Bebidas refrescantes: recuperación sostenible

Después de lo vivido por la crisis del Covid, este verano ha supuesto el inicio de la recuperación y abre la puerta a la esperanza de volver a cifras pre-pandemia en 2022. Parece que el ritmo de vacunación, la implantación del certificado sanitario, la retirada progresiva de las restricciones y el contexto internacional, con las economías de la Eurozona saliendo con fuerza de la recesión, dan un respiro y nos permiten afrontar el futuro, por primera vez en muchos meses, con esperanza.

El verano ha sido bueno para nuestro sector, el de las bebidas refrescantes, tan ligado a los hábitos de ocio, las relaciones sociales y el estilo de vida mediterráneo en el que la hostelería y el turismo juegan un papel clave. La progresiva recuperación de estos sectores, de los más afectados por la crisis, ha repercutido positivamente tanto en el consumo de refrescos como en la economía española. Es momento de hacer balance y de plantearnos los retos para los próximos años. Las crisis también pueden ser oportunidades, y ésta ha puesto aún más de manifiesto la necesidad de avanzar hacia un modelo más sostenible, algo que ya estaba arraigado en la industria de bebidas refrescantes.

Llevamos años apostando por compromisos voluntarios, en línea con lo que marca la Agenda 2030, con objetivos intermedios a 2025. Trabajamos para hacer un uso más racional de los recursos, mejorar la sostenibilidad de los envases y la gestión de los residuos. Así, reduciremos en un 20% el ratio de consumo de agua y en un 30% el de energía (respecto a los niveles existentes en 2010); las emisiones en un 25%, y el 100% de la energía eléctrica consumida procederá de fuentes renovables para 2025. Y continuaremos reduciendo el peso de los envases, que serán 100% reciclables y el 50% de los de plástico PET serán de material reciclado para esa fecha.

Además, es fundamental adaptarse al nuevo consumidor que desde hace años demanda más refrescos sin azúcar. Desde el sector tratamos de dar respuesta a lo que pide la sociedad, apostando por el I+D+i para seguir ampliando la oferta de estas bebidas bajas o sin calorías, que ya suponen el 34% del total. Y continuaremos con la reducción del contenido en azúcar, que se sumará al 38% alcanzado entre 2010 y 2020.

Hay que pasar página a esta etapa tan excepcional con la sostenibilidad como pilar de la recuperación. Pero para que realmente se mantenga la esperanza se deben favorecer las condiciones que permitan la reactivación del consumo, y que no se incremente la carga fiscal sobre las empresas y los consumidores, que repercutiría negativamente en la recuperación.

Las empresas de bebidas refrescantes somos conscientes de que debemos ser parte activa e imprescindible de este proceso y avanzar hacia un crecimiento ético y comprometido con las personas y el entorno. Estamos tomando medidas e invirtiendo recursos para contribuir a que así sea.