Luz ultravioleta para desinfectar la comida y alargar su duración
Fotoglass ayuda a la industria alimentaria a optimizar sus instalaciones de luz ultravioleta para una desinfección que no altera las propiedades del alimento y ralentiza su maduración.
Fotoglass es una empresa cántabra nacida en 2009 especializada en bio-óptica -hasta ahora muy focalizada en el sector sanitario- que está irrumpiendo con fuerza en la alimentación. Su trabajo, asesorar a las empresas del sector que desean implementar equipos o sistemas de desinfección de alimentos con luz ultravioleta C sobre cuál es el que mejor se adapta a sus necesidades. Además, le validan al cliente la solución implantada garantizado que el efecto germicida es prácticamente del 100%.
La radiación UV-C cada vez se utiliza más dentro de la industria de alimentos. La razón la explica Verónica Vidal, responsable de Biodosimetría e Innovación de Fotoglass. “Esta tecnología no térmica ni química influye directamente sobre los parámetros de calidad e higiene, produciendo alimentos microbiológicamente más seguros para el consumo humano. Asimismo, es elegida por tratarse de un proceso que no altera las propiedades organolépticas de los productos al no tener que someterlos a temperaturas extremas o a la adicción de sustancias químicas”.
La aplicación de la radiación o luz ultravioleta sobre los alimentos ralentiza su proceso de maduración, lo que permite que lleguen a destinos muy alejados de su lugar de origen. Esto favorece las exportaciones a países lejanos; más aún si se tiene en cuenta que la mayor parte de los alimentos se suelen transportar en barco y que el viaje es largo. “La luz ultravioleta consigue que el producto mantenga sus condiciones óptimas al 100% durante más tiempo. Tras la irradiación con UV-C sobre frutas y verduras ocurren una serie de cambios fisiológicos potenciados por esa luz, como la inactivación de enzimas que participan en la maduración y senescencia, o la producción de etileno y poliaminas que protegen a los alimentos de los daños producidos por la conservación en frío, alargando con todo ello su vida útil. Además, la eliminación de microorganismo dañinos superficiales también favorece que los alimentos no se estropeen rápidamente”, precisa Vidal
Los procesos de desinfección mediante luz ultravioleta son idóneos tanto para alimentos líquidos como para alimentos sólidos. En líquidos, la radicación se utiliza para desinfectar agua y bebidas como zumos de frutas y verduras, vinos, leches y horchatas, mientras que en alimentos como especias, harinas, legumbres o cereales, la luz UV-C está siendo un gran aliado, ya que, en general, se trata de productos que poseen una elevada contaminación en origen y la aplicación de tratamientos térmicos o químicos es realmente difícil sin provocar cambios sustanciales en ellos. “En el caso de la desinfección es más fácil trabajar sobre líquidos transparentes que opacos, y es perfecta para frutas y verduras (en postcosecha, pero también en las plantaciones), carnes, huevos, etc.”, puntualiza Vidal.
Vidal señala que sus segmentos actuales son los chocolates, frutas y hortalizas, cárnicas y panadería, que la mayoría de sus clientes son medianas empresas, y que a medio plazo aspiran a que el 20% de sus clientes procedan de la industria alimentaria. “La respuesta es formidable porque estamos mostrándoles las enormes posibilidades que tiene el uso de la luz para resolver problemas en determinados procesos, y eso despierta tantas sorpresas como oportunidades. Pero hay que tener en cuenta que el periodo económico no acompaña a la innovación, por lo que es probable que parte de nuestros proyectos se desarrollen a medio plazo”, pronostica la responsable de Biodosimetría e Innovación de Fotoglass.
La desinfección con luz ultravioleta también es altamente eficaz en instalaciones. “En agua podemos desinfectar las aguas de cocción, agua resultante de la depuración de moluscos, aguas de criaderos o el agua para la producción de bebidas. En definitiva, en cualquier agua de proceso”, explica Vidal. “En cuanto al aire”, añade, “los dispositivos pueden mantenerlo en condiciones óptimas de manera continua y mejorar el estado del sistema actuando sobre filtros, bandeja de condensación, serpentín, etc. Esto supone un mejor rendimiento, un menor coste de mantenimiento y un menor coste energético”.
En el caso de superficies, Vidal comenta que, gracias a la luz ultravioleta, es posible desinfectar productos en salas de maduración o en túneles específicos insertados en la cadena de producción, las cintas transportadoras de alimentos, o bien las mesas de despiece, el instrumental, oficinas, almacenes o vestuarios.