La necesaria convivencia entre la rentabilidad y la sostenibilidad de los cultivos

Sostenibilidad, medio ambiente, agricultura sostenible...son palabras que cada vez están más presentes en nuestro lenguaje diario, pero ¿qué quieren decir realmente? Según la RAE, sostenible es aquello que se puede mantener durante largo tiempo sin agotar recursos o causar grave daño al medio ambiente. Y es que, precisamente, cuidar de nuestros recursos es una tarea que debemos desempeñar cada día para tener un futuro mejor y más verde.

Desde el IRTA llevamos años dedicándonos a esto, buscando las mejores fórmulas que contribuyan a la modernización, competitividad y desarrollo sostenible de los sectores agrario, alimentario y acuícola; así como al suministro de alimentos sanos y de calidad para los consumidores y, en general, a la mejora del bienestar de la población.

En este sentido, y gracias a la colaboración de Kellogg a través de su programa Origins, desde el año 2013 estamos trabajando en el Delta del Ebro para mejorar los cultivos de arroz de la zona, y ¿por qué se decidió realizar esto allí? Uno de los motivos fue la baja productividad de la zona, que es inferior a la de otras regiones productoras de arroz del país, debido a la salinidad del suelo, las enfermedades de las plantas y las plagas invasoras y el otro motivo la proximidad a la fábrica de producción de los cereales Kellogg’s.

Ayudar a realizar un cambio para impulsar el Delta del Ebro como una de una las zonas arroceras más importantes del país fue todo un reto para nosotros, y a día de hoy podemos decir que estamos muy orgullosos de lo que estamos consiguiendo. Hemos ayudado a mejorar no solo la sostenibilidad del Delta, sino que también les estamos ayudando social y económicamente, con especial énfasis en sectores más vulnerables como son las mujeres rurales y los jóvenes agricultores.

¿Cómo lo estamos haciendo? Gracias al trabajo en equipo de los técnicos e investigadores del IRTA y que buscamos siempre las medidas más beneficiosas para los cultivos y el medioambiente y el consumidor. Una de las iniciativas más curiosas que hemos llevado a cabo en el Delta, es la instalación de hoteles de insectos para optimizar la presencia de aquellos que favorecen el ecosistema, la polinización y la biodiversidad. Y es que los insectos pueden ser el mejor amigo de los cultivos, pero debemos saber cuáles y de qué forma.

Pero esto no es todo, pues además trabajamos en la introducción de márgenes florales a través de la siembra de plantas nativas, para fomentar así la aparición de insectos beneficiosos y controlar las plagas.

Por otro lado, estamos introduciendo los cultivos invernales, con la siembra de plantas leguminosas y gramíneas durante el periodo en el que los campos de arroz estarían normalmente en barbecho, para mejorar la fertilidad y calidad del suelo gracias al aumento del stock de carbono y la mejora de su estructura; además de haber instalado nidos de golondrinas por su papel como controladoras de plagas de cultivo, entre otras prácticas.

Gracias a estas iniciativas, estamos mejorando las prácticas agronómicas a la vez que respetamos el equilibrio natural, protegiendo el lugar donde crece el arroz que Kellogg utiliza para fabricar sus cereales de desayuno.

Pero no solo implementamos estas medidas. Hemos desarrollado todo un plan con 10 prácticas Origins para potenciar el aprovechamiento de los recursos naturales, la optimización en el uso eficiente de los fitosanitarios y la protección del medioambiente. Entre estas prácticas se encuentran la analítica de suelo por parcela para conocer la fertilidad de la misma; la planificación fraccionamiento de la fertilización según las recomendaciones; el análisis de los fertilizantes orgánicos o uso de tablas de riqueza del Departamento de Agricultura (DAAM) para hacer una gestión correcta de la fertilización orgánica del campo; o el uso de semilla de JSendra o Gleva certificada (voluntario), evitando las siembras tardías, y a la dosis recomendada.

Asimismo, antes de realizar un tratamiento insecticida contra quironómidos se hace una evaluación de presencia en la parcela utilizando el kit de muestreo facilitado. Igualmente, se debe nivelar el campo para asegurar la correcta gestión del agua; así como hacer un uso correcto de los fitosanitarios, aplicándolos en el momento oportuno, a la dosis recomendada y no utilizar, en la medida de lo posible, productos con el mismo modo de acción con el fin de evitar resistencias.

También hay que tener en cuenta el sistema de avisos de enfermedades del Departamento de Acción Climática, Alimentación y Agenda Rural a la hora de hacer los tratamientos fungicidas. En la medida de lo posible, las aplicaciones serán terrestres. Además, es importante la correcta gestión del agua durante el cultivo. Por último se debe minimizar el impacto de las especies invasoras informando al servicio de sanidad vegetal si se detecta una nueva especie y aplicación de las prácticas recomendadas por la Generalitat.

En una sociedad cada vez más demandante, conseguir que los cultivos no sólo tengan la calidad necesaria de una forma responsable, sino que también sean rentables para los agricultores, se convierte en una necesidad. Desde el IRTA creemos firmemente en esta premisa y por eso nuestras investigaciones van dirigidas en esta misma línea. De hecho, en las parcelas del Delta del Ebro participantes en Origins ha incrementado los ingresos brutos en 300 euros por hectárea cultivada de promedio y la producción una media del 16 % con respecto al rendimiento medio de la zona.

Pero esto es solo el principio. Desde el IRTA seguimos trabajando cada día por la sostenibilidad del Delta del Ebro. El programa Origins continúa y lo seguirá haciendo tal y como se ha comprometido Kellogg con su Manifiesto de Bienestar. Y tú, ¿te sumas por una agricultura sostenible y rentable?