Fechas con sentido para combatir el desperdicio de alimentos
El desperdicio de alimentos se ha convertido en uno de los grandes desafíos que debemos afrontar como sociedad. Y no es para menos. Cada segundo que pasa se desperdician en el mundo más de 50 toneladas de alimentos con el consiguiente impacto social, económico y medioambiental que ello conlleva.
Solo en Europa, se calcula que cada año terminan en la basura más de 88 millones de toneladas de comida y aunque son muchas las causas que producen esta situación a lo largo de toda la cadena, entre ellas nos encontramos con uno de los grandes responsables de tanto despilfarro: el etiquetado de fecha de los alimentos.
Según datos de la Comisión Europea, se calcula que el 10% de toda la comida que se desperdicia en nuestro continente, es decir, casi 9 millones de toneladas de comida, tiene que ver con las distintas fechas etiquetadas en los alimentos, y más en concreto con las fechas de caducidad y de consumo preferente. Buena parte de ese problema es causado por la forma en la que los distintos consumidores interpretan, en muchas ocasiones de manera errónea, estas fechas presentes en los envases de los productos.
Tal y como señala la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición, la fecha de caducidad lo que indica es el momento a partir del cual un alimento ya no puede consumirse porque puede suponer un riesgo para la salud. Por el contrario, la fecha de consumo preferente nos indica el momento hasta el cual un alimento conserva su calidad organoléptica prevista y a partir del cual puede cambiar ligeramente su textura, aroma o sabor pero su consumo sigue siendo seguro. Para ello las autoridades recomiendan hacer uso de los sentidos y si tiene buen aspecto, huele y sabe bien, podemos consumirlo con seguridad.
Pues bien, en la teoría podemos ver claramente que ambas fechas son diferentes entre sí y cómo debemos proceder una vez vencidas. Pero entonces, ¿cuál es el problema? De acuerdo a un estudio realizado por la OCU, cuatro de cada diez consumidores no tienen clara esa diferencia entre fecha de caducidad y fecha de consumo preferente. Es más, según un informe de Hispacoop, casi la mitad de los españoles aseguran tirar alguno o todos los productos con fecha de consumo preferente pasada y un 24% cree, erróneamente, que su consumo supondría un riesgo para la salud. Esta confusión estaría ocasionando que mucha comida que aún sigue siendo apta para el consumo sea desperdiciada innecesariamente por una mala lectura o interpretación de las fechas de los alimentos.
¿Qué podemos hacer? Pues los propios consumidores nos lo están diciendo. Según datos del Eurobarómetro, el 49% de los europeos piensan que una mejora de la información acerca del significado del ‘consumo preferente’ y ‘fecha de caducidad’ les ayudaría a reducir el desperdicio de alimentos en casa. Teniendo en cuenta esto, es obligación tanto de las autoridades como de la propia industria de ponerse manos a la obra y de encontrar maneras de mejorar el uso de fechas en el etiquetado de los productos por parte de todos los actores de la cadena alimentaria y su comprensión por parte de los consumidores, sobre todo de la fecha de consumo preferente.
En esa línea estamos trabajando desde Too Good To Go en varios países europeos a través de nuestra iniciativa ‘Fechas con sentido: Mira, Huele, Prueba’. Consiste en una nueva etiqueta que hemos desarrollado que se incorpora sólo a los productos con fecha de consumo preferente para recordar al consumidor lo siguiente: “Antes de tirarme, comprueba si sigo en buen estado: mira, huele y prueba”.
De esta manera, queremos ayudar al consumidor a identificar que está ante un producto etiquetado con consumo preferente y que debe hacer uso de sus sentidos antes de tirarlo una vez pasada la fecha. Para ello hemos iniciado una coalición con grandes marcas de la industria alimentaria que ya se han comprometido a incorporar de manera progresiva este nuevo distintivo a sus productos etiquetados con este tipo de fecha. Solo en España ya son 18 marcas las que se han unido a la iniciativa y entre las que se encuentran Danone, Alpro, YoSoy, Almendrola, Monsoy, La Vaca que ríe, Gogo Squeez, Babybel, Central Lechera Asturiana, Loriente, Hellmann’s, Heura, Leche Gaza, RobinGood, Tierra Madre de Oxfam Intermón, Väcka, ¿Quién es el jefe? y Lácteos COVAP.
Se trata de empoderar e inspirar al consumidor para que pueda hacer un consumo más informado y responsable y así tomar acción contra el desperdicio de alimentos. Y en este sentido, es importante que las propias empresas, fabricantes, proveedores, distribuidores e instituciones trabajemos de forma unida para llevar a cabo cambios e iniciativas que permitan armonizar y homogeneizar las etiquetas y clarificar a los consumidores todo lo relacionado con las fechas de los alimentos, así como reforzar su educación y concienciación.
Y es que teniendo en cuenta que la gran mayoría de los productos que llenan nuestras neveras y despensas se etiquetan con “fecha de consumo preferente” y que es en los hogares donde se genera cerca de la mitad de todo el desperdicio de alimentos, si conseguimos aclarar el significado del consumo preferente y que los consumidores hagan algo tan sencillo como mirar, oler y probar para comprobar si sigue en buen estado reduciremos drásticamente el desperdicio en el eslabón de la cadena que más residuos genera.
No podemos olvidar que la ONU ha establecido como uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible el de reducir a la mitad el desperdicio de alimentos para 2030. Queda menos de una década para ello y los expertos ya lo están avisando, si no actuamos ya no conseguiremos cumplir con esa meta. Sin duda alguna son muchas las cosas que se pueden y deben hacer, pero empezar a aplicar sentido común a las fechas de consumo preferente es un gran paso hacia una alimentación más sostenible y sin desperdicios para construir juntos un futuro mejor.