Calidad e innovación en el sector cárnico

Que el sector alimentación ha sufrido y lo sigue haciendo es una realidad. Y especialmente si hablamos de todo lo relativo a horeca, donde la caída de la actividad del sector de la hostelería en el primer semestre fue de más del 50%, según los datos del Estudio de Fedishoreca sobre la reapertura de la Hostelería. El cierre de la restauración -primero total, después parcial dependiendo de la situación concreta de cada territorio- ha supuesto la pérdida de numerosos empleos, la reducción en la contribución al PIB nacional y un empeoramiento de la economía en general. Como consecuencia, en el sector cárnico vivimos en un contexto difícil y cambiante, pero que resulta, a la vez, retador. De hecho, si lo analizamos, observaremos profundos cambios marcados por el consumidor y el contexto que nos rodea. Todo esto ha provocado el crecimiento de la competencia, no solo procedente del sector de la carne, sino también de nuevos modelos de consumo. El ciudadano ya no solo busca comprar un producto concreto, sino que busca una solución para cada momento.

En la actualidad, las empresas de alimentación nos encontramos ante nuevos tipos de consumidores que nos están planteando nuevos retos de manera constante. Nuestra responsabilidad como empresas líderes nos empuja a dar lo mejor de nosotros para dar solución a dichos retos. Sea cual sea nuestra propuesta que llega a los hogares, siempre contamos con un mismo motor: la solución a las demandas de los consumidores siempre está relacionada con la innovación. Apostar por ella es una garantía de éxito, y no solo como una apuesta a corto plazo, sino pensando en un futuro mucho más amplio. Tanto es así que, en época de crisis, como es el momento que estamos viviendo, debemos seguir apostando por la innovación como garantía de éxito futuro.

En este sentido, hemos querido entender la innovación en su sentido amplio. No solo acudimos a modelos innovadores para lanzar nuevos productos que nuestros clientes puedan disfrutar, sino que confiamos en seguir innovando para mejorar el proceso total de producción y ser cada vez más eficientes. Una muestra de la apuesta por la innovación para entender al consumidor es diversificar el tipo de productos y formatos para seguir creciendo. Como consecuencia de las nuevas tendencias del mercado y las nuevas demandas de los consumidores, estamos viendo la llegada de nuevos alimentos a las neveras de los españoles. En estos momentos, los ciudadanos salen menos de sus casas para comer, algo que ha potenciado un consumo de capricho en el hogar. Siguiendo con esta tendencia, las empresas hemos tenido que ser más creativas y adaptar nuestros productos a nuevos formatos, como son las hamburguesas ultracongeladas o listas para comer, formatos que ofrecen la mejor calidad y sabor en pocos minutos. En este caso, la solución pasa por transformar aquellos platos que ya conocemos para adaptarlos a las nuevas necesidades de cada consumidor. Estas innovaciones permiten que nuestro sector, el cárnico, tenga la oportunidad de competir con otros players que estaban ya muy asentados en el segmento de caprichos fáciles de preparar, como pueden ser el de las pizzas para horno o microondas. De esta forma, damos paso a nuevas categorías de productos que benefician al sector y al consumidor final.

A todo esto, hay que sumarle que el consumidor es cada vez más exigente: ya no solo busca productos que le permita cuidarse y que sean convenience; también quiere descubrir productos sabrosos que no le haga renunciar al elemento saludable. El ciudadano quiere disfrutar comiendo y, por eso, debemos tratar al sabor como el “ingrediente” más importante de nuestros productos. Persiguiendo este objetivo, es importante probar, probar y probar. En Carpisa Foods, por ejemplo, creamos The Beef Kitchen Lab, un centro de innovación con tres áreas de trabajo diferenciadas. La primera de ellas, con un obrador propio, que simula la zona de producción de la fábrica, lo que garantiza que las pruebas que se realizan en el centro de innovación pueden ser replicadas a mayor escala en la planta. La segunda es una cocina-laboratorio para el l+D+i de productos alimentarios y, por último, una zona para pruebas de calidad y catas.

Este centro es un ejemplo de cómo las empresas cárnicas podemos descubrir lo que quiere o lo que necesita el consumidor. Tanto es así, que conocer lo que verdaderamente buscan los consumidores incrementa las posibilidades de referenciación y, como consecuencia, hacemos crecer el negocio. Pero si hay algo que debe ser intrínseco a todos estos procesos innovadores y que está detrás del éxito de cada nuevo producto es la calidad. Para nosotros, la calidad es uno de nuestros pilares principales, junto con la innovación, ya que creemos en la importancia de una muy buena materia prima y ponemos énfasis en la seguridad alimentaria. De hecho, es la forma de entender la calidad la que nos ha hecho pensar en la innovación como algo más allá del producto final y que enlaza directamente con los procesos que mejoran los estándares establecidos en seguridad alimentaria. Y es que convertirse en una empresa de confianza de alimentación del sector cárnico no es posible sin ciertas garantías, lo que se traduce en ofrecer los máximos estándares de calidad y seguridad en todos los productos que salen de las fábricas y que llegan a los consumidores.

Como muestra por la apuesta de calidad, para nosotros es natural comprometernos con toda la normativa de higiene y salud, así como con todas las certificaciones existentes, tanto nacionales como internacionales, sometiendo a nuestros productos a un doble proceso, que asegura la calidad de nuestros productos alimenticios. Para trasladar ese compromiso al consumidor, las empresas necesitamos confiar en el talento de departamentos creados para asegurar y potenciar la seguridad alimentaria. Por ejemplo, nosotros contamos con un departamento de Calidad compuesto por 17 personas y un laboratorio propio totalmente automatizado con la más alta tecnología. En la actualidad, la industria cárnica en España y en todo el mundo se ha visto rodeada de diferentes retos socioeconómicos, culturales y de estilo de vida que nos invitan a seguir innovando y buscando la calidad para salir victoriosos. Entender al consumidor y ofrecerle soluciones que encajen perfectamente en su día a día y respondan a sus preocupaciones es el único camino al éxito futuro de este sector.