbulencias o momentos de dificultad, que los ha habido, de un sector clave para la economía española. Un sector que, en todas sus vertientes: agricultura, industria transformadora, distribución y hostelería, ha demostrado tener un músculo fuerte y flexible para ir amoldándose a los cambios que la sociedad y el consumidor le exigía.
Solo la industria de la alimentación y bebidas en España, según Fiab, la principal organización que lo representa, produce por valor de 130.000 millones de euros, tiene un valor añadido bruto del 15% del total de la industria y emplea de forma directa más de 430.000 personas. Fiab agrupa a más de 30.000 empresas que exportan por valor de 33.000 millones de euros. Otro de los grandes protagonistas de la alimentación, la distribución, cuenta en España, de acuerdo con Retail Data, con casi 25.000 establecimientos -solo el año pasado se abrieron 1.269-, la mayoría de ellos supermercados. El otro pilar básico de la alimentación, la hostelería, está representada por casi 300.000 establecimientos, entre bares, cafeterías y pubs, que emplean a 1,7 millones de personas, facturan casi 100.000 millones de euros y aportan el 6,2% del PIB nacional, tal como revelan en Hostelería de España, la confederación empresarial que los agrupa.
Durante la última década, el sector de la alimentación ha dado pasos de gigante en diferentes ámbitos, por ejemplo, la industria alimentaria ha incrementado su competitividad y sus niveles de exportación, la distribución ha sido capaz de llegar a todos los puntos de España para que, al contrario de lo que sucede por ejemplo en EEUU, todo ciudadano tuviera alimentos frescos en un radio o distancia razonables, mientras que la hostelería ha sido capaz de adaptarse a las demandas del consumidor con una oferta variada y de calidad, acorde con un país que tiene a la gastronomía por bandera. Desde sus inicios la revista también ha sido testigo de los importantes avances del sector en lo tocante a los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible) de la ONU. Se ha crecido en prácticamente todos ellos: incremento de la salud y bienestar de los consumidores; producción y consumo responsables; sostenibilidad ambiental y reducción de energías contaminantes, igualdad de género, etc. La alimentación y el gran consumo, como actividad de referencia en la economía española, han contribuido al crecimiento de la misma, han sobresalido en inversión en I+D y modernización, y, en suma, han sabido ser un excelente embajador de la marca España.
Igualmente, cuando han venido mal dadas la alimentación ha estado a la altura de las circunstancias. Y en estos últimos años, nada lo ha golpeado tan duro como la pandemia por el coronavirus, a la que se ha respondido de forma sobresaliente. Por ejemplo, la industria alimentaria ha sido capaz de seguir produciendo alimentos durante la alarma sanitaria preservando la mayoría de los puestos de trabajo. La distribución, por su lado, ha garantizado el abastecimiento a la población al tiempo que se contenían los precios. Y, finalmente, los restaurantes, que han sufrido las consecuencias de pandemia como nadie, han dado ejemplo de responsabilidad encabezando el rigor en la aplicación de las normas sanitarias, lo que no se les ha reconocido debidamente.