Concluye una década perdida para la innovación en España

La innovación en el sector del gran consumo ha caído casi a la mitad en la última década, lo que supone 4.000 millones de euros en términos de PIB y 35.000 empleos. La presencia de las innovaciones en los súper solo representa el 24%.

Un informe sobre la innovación en el sector del gran consumo en España, elaborado por la consultora Kantar, constata que concluye una década de fuerte decrecimiento en la innovación, ya que esta ha caído casi a la mitad (-44%) en los últimos diez años, lo que supone, según Ignacio Larracoechea, presidente de Promarca, la asociación que engloba a la mayor parte de los fabricantes de marcas líderes de alimentación y bebidas, “4.000 millones de euros de PIB y 35.000 empleos”. En su opinión, concluye una “década perdida para la innovación en España”. Para Larracoechea “hay un fallo de mercado en la innovación el sector del gran consumo y ahora se presenta una ocasión de oro con la reforma de la ley de la cadena alimentaria que está en este mismo momento tramitándose en el Congreso”. Con esta ley se promovería la obligación de referenciar la innovación.

Durante la presentación del estudio, a cargo de César Valencoso, Consumer Insights Consulting Director de Kantar, se puso de relieve que mientras que en 2010 se produjeron 156 innovaciones, en 2020 tan solo fueron 88. En este sentido, la distribución de las innovaciones, con un 24%, continúa en niveles muy bajos, sobre todo en algunas cadenas de distribución, caso de Mercadona, que solo referencia un 7%; Aldi (8%) o Lidl (10%). Por el contrario, los niveles más altos de introducción de nuevos productos en sus lineales corresponden a Carrefour (67%); Alcampo (36%), Eroski (31%) o El Corte Inglés (30%). Para Valencoso, “si la innovación no está bien referenciada, es muy difícil que tenga éxito”.

Según el informe de Kantar, pese a la caída en la innovación, esta no solo supone ventas adicionales para la marca, sino que hace que los mercados crezcan de forma incremental. “Así, en 2020 los consumidores que compraron innovaciones aumentaron su consumo en esas categorías en un 15%. En concreto la incrementalidad de las innovaciones de las marcas del fabricante fue del 19% frente a la caída de 23% que arrojaron las marcas del distribuidor”. Y a pesar que 2020 fue un año atípico, añade el estudio “la tasa de éxito de las innovaciones fue del 55%, en línea con la media de los últimos cinco años”. El estudio refleja también que el año pasado el 98% de las innovaciones corrieron a cargo del fabricante. Detrás de esta innovación, en concreto en el ranking del año pasado, las marcas que más innovaron fueron Nestlé en alimentación y Heineken en bebidas. El estudio revela que el porcentaje de hogares que compraron innovación en 2020 fue del 16%, mientras que en 2019 fue del 23%.

Valencoso concluye que para que la innovación pueda empujar a los mercados, “debemos seguir pidiendo a los fabricantes más y mejores innovaciones y a los distribuidores una apertura de sus lineales para referenciarlas durante el tiempo suficiente para que el consumidor las puede conocer y decida sobre su éxito. Por su parte, Larracoechea, remarca que “todo acto contrario a la difusión de la innovación es dañino para la cadena alimentaria y repercute finalmente en el consumidor. La innovación es una de las cuatro medidas del bienestar del consumidor, junto con la calidad, la variedad de productos disponibles y los precios”.