España permite que seis empresas produzcan ibéricos en EEUU

Algunas de ellas, regentadas por españoles afincados allí, elaboran productos con cerdos ibéricos importados, que comen bellotas y se crían en áreas similares a las dehesas de Extremadura o Andalucía

Media docena de empresas de Estados Unidos se han lanzado a la elaboración de productos de cerdo ibérico después de haberse llevado varios ejemplares de España para su reproducción en las granjas norteamericanas, donde contarían ya con más de 6.000 animales, ante la pasividad de nuestro país. Estos productores, que aseguran criar los cerdos en ecosistemas similares a la dehesa española, alimentándolos con bellotas, se han unido ya en la Asociación Porcina Ibéricos (ISA, de acuerdo con sus siglas en inglés). Es el equivalente a la Asociación Española de Criadores de Cerdo ibérico (Aeceriber) y parecen dispuestos a plantar batalla.

Aunque la raza no se puede reservar a un país determinado, en el sector denuncian que la falta de una Indicación Geográfica Protegida (IGP), que ampare al animal de raza pura autóctono, genéticamente puro y asociado a un ecosistema único, como es la dehesa, además de una producción extensiva, está permitiendo la competencia americana. La organización de EEUU está constituida, de momento, por solo cuatro compañías, pero, al menos, hay ya otras dos más trabajando en la misma línea. Algunas de ellas, de hecho, están participadas o incluso promovidas por empresarios españoles.

Una de las pioneras es Acornseekers, fundada por dos empresarios españoles: Sergio Marsal y Manuel Murga. En sus inicios se llevaron de España 145 hembras reproductoras y cinco machos sementales, todos ellos animales genéticamente puros de raza porcina ibérica, según ellos mismos proclaman. La inversión para cubrir la primera fase del proyecto fue de más de 2,5 millones de euros y en el mes de marzo de 2018 contaban ya con 4.000 ejemplares repartidos por cinco ranchos de Texas, otro en Florida y uno más en California.

Sus promotores aseguran que la climatología que disfrutan los recintos/explotaciones, donde deambulan en completa libertad sus animales, "es prácticamente igual a la que lucen las dehesas españolas, y que el método de curación que han elegido para el envejecimiento y añejado de las piezas de jamón y paleta se realiza mediante el control de la temperatura de los secaderos artificiales". En 2019, la cárnica española Incarlopsa adquirió el 67% de la empresa asegurando que “tiene un importante valor estratégico, ya que es propietaria de cerdos ibéricos 100% puros de bellota y comercializadora de la carne fresca, además de tener una importante red comercial dentro del creciente mercado selecto norteamericano, contando con todas las certificaciones y permisos de The United States Department of Agriculture (USDA)”. El consejero delegado de Incarlopsa, Clemente Loriente, aseguró en el momento de la compra que era “un paso importante dentro de la estrategia de internacionalización que sigue la compañía desde hace unos años”. Según dijo, “hemos adquirido una participación mayoritaria porque, para el desarrollo futuro de la empresa, es imprescindible crecer en el negocio internacional, garantizando la calidad y la seguridad alimentaria- dentro de un contexto de creciente competitividad y globalización, instalándonos en los más importantes mercados del mundo.”

Otra de las empresas más importantes en la producción de cerdo ibérico en Estados Unidos es Trail End Castle Company, que concentra la cría de un buen número de ejemplares ibéricos con pasaporte texano y que comercializa sus elaborados con la marca Texas Ibérico. Esta firma presume de dedicarse a la cría y engorde de piaras de “los famosos cerdos ibéricos negros de España”, alimentados con bellotas. Otras dos compañías también forman parte de la asociación: Glendower Farm y Thrive Ibericus.

Además de estas cuatro empresas, existen otras dos que también se dedican a elaborar jamones, paletas, embutidos y vender los cortes más nobles y selectos -secreto, pluma o carrillera- de los cerdos ibéricos españoles tras su sacrificio. Una de ellas es Iberian Pastures, localizada en Georgia y que nació de la unión de la familia norteamericana Harris con los Oriol, originarios de Badajoz. Como las condiciones climáticas para la curación no son las más adecuadas, ésta se lleva a cabo, sin embargo, en el estado de Iowa. Allí se encuentra radicada la empresa La Quercia Cured Meat, que es la que lleva a cabo la transformación y produce los elaborados.

En declaraciones a la Cope, Antonio Prieto, presidente de Asici, admitía que “estamos trabajando en conseguir que el nombre ibérico solo se pueda utilizar con productos que salgan de la Península Ibérica”. Prieto reconoce que “no podemos competir con la globalización, pero si podemos competir con el nombre ibérico, con la Península ibérica, que es realmente donde sale nuestro producto. Condiciones como el ecosistema, el manejo, la trazabilidad, como se curan nuestros jamones, dónde se elaboran, cómo se elaboran. Eso nunca lo puede hacer EEUU ni estas empresas, aunque sean de españoles". Constantino Martínez, analista y experto en ibéricos, explica que “lo más inquietante, aparte de la demencial salida de los animales de España, es comprobar cómo los rectores de la interprofesional del ibérico español (Asici) no son todavía conscientes de los predecibles estragos que esta catastrófica atrocidad originará a medio plazo entre los productores y ganaderos españoles”.