Las exportaciones agroalimentarias crecen un 4,3% en 2020 desmintiendo los malos augurios

El análisis de las exportaciones agroalimentarias para el año 2020 tras la explosión de la pandemia del Covid-19, y tomando los datos disponibles del año completo publicados recientemente, muestran un crecimiento en valor del 4,3% con respecto al mismo periodo del año anterior, lo que desmiente los malos augurios que se proyectaban, con caídas de entre el 6 y el 10%, en el Informe Económico presentado por Fiab y el Ministerio de Agricultura en junio pasado.

Este crecimiento se suma al incremento del 7% en 2019, según los últimos datos actualizados, pero está fuertemente condicionado por las exportaciones a China, que aumentaron 1.556 millones con un incremento del 72%, con el sector porcino y la enfermedad que afecta a la cabaña del gigante asiático como protagonista.

Pero ello no debe hacernos olvidar la importancia del sector agroalimentario en la balanza comercial de la economía española, ya que el superávit de casi 18.000 millones que aporta es el más importante de todos los sectores ayudando sensiblemente a enjugar el déficit comercial. Los datos de 2020 nos llevan, igualmente, a confirmar tendencias que ya se venían viendo en años anteriores. Así, en el desglose sectorial, y centrándonos en el ranking de los principales productos exportados, el sector del porcino y el de frutas y hortalizas continúan con su crecimiento, espectacular en el caso del porcino (+24%) y reseñable en frutas y hortalizas (+4,5%) mientras vinos y aceite de oliva continúan con su tendencia descendente -3% y -5% respectivamente.

El caso del porcino está casi exclusivamente centrado en el crecimiento en el mercado chino, ya en el resto de mercados se estanca, confirmando la creciente preocupación del sector por su cada vez mayor dependencia de China. Para frutas y hortalizas, cuyas exportaciones están centradas en más de un 90% en la UE, hay que resaltar el cambio de tendencia en los últimos años que coincide, casualidad o no, con la consolidación de un foro exitoso a nivel internacional como es Fruit Attraction.En cuanto a los sectores con crecimientos negativos, la tendencia descendente dura ya varios años, si bien en el aceite de oliva las exportaciones en volumen suben desde 2018, lo que no deja de ser un reflejo de la dependencia del sector del factor precio. En el caso del vino, y pese a la tímida recuperación en los últimos meses, el descenso continuado y la comparativa con la evolución de las exportaciones de otros países competidores, como Francia e Italia, debería hacer reflexionar, y más aun teniendo en cuenta que es uno de los sectores que más ayudas públicas recibe a través de su OCM (Organización Común de Mercados)

Pasando a hacer un análisis por mercados, el crecimiento de las exportaciones a China (+72%), u Oriente Medio (+13%) contrastan con crecimientos modestos en la UE (+2%) y Estados Unidos (+0,2%) así como con caídas importantes en América Latina (-12%).

‘El país más rico del mundo’

Algunos datos específicos de la evolución de las exportaciones, como el precio medio de las mismas en relación con nuestros competidores, debe invitarnos a reflexionar sobre si la estrategia del sector es sostenible. Es un hecho que exportamos cada vez más, pero a precios mucho más bajos que nuestros competidores. Y las empresas y los sectores invierten en comercialización, pero muy poco en innovación, en marketing y en formación, que deben acompañar la parte comercial para poder apuntalar un crecimiento rentable a medio y largo plazo. Este es, desde hace demasiado tiempo, el reto fundamental que el sector debe acometer con mayor decisión.

Parece que, por lo que escuchamos a sus responsables, desde el Ministerio de Agricultura están convencidos de que una estrategia de mayor valor añadido es la adecuada y en ese marco parece contemplarse la campaña con el lema “El país más rico del mundo” que presentó a bombo y platillo el Ministerio en colaboración con el chef José Andrés y con Icex, incluyendo artículos patrocinados en periódicos como el New York Times.

Más allá de que nos pueda gustar, o representar, más o menos la citada campaña, lo que resulta chocante es que, según me confirman diversos interlocutores, la definición y puesta en marcha de la campaña no ha contado con la participación de empresas ni sectores ni tampoco de las comunidades autónomas. Tampoco parece que la misma vaya a estar acompañada de actuaciones de coordinación o de apoyo comercial que sirvan para que el consumidor en los países de destino pueda probar y comprar los productos de El país más rico del mundo, que describe José Andrés.

Me temo que, ojalá me equivoque, nos encontramos, más bien con un ejercicio de fuegos artificiales a mayor gloria del responsable de la campaña en el Ministerio y de José Andrés, pero que, en el ámbito internacional y sin una estrategia conjunta detrás, acabará en el cubo de la basura. A lo mejor sería más provechoso que el Ministerio, que cuenta con excelentes profesionales en esa área, diera un apoyo más decidido, como hacen otros países, a las organizaciones para la presentación de proyectos en el marco de las campañas de información y promoción de la UE que, bajo el lema Enjoy it’s from Europe, van a contar en 2021 con una dotación de 183 millones de euros y maximizar, así, el aprovechamiento de los fondos por parte de España.

Este aprovechamiento está, según los datos de la Comisión Europea, por debajo del de nuestros competidores, Francia e Italia, y casi al mismo nivel de países con ventas exteriores muy inferiores como Grecia.

De esta forma, apostando por actuaciones que pongan en valor nuestros productos, coordinando con el resto de actores públicos (CCAA y también la Unión Europea). y privados y aunando estrategias de posicionamiento con actuaciones que sirvan para que los operadores y consumidores internacionales puedan conocer mejor los productos alimentarios españoles, se conseguirá que el agroalimentario siga siendo, como lo es hoy en día, uno de los pilares fundamentales de nuestro sector exterior.